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Dos circunstancias, el calendario y la meteorología, condicionaron la celebración del 8M. Un sábado siempre es un estímulo para congregar a cualquier multitud. Pero el ... cielo, encapotado y grisáceo como pocos marzos, incitaba al desánimo. Tablas pues en los factores exógenos de la convocatoria para las 12.000 personas que, según Delegación de Gobierno, se dieron cita. Y esto sin olvidar otro elemento que también tiene su incidencia a la hora de llamar a filas. Se trata, cómo no, de las víctimas de la dana y la gestión política anterior y posterior al desastre.
Mujeres de las localidades afectadas tuvieron un especial protagonismo en la marcha que arrancó pasadas las 18.30 horas desde el principio de la calle Colón. El 8M se convirtió también en otra marcha contra la política del Consell. Sería la sexta ya contra el presidente del Consell, Carlos Mazón, que no estuvo presente en ninguna de las manifestaciones. Tampoco otros cargos del PP. El líder popular sigue con una agenda de perfil muy bajo. Cada acto público amenaza con convertirse en un clamor popular. Durante la lectura final del manifiesto se habló de la «incompetencia institucional» y se reclamó en varias ocasiones, con mayor o menor intensidad, la dimisión de Mazón.
El movimiento volvió a presentarse dividido como en ediciones anteriores. Los puntos de desconexión se mantienen. Por un lado, la polémica acerca de aglutinar en el colectivo a las personas transexuales porque supone, según representantes del movimiento, una difuminación del perfil de la mujer. Otro de los asuntos sobre los que no existe consenso es el de la prostitución. Hay quien defiende la abolición, mientras otro sector sostiene que la vía de la regulación es el camino que se debe recorrer. Estas dos tesis afloraron en tiempos del Botánico como punto de desencuentro en el seno del Consell.
El PSOE y Sumar, en este sentido, deben de afrontar sus propias contradicciones internas. El caso Koldo, más allá de los indicios de corrupción, ha irrumpido en una de las líneas de flotación de la organización socialista. El que fuera secretario general, ministro y referente valenciano, José Luis Ábalos, mantenía una relación con una persona, al parecer, dedicada a esta actividad. Una actuación que ha indignado a la militancia socialista.
La ministra Diana Morant atendió a la prensa minutos antes del comienzo de la manifestación. Llegó acompañada de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. Por la mañana ambas habían estado en la marcha de Madrid. LAS PROVINCIAS tenía la intención de preguntar a Morant por las actuaciones de Ábalos, pero en el comienzo de la pregunta, personal de comunicación del ministerio cortaron ante la insistencia de la organización del acto. La ministra, no obstante, mostró toda su disponibilidad. Fue amable y no se negó. Pero el equipo de comunicación, en esta ocasión, no estuvo por la labor. No suele ser habitual.
Morant defendió el compromiso del PSPV con la Igualdad y los avances de los socialistas como el apoyo legislativo a la interrupción del embarazo. Aprovechó los micrófonos para atizar a Mazón. «Las mujeres siempre tienen peores condiciones en las crisis y también ha sido en esta crisis de la dana», indicó. A todo esto se suma la «gestión catastrófica, indecente y negligente» de Mazón y el Consell.
De igual modo, Sumar no atraviesa su mejor momento después de que uno de los adalides de las políticas de izquierda y portavoz de Sumar en el congreso fuera denunciado -en la vía judicial- por una actriz por abuso sexual. Otras féminas también hablaron en redes sociales de comportamientos poco ejemplares. Águeda Micó, portavoz de Sumar, reclamó la dimisión de Mazón.
El Consell aprovechó la jornada para reivindicar su trabajo en defensa de las mujeres. La vicepresidenta Susana Camarero subrayó que, a pesar de los avances, todavía existen desigualdades y barreras. Destacó el compromiso del Gobierno con la implantación de políticas transversales. que fomenten la igualdad efectiva.
En este sentido, recordó medidas como la reciente aprobación de la gratuidad de la educación infantil de 0 a 3 años, un «hito histórico clave para garantizar la igualdad de oportunidades», o hasta cinco medidas de deducción fiscal en el IRPF con el objetivo de apoyar a las familias y promover la igualdad en el ámbito laboral y familiar.
