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Domingo, 16 de agosto 2020, 12:00
La torre del Micalet de la Catedral de Valencia fue construida entre los siglos XIV y XV como campanario pero también ha sido empleada con fines tan variados como telégrafo óptico de llegada de barcos, faro de hogueras para alertar sobre ataques piratas o instrumento de homenaje a la Asunción de la Virgen para mostrar un alineamiento solar único a través de una de sus ventanas que solo se produce cada 15 de agosto, y que ayer volvió a registrarse, y hasta puesto de mando de defensa antiaérea durante la guerra civil.
Como telégrafo óptico fue usado en el siglo XIX «con dos conjuntos de bolas, a cada lado de la espadaña, en el segundo cuerpo», explicó Francesc Llop, presidente de la asociación Campaners de la Catedral de València.
Este sistema de poleas y bolas, según su número y posición y en función de unos códigos, proporcionaba información a los comerciantes y ciudadanos sobre la llegada y partida de barcos al Puerto de Valencia, su procedencia y sus características.
Para recordar este mecanismo fue instalada una réplica en la terraza del Micalet en octubre de 2019 perteneciente a la Exposición «La Història Gravada del Port de València», organizada por la Autoridad Portuaria de Valencia y la Catedral.
Respecto a su uso como torre vigía con hogueras, «sabemos que el sistema de torres de vigía de la costa valenciana se creó en el siglo XVI, se extendía desde Vinaròs hasta Pilar de la Horadada con unas 90 torres, entre ellas el Micalet, para alertar de la llegada de barcos piratas berberiscos», ha señalado.
Así, en lo alto del campanario de la Catedral se hacían «tres hogueras al día, al amanecer, a mediodía y al atardecer, para indicar que estaban de guardia y que no había novedad. Si se encendía una a destiempo era señal de ´moros en la costa`, si encendían dos, que habían desembarcado, y si arrojaban las hogueras de la torre al suelo, que estaban rodeados».
La hoguera de la torre de la Catedral de Valencia «se llamaba también 'la falla del Micalet' y el encargado del encendido era el campanero. El último de ellos que vivió en la torre, Mariano Folch, que fue más de sesenta años el campaner titular, de 1840 a 1905, también hacía una hoguera breve cada noche.
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Sobre su uso para disparar fuegos artificiales, Marcos Antonio de Orellana Mocholí (1731-1813), historiador, jurisconsulto y escritor, «indica a finales del XVIII que él ha conocido fuegos artificiales en el Micalet pero que no funcionaban bien porque a causa de la gran altura de la torre, el viento los desviaba, y se alegraba de su prohibición».
También fue usada como una gran luminaria o farola ya que «se iluminaba, a cuenta de la Fàbrica de Murs e Valls, responsable de las murallas y de la limpieza del agua, en los días festivos, como el 9 de octubre, porque la ciudad por la noche se quedaba a oscuras».
Para iluminar el Micalet «empleaban entre 30.000 y 40.000 cazuelitas de papel pintadas con aceite y donde ponían aceite, mecha y las colgaban en cuerdas por los laterales de la torre y se tocaba ´el toc de lluminàries` que es el actual extraordinario del mediodía del Corpus, con todas las campanas y diversas combinaciones», ha comentado Llop.
Por otra parte, «también sabemos que se tocaban tambores en la terraza del Micalet, los tambores de guerra de los oficios, incluso que en la noche del 8 de octubre tiraban cohetes y tocaban los tambores desde la terraza», ha añadido.
Durante la guerra civil, el puesto de mando de la Defensa Especial contra Aeronaves (DECA) del gobierno republicano, que trasladó su sede de Madrid a Valencia, quedó situado en lo alto del Micalet para el aviso de alarma ante los bombardeos, mediante una red de sirenas antiaéreas que comenzaban a sonar cuando lo notificaba el mando de la DECA.
La torre comenzó a construirse en 1381 por Andreu Juliá, al que siguieron después Josep Franch y Pere Balaguer. Fue conocido como el «Campanar Nou» (Campanario Nuevo) para diferenciarlo del «Campanar Vell» (Campanario Viejo), primitivo campanario que tuvo la Seo en el siglo XIII en la calle de la Barxilla que fue destruido.
Después adoptó su nombre actual, el Micalet, adoptando así el de la gran campana de las horas que alberga esta torre, que originalmente fue una construcción exenta de la Catedral a la que se unió a finales del XV al prolongarse la nave central. En 1425 se concluyó la torre hasta la terraza. La espadaña actual fue añadida entre 1660 y 1736. Por lo que respecta a los distintos cuerpos de la torre, «el primero es macizo y es extraño, porque las torres similares de la misma época tienen una capilla en la base».
El segundo cuerpo es conocido como «la Presó» aunque «en realidad era un refugio para los que se acogían al derecho de asilo de la Catedral: una vez se traspasan las cadenas de su patio exterior se está bajo su protección», según Llop, que ha subrayado que ésta es la sala donde se produjo ayer el alineamiento solar, «al entrar la luz solar, de manera sorprendente, pues el resto del año está en una oscuridad casi absoluta». El tercer cuerpo es la «Casa del Campaner» y en él «vivieron familias hasta el siglo XVIII, y a partir del XIX solamente era para hombres solteros».
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