![Subida de precios | El miedo atenaza Mercavalencia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202203/23/media/mierdo-mercavalencia.jpg)
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Miércoles, 23 de marzo 2022, 14:49
Apenas hay algunos vehículos en la entrada y un par de camiones. El paso por las barreras se hace con fluidez y en una de las garitas el chico de seguridad que controla el paso advierte: «Hoy es un día flojo». Aún ni siquiera ha ... amanecido y las descargas ya casi están hechas en las paradas de Mercavalencia cuando son las cinco de la mañana. A la entrada de la nave del pescado y el marisco ya se siente el frío pero a penas se oye el barullo. Hoy no es un día animado, más bien los vendedores están de brazos cruzados y con ansias de actividad.
En algunas paradas ya han desembalado todo el producto, en otras aún lo están arreglando y colocando a la vista, lo más próximo posible al pasillo central, pero en casi todas hay un vendedor apoyado en el atril, con papel y bolígrafo esperando una clientela que no llega. «Los martes y los sábados son los días fuertes, hoy tiene pinta de ser un día complicado, aunque la semana no ha empezado mal del todo», dice optimista Angel Granado, vendedor de la empresa mayorista José Carabal S.L.
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El desabastecimiento aunque aún no es una realidad que se aprecie a simple vista en Mercavalencia se palpa en cada conversación, en cada café y hasta entre los clientes. «Estamos teniendo bastantes problemas de abastecimiento», reconoce Granado que relata cómo se vivió la semana anterior, con «la mano en la pared», dice que los pasillos y las cámaras de Mercavalencia estaban más fríos que nunca, que les acechó el vacío y que gracias a una treta de la que presume, fueron los únicos en hacer llegar un camión con carga suficiente el mismo día de San José con la que pudieron salvar la semana.
«No había visto esto tan triste nunca, por suerte esta semana ha empezado algo mejor, pero a ver que pasa mañana porque como la cosa va cambiando casi al minuto», advierte.
La huelga de transportistas tiene su efecto en Mercavalencia, hasta el punto de que cada mayorista trata de buscarse la vida cada día, se ven apurados para conseguir que los camiones de Galicia crucen la península sin que los piquetes les detengan por el camino. Y no hay nadie que se haga responsable de lo que ocurra con todo ese producto fresco que no llega a su destino.
«No llegan los camiones o directamente en origen ya te dicen, hoy no pidas nada porque es imposible que salgan de aquí. Otro problema es que si hacemos un pedido a mitad camino igual lo paran los piquetes y no llega el género, pero se limpian las manos todo el mundo, las depuradoras, los transportistas… todos, y lo tenemos que asumir nosotros, entonces el riesgo que hay es importante porque un día que te falle la compra es una ruina grande», describe Ángel Granado.
Casi todo lo que vende su empresa llega del norte y si no llega, con la subida de los precios y las cantidades de dinero que manejan estos empresarios, las pérdidas diarias pueden sumar entre los 20.000 y los 30.000 euros, un coste que no todos pueden asumir y que está llevando al límite a muchos.
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«Lo que pelan los transportistas es al final lo que pensamos todos porque además nos afecta igualmente a todos, pero claro tampoco podemos estar parados es una situación muy difícil, les entiendo, hay que buscar una solución porque el país no puede estar así», añade el vendedor.
Las bandejas y cajas de pescado o marisco siguen en el suelo de la nave y están intactas. Las ventas de hoy están siendo flojas pero aún queda producto fresco, que es sin duda el más demandado. Pero los mayoristas dudan de hasta cuándo podrán tener stock de pescado fresco, hasta cuándo podrán aguantar. Juan Carles Crespo, es vendedor desde hace más de treinta años en la empresa Distribuidora Mediterránea de Cefalopodos.
«Hoy estamos bajo mínimos y no creo que el sábado que es otro de los días claves vuelva a llegar más producto, este sábado no. Intentamos aguantar con lo que podemo», confiesa.
Su especialidad es el producto de playa, de las costas valencianas, pero hace días que no entra nada porque no están saliendo a faenar. «Es que no sacan lo suficiente como para pagar gastos y el pescado de playa es lo que más se vende, la sardina, el boquerón, no hay nada, la gente no está viniendo ni a comprar porque saben que no hay», comenta Crespo.
De sus más de treinta años de experiencia en el mercado insiste en que jamás ha visto algo parecido a lo que está pasando ahora. «Nunca», reitera el vendedor al que le preocupa la subida de los gastos, de los precios y en la incómoda situación que está trayendo. «Creo que si el Gobierno arregla el tema del gasoil, y el precio va bajando un poco creo que podría ayudar pero mientras nos tocará aguantar como sea con lo que tenemos, si no es fresco pues será congelado y sino semiconserva… pero claro la gente quiere fresco y eso depende del día a día», añade Juan Carles Crespo.
De una nave a otra separadas por apenas unos metros de recorrido se nota la diferencia. Los mayoristas de frutas y verduras no es que tengan stock suficiente, es que les sobra. Tanto que hasta pierden el producto por las escasas ventas. En esto se muestran tajantes en el sector: «No hay ningún problema de desabastecimiento ahora mismo aquí, con lo que no podemos es con las subidas de precios de todo, porque eso se traduce en que no podemos hacer frente a los gastos, nos están ahogando con los gastos que estamos teniendo, no podemos trabajar si no hay una solución y al final las empresas están cerrando aquí en Mercavalencia, ya han cerrado dos empresas y esto no había pasado nunca en la vida», explica Vicente Serrano de Agropons S.L.
La verdura se queda en sus cestas y pese a que los vendedores de los mercados recurren a ellos para abastecerse, aún así, tienen problemas para dar salida a sus productos. «Tenemos falta de venta, la gente no está yendo a comprar, o bien por el mal tiempo o bien por no gastar pero en nuestro caso el desabastecimiento no es ningún problema, más bien al contrario», explica Serrano que todo se deriva de la misma situación.
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EUROPA PRESS | COLPISA
Paco Alabau, carga con un bolígrafo y un pequeño bloc de notas. No pasa desapercibido y se sabe desenvolver entre los pasillos que rebosan de cestas con fruta y verduras en esta nave de Mercavalencia. Se describe a sí mismo como «un trabajador más» y realmente lo es; productor y mayorista, los golpes le llegan por todos lados. En sus propias palabras, hoy se trabaja en un «mercado de la miseria» en el que se ha convertido. Sus gastos han aumentado en pocos días entre un 45 y un 48%, y poner en marcha un camión hoy le cuesta el doble. «Entonces qué haces, montas una huelga, es que está claro, pero con este gobierno montas una huelga y tienen la poca vergüenza de llamarte encima fascista, cuando si lo hicieran ellos no pasaría nada», protesta el empresario.
Su cabreo se justifica con todos los problemas a los que tiene que hacer frente a diario y que puede enumerar en retahila. «Nos quieren ahogar y lo están consiguiendo, aquí trabajamos siete meses ya para el Gobierno, es una vergüenza, tengo 35 personas y estamos comiendo todos de esto, ellos lo único que hacen es dar problemas y si pueden te hunden», se queja porque ha visto de cerca los cierres y augura que si nada cambia antes de final de año habrá más empresas como la suya que no consigan resistir. «Todo se está yendo a pique, se ha convertido en un mercado de la miseria, y nos está trayendo pobreza». Preocupado por lo que vendrá responde tajante. «¿Que si esta situación puede ir a peor? Por supuesto».
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