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El llamativo cartel colocado en el que se estipulan los tiempos de consumición. DAMIÁN TORRES
Blanquita Bar Valencia | El bar que da 20 minutos para tomarse un café

El bar de Valencia que da 20 minutos para tomarse un café

Un local del centro pone tiempo a sus clientes por la subida de los precios. Los consumidores lo critican

MARC ESCRIBANO

Valencia

Miércoles, 18 de enero 2023, 01:03

Póngase en situación. Está dando un paseo, acompañado con amigos o familia, por el centro de Valencia y están sedientos. Deciden buscar un bar donde sentarse al solecito y tomar algo fresquito. Encuentran uno detrás de la Lonja en la plaza del Doctor Collado y deciden sentarse, cuando ven a lo lejos un cartel en su terraza que reza: «Tiempos de consumición en terraza: Café 20 minutos, Cerveza 25 minutos, Refresco 25 minutos, ¡Gracias!». Llamativo, sin duda.

Esta práctica, legal aunque de debatible ética, se está empezando a aplicar en la ciudad de Valencia ante la sorpresa de los consumidores. Algo común en los destinos más turísticos como Barcelona, que buscan un reciclado de mesas constante para sacar la máxima rentabilidad posible a sus soleadas terrazas. El cliente objetivo, por supuesto, es el turista extranjero, especialmente los que vienen en grupos, los cuales vienen dispuestos a gastar dinero y pedir grandes cantidades tanto de comida como de bebida.

Con los tiempos máximos de consumición, los hosteleros buscan evitar que el cliente local que quiere sentarse a tomar algo y charlar con amigos se quede ocupando la terraza durante horas, llenando las mesas y evitando así que esos deseados turistas puedan consumir, generando así la ansiada rotación constante de clientes. Aunque lo llamativo es que esta novedad haya aparecido durante el invierno, donde la gente no permanece tanto tiempo en la terraza por motivos obvios de frío en comparación con el verano, donde se podría entender esta práctica hostelera.

Según el propio local, es una medida de necesidad que han instaurado hace poco más de un mes para paliar con los efectos derivados de la pandemia y, sobre todo, con las subidas de los precios para conseguir alcanzar cifras de facturación similares a las que tenían años atrás. «Lo hacemos por la subida de precios de los productos y del alquiler, porque no se llega casi a fin de mes. La cosa es que la gente se puede tirar horas en una mesa sin consumir nada más y al final lo hacemos para no estar generando pérdidas. Una mesa que está ocupada mucho tiempo no nos genera rentabilidad», afirma un camarero del Blanquita Bar, el local en cuestión.

«De momento no se ha quejado ningún cliente y ha ido todo bien, porque se les informa cuando les servimos. Si llevan mucho tiempo pues les decimos mira ahí está el cartel que lo dice claro y tengo gente esperando, y lo entienden», señala. Otra historia es la que encuentra uno en sus reseñas de Internet, donde varios usuarios se quejan de esta práctica y de que les han impedido sentarse a tomar algo, bajo el pretexto de que para ocupar una mesa, en determinadas horas, se debe pedir comida sí o sí. Otro tema de una debatible ética.

Blanquita Bar. Este céntrico establecimiento exige a sus clientes que consuman en un tiempo máximo. DAMIÁN TORRES

Según Fernando Móner, presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU),«no es admisible que trasladen esa necesidad en forma de presión al consumidor limitándole el tiempo en el que pueden disfrutar de un café, un agua, un vino, una coca cola, una comida o una cena».

«Somos conscientes de los cambios experimentados por este entorno inflacionista y por el incremