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Las mediciones de ruido realizadas por el Ayuntamiento con un total de 16 sonómetros en el barrio de Ruzafa han determinado que «algunas calles» sobrepasan los límites exigidos para la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS), un paso que el gobierno municipal todavía no ha decidido.
Esa fue la conclusión de la reuinión de este martes del concejal de Mejora Climática, Carlos Mundina, con representantes de varias entidades. Acudieron miembros de Russafa Descansa, la asociación de vecinos, Gent de Russafa y de la propia Federación de Vecinos.
La presidenta de esta última entidad, María José Broseta, indicó que el estudio sonométrico responde a la sentencia del Tribunal Supremo de junio de 2021, al descartar el recurso de casación interpuesto por la Federación Empresarial de Hostelería. En abril del año siguiente, el entonces edil de Contaminación Acústica, Giuseppe Grezzi, anunció el estudio cuyo resultado se ha conocido ahora.
No obstante, Broseta señaló que desconocen la relación de calles donde se superan los niveles que permiten la declaración de ZAS, así como los decibelios alcanzados. Sí confirmó al igual que otro de los asistentes a la reunión, que el estudio arroja la conclusión de que se superan los máximos en algunas zonas de Ruzafa.
El estudio se realizó en las calles delimitadas por los límites de la avenida Reino de Valencia, Gran Vía Germanías, la avenida Peris y Valero, así como las calles Gibraltar y Filipinas. La normativa establece que serán «declaradas Zonas Acústicamente Saturadas aquellas en las que, aun cuando cada actividad individualmente considerada cumpla con los niveles establecidos en la Ley 7/2002, se sobrepasen dos veces por semana durante tres consecutivas o, tres alternas en un plazo de 35 días naturales, y en más de 20 decibelios, los niveles de evaluación por ruidos en el ambiente exterior establecidos en la presente ordenanza».
Estos límites de la normativa se sitúan en 65 decibelios de día y 45 por la noche. Broseta abogó por no «criminalizar» a todos los hosteleros del barrio, debido a que hay muchos que «cumplen con la licencia». Sí que consideró que hay masificación de mesas y sillas de terrazas en algunas zonas, además de otros incumplimientos.
«Los restaurantes se convierten en pubs y los pubs en discotecas. Al final no se tiene clara la actividad que puede hacer cada uno», señaló, para insistir en que «se dan las condiciones de ZAS en algunas calles». Acerca de los motivos del aumento del ruido nocturno, indicó como una de las posibilidades que sea un «efecto de la pandemia, hay algunos que ponen más mesas de las que toca».
¿Pedira la Federación de Vecinos la ZAS? De momento Broseta habló de «cumplir y prevenir, la ZAS sirve cuando no se han tomado medidas». Citó como ejemplo las normas urbanísticas aprobadas en 2014, en las que se limitaba la apertura de nuevos locales en función de unas distancias mínimas. «No se han cumplido», concluyó la dirigente vecinal.
Una declaración ZAS supone en la mayoría de los casos una reducción del horario de cierre, además de otras como el veto a la apertura de nuevos establecimientos de ocio y hostelería. En Valencia hay cuatro aprobadas, todas por mandato judicial.
La plataforma vecinal Russafa Descansa sí que pidió en 2021 la ejecución de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, en el sentido de una declaración ZAS. Queda por concretar el estudio sonométrico del Ayuntamiento para poder formular la petición, que se da por hecho.
Fuentes de esta entidad destacaron la buena disposición del concejal Mundina para afrontar este asunto, aunque «sin dar pistas acerca de una declaración ZAS». En todo caso, indicaron que el problema sigue sin resolver y que en algunos casos se ha acrecentado.
El estudio sí señala que a partir del miércoles es cuando las mediciones marcan los máximos y así se mantiene hasta el fin de semana, domingo por la noche excluido. Señalaron como ejemplo de descontrol los locales que abren «como tiendas de ultramarinos y acaban sirviendo bebidas, sacando hasta banquetas a la calle». Hablaron también de controlar más las «actividades» en la zona, como es el caso de las despedidas de soltero, dado que en esta parte de la ciudad se han convertido en una moda, donde llegan grupos incluso de fuera de Valencia.
La sentencia del TSJCV ordenó al Ayuntamiento las mediciones de ruido previas a la declaración del barrio como ZAS, para declarar nula por contraria a Derecho, la resolución municial del 2 de agosto de 2017, que no estimó procedente el estudio sonométrico ahora acabado.
Fuentes municipales no concretaron el siguiente paso de la concejalía de Mejora Climática, en el sentido de si harán más estudios para ser «más exactos» como propone la Federación de Vecinos, o si por el contrario tramitan directamente la ZAS, que debería pasar por un período de alegaciones.
La situación de Ruzafa se suma a la «patata caliente» del gobierno municipal en el barrio de Ciudad Jardín y en la plaza Honduras y adyacentes. En estas dos zona, las asociaciones de vecinos se han embarcado en un litigio judicial, con sentencias ganadas, para la declaración de ZAS por la excesiva concentración de locales. Queda resolver los recursos presentados por el Ayuntamiento y una asociación de hosteleros respectivamente.
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