Camarero acusó al PSOE de «envolverse en la bandera del feminismo desde el cinismo, la instrumentalización y la hipocresía» e insistió a la secretaria general del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, a condenar «sin fisuras» a José Luis Ábalos.
La violencia de género es el otro ámbito de lucha feminista. Una lacra que en la Comunitat alteró todavía más al movimiento con la entrada de Vox en el Consell y su discurso negacionista en lo referente a los motivos que impulsan este tipo de violencia. Fuera ya del Consell, esta tensión ha descendido. Pero el clamor contra el mensaje de la derecha radical se mantiene.
En ese escenario ha surgido una nueva derivada, la reforma judicial con la Ley de Eficiencia que otorga nuevas competencias a los juzgados de violencia de género como la investigación de los delitos sexuales cuando no existe relación entre autor y víctima, hasta la fecha asuntos que se llevaban en un juzgado de instrucción. Esto, según han denunciado los propios titulares de los órganos judiciales, multiplicará el trabajo y, en consecuencia, se dará una peor atención a las víctimas de violencia de género. De ahí el anuncio que hizo precisamente ayer el ministro de Justicia de ampliar el número de juzgados. Un intento de calmar estas reivindicaciones.
La lluvia hizo acto de presencia, con cierta intensidad, a eso de las 19.30 cuando la cabecera llegó a la plaza del Ayuntamiento. Hubo críticas a la Conferencia Episcopal «por machista y patriarcal». «Vixca la lluita feminista», fue uno de los lemas ya clásicos y de los más coreados. La conciliación fue otra de las demandas de las convocantes. «Estoy hasta las tetas de hacerte las croquetas», apuntaba precisamente en la necesidad de repartir obligaciones. «Manolo, la cena te la haces solo», iba en esa misma dirección.
El acto de clausura de esta manifestación, la más multitudinaria, comenzó en la plaza de la Reina y la calle San Vicente seguía repleta de asistentes a la marcha. La otra protesta desembocó casi a la misma hora y a escasos metros, en la plaza de la Mare de Déu. Encabezada por la pancarta 'Els feminismes recordem, resistim i construïm des de la rebel·lia. Transfeminismes antiracistes de València'. También se difundió el mensaje de 'La identidad de género no se debate, se respeta'.
En la renovada plaza de la Reina, se procedió a la lectura del manifiesto por parte de dos vecinas de l'Horta Sud, en el que resaltaron el feminismo como «una fuerza transformadora que cuestiona y desafía las estructuras de poder patriarcales» y la lucha «contra la desigualdad, la discriminación y la violencia que sufren las mujeres en todo el mundo», para lo que abogaron por «considerar todas las interseccionalidades para hacer frente al machismo».
Durante cerca de medio minuto la multitud exclamó «Mazón dimisión» por su gestión de la dana. Fue después de que denunciaran la «incompetencia institucional» durante la catástrofe. Reivindicaron, de igual modo, «una igualdad social y laboral real» ante las diferencias de salario, las «cargas invisibilizadas» en el ámbito doméstico y la «precariedad», para lo que exigieron «medidas efectivas para poner fin a esta injusticia y garantizar una redistribución equitativa de las responsabilidades y oportunidades».
Igualmente, exigieron «espacios seguros y libres de sexismo y violencias sexuales» y abordar «con urgencia las desigualdades en la atención médica que afectan gravemente su salud»; con la denuncia de «todo tipo de violencias machistas».
Las manifestantes denunciaron las «muchas caras» de la violencia: «sexual, física y psicológica, hasta la institucional y económica» y han exigido medidas «contra todo tipo de mercantilización de los cuerpos de las mujeres, como los vientres de alquiler y la compra-venta de óvulos», así como aprobar «legislación abolicionista del sistema prostitucional y pornográfico, donde todos los días millones de mujeres y niñas están sometidas a violencias brutales». «La prostitución no es un trabajo y nunca conseguiremos la igualdad mientras exista», sostuvieron.
Terminó todo con 'la marcha de las mujeres', de Ethel Smith, en una versión traducida al castellano. Quedaba la noche, la primera 'importante' de las Fallas si el tiempo lo permitía.
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