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Dos ofertas ha recibido el Consorcio Valencia 2007 para el contrato de asesoría náutica-jurídica y la gestión de impagos en los amarres de la Marina. La morosidad se extiende a 55 barcos y una cantidad aproximada de 680.000 euros, indicaron fuentes de la entidad.
El Consorcio tiene en vigor un acuerdo con la Agencia Tributaria para gestionar los impagos, aunque las mismas fuentes precisaron que «la abogacía externa se pide porque en los barcos de propietarios extranjeros no podemos acudir a la Agencia Tributaria, así como en los insolventes. Por eso necesitamos (esta contrata) para poder embargar».
El Consorcio atraviesa una más que delicada situación financiera como ha quedado constatado en la auditoría de 2016. Los ingresos por los amarres son una parte importante del total del presupuesto. De ahí el interés en el cobro de los impagos, que supondrán un coste en la asesoría de 30.000 euros anuales.
La Marina tiene una capacidad de 800 amarres, por lo que la cantidad de morosidad se considera pequeña. Cada año pasan por las instalaciones de Valencia unos 4.000 barcos y el pliego de condiciones del concurso establece incluso la posibilidad de inmovilizar las embarcaciones afectadas para cobrar.
Entre las obligaciones de la asesoría se encuentra la tramitación de los impagados de barcos extranjeros o cuyo cobro haya resultado fallido por la Agencia Tributaria. «Cuando exista riesgo de huida de la embarcación causante de la deuda, se procederá a instar al embargo preventivo bajo el Convenio Internacional de Ginebra de 1999 y la Ley de Navegación Marítima», se cita en otra de las condiciones. La adjudicataria se encargará también de tramitar los expedientes de abandonos para tramitar las subastas.
La entidad se encuentra inmersa desde hace tiempo en estudios para decidir la reordenación de los amarres, lo que se vincula a un nuevo contrato de gestión de las instalaciones y la construcción de un varadero en la Marina sur. La intención es ampliar el aforo con 600 plazas más gracias a los pantalanes que se construyan en la dársena interior. Los megayates pasarían a la bocana exterior, en una operación que requiere de una inversión de 25 millones de euros. Se trata de uno de los encargos más jugosos que tiene sobre la mesa el consejo rector.
El gobierno municipal tiene interés en promover una subsede del Museo del Mar en el antiguo varadero, que en un principio debía acoger un centro gastronómico y de eventos. Pero el verdadero escollo se encuentra en la negociación política para resolver la deuda superior a 400 millones por las obras de la Copa América de vela, a la que el Consorcio no puede hacer frente.
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