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Varias personas con mascarilla en la Estación del Norte de Valencia. IRENE MARSILLA

La mascarilla resiste en Valencia

La medida de protección se mantiene en la mayoría de comercios y establecimientos abiertos al público

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 20 de abril 2022

Es el primer día sin mascarilla en interiores y las dudas presiden la apertura de la jornada. En la Estación del Norte de Valencia la mayoría no tenía claro si hay que utilizarla en los andenes o sólo en el interior de los vagones. Claudia Fernández, que esperaba a una amiga, creía que sí mientras Raquel sabía que no era necesario su uso antes de montarse en el tren.

«Me siento más segura utilizándola en medio de tanta gente», ha explicado Raquel y la opinión es compartida por la mayoría que considera que es mejor utilizarla en los medios de transporte público.

«Al menos ha evitado que haya tantos resfriados o al menos es lo que nos han dicho», afirma Carmen mientras espera para montarse a un tren en dirección a Castellón.

El hecho es que hoy comienza una nueva etapa en la vuelta a la normalidad con la pandemia. «Me parece bien que la hayan quitado porque ya hay menos contagios», recalca Raquel.

La estación del Metro de la calle Xàtiva presentaba el mismo aspecto a primeras horas de la mañana. Los usuarios esperaban poder comprar un billete o atravesaban el torno y la mayor parte utilizaba la mascarilla. Los casos en los que no se llevaban se podían contar con los dedos de una mano.

Luis

«Tenía que llegar el momento de quitarla, pero a lo mejor volvemos con ella»

Estanquero

Estanquero

Pero la llegada del fin de la mascarilla ha causado cierto desconcierto entre la población general. La mayoría de los usuarios siguen utilizando esta medida de protección, quizá en parte por inercia y habrá que esperar unos días para que la gente se atreva a no llevarla.

«Yo hago lo que me digan los clientes», explica Delia que trabaja en un gimnasio de la calle Joaquín Costa. «Algunos preguntan si ya pueden ir sin la mascarilla. Otros vienen con ella puesta. Yo, para atender, sigo utilizándola por precaución».

Es el mismo caso de Lara que trabaja atendiendo al público en el Museo Taurino de la Diputación de Valencia. «Yo voy a seguir llevándola. Aquí vienen más de mil personas todos los días y ya he pasado dos veces el Covid-19 y esto es una medida de precaución», aclara. «Mi hija trajo la variante Omicron y yo pillé la Delta en noviembre de 2020», puntualiza la responsable.

Lara

«Aquí viene gente de todo el mundo y creo que es una medida de protección»

Museo Taurino

Mila, que trabaja en una peluquería, prefiere trabajar sin mascarilla. «Ha pasado mucho tiempo desde que comenzó todo esto y estoy cansada pero si un cliente me lo pide me la pongo», ha explicado. Reconoce que la mayor parte de los usuarios de su establecimiento, hasta el 75%, continúa llevándola. Aunque están en contacto muy cercano con las personas que llegan para arreglarse el pelo.

Mila

«No la voy a llevar pero si alguien me lo pide, me la pondré»

peluquera

Luis, que regenta un estanco, es partidario de llevarla. También reconoce que la mayoría de los clientes que «están entrando esta mañana la llevan puesta». Él también es partidario de seguir utilizándola. «Tenía que llegar el momento de quitarla pero yo temo que haya nuevos rebrotes», aclara. Y explica que ya ha sufrido las consecuencias de pasar la enfermedad y no está dispuesto a que se repita. «Tuve que cerrar quince días con el perjuicio que supone para el negocio», puntualiza.

También en la parroquia del Ángel Custodio la mayoría de los asistentes a la misa de la mañana continúan llevando la mascarilla. Antonio señala que «sé que se puede dejar de utilizar pero al llegar he visto que la mayoría la llevaba y yo también me la he puesto». Y es que tampoco es ya obligatorio utilizarla en los lugares de culto.

Belén

«Voy a seguir llevándola. También la utilizo cuando salgo a la calle»

Tienda de productos eléctricos

Belén es la propietaria de un establecimiento de productos eléctricos. «Yo voy a seguir llevándola», explica y reconoce que la mayoría de los clientes que entran en la tienda suele venir con ella puesta. «También voy a seguir utilizándola por la calle. No me fío mucho», puntualiza.

Erika

«Aún es pronto. La gente se tiene que ir acostumbrando a la nueva situación»

camarera

«Aún es pronto. La gente se tiene que ir acostumbrando a la nueva situación. Llegan con la mascarilla puesta yo creo que por la costumbre y se la quitan cuando consumen algo», aclara Erika, empleada en una cafetería y señala que a ella no le molesta nada que la gente no la utilice. «Ha pasado tanto tiempo usándola que casi no me doy cuenta de que la llevo puesta», apunta la camarera.

Rosaura

«Aunque trabajamos sin ella, nos la ponemos cuando atendemos a un cliente»

Tapicera

Rosaura trabaja en la Tapisseria Ferrer y Ramos y señala que «por supuesto cuando entre un cliente me la voy a poner», señala. Aunque reconoce que mientras están en el taller con los muebles lo hacen sin esta medida de protección. «Me parece bien que la hayan gastado porque me parece un poco inútil aunque creo que es lógico en sitios donde hay mucha gente», resalta.

Emilia

«La voy a seguir llevando. Creo que la han quitado un poco pronto»

Panadera

Emilia es la propietaria de la panadería La Alacena y señala que la mitad llevaba mascarilla mientras la otra mitad, no. «Hasta ayer todo el mundo iba con la protección. »Yo, por mi parte, voy a seguir llevándola. Aquí entra mucha gente de todo tipo y creo que por precaución la tengo que utilizar«, señala y añade que »quizá la han quitado un poco pronto. Creo que en invierno la volveremos a llevar«.

Claribel

«No puedo contagiarme por mis padres y por aquí pasa mucha gente»

Trabaja en una tintorería

«Los clientes entran con ella puesta y yo la llevo habitualmente y lo seguiré haciendo por precaución», explica Claribel Martín que trabaja en una tintorería. Uno de los problemas que ve es que hay mucha información «y te enteras de que la situación en China está complicada».

Vicen

«La gente viene con mascarilla. No se fían y yo tampoco»

Floristería

Vicen es la propietaria de La Bella Elisa, una floristería en el Ensanche. «Los clientes vienen con mascarilla. No se fían y yo tampoco. Cuando la quitaron por la calle yo casi la utilizo más», apunta y resalta que «prefiero que lleven la protección puesta». Vicen hubiera preferido que retrasaran la medida. «El riesgo no es tan alto pero sigue habiéndolo», añade.

Por otro lado, y según informa Europa Press, el Mercado Central de Valencia ha vuelto este miércoles «con alegría» a una normalidad sin el uso obligatorio de las mascarillas, un «gran paso» que ha hecho efectivo tras la entrada en vigor del decreto por el que se pone fin al uso preceptivo de este elemento en interiores.

«Siempre se dice que el mercado es la catedral de los sentidos, pero durante dos años de pandemia no se ha podido disfrutar ni del gusto ni del olfato. Ahora volvemos a reencontrarnos con las sonrisas».

Así lo ha manifestado la gerente del Mercado Central de València, Cristina Oliete. Esta portavoz ha asegurado que el sentir mayoritario entre los vendedores ha sido el de «alegría» por «volver a ver las sonrisas» en los rostros de sus clientes, aunque ha precisado que algunos mantendrán por «precaución» las mascarillas durante al menos las dos próximas semanas.

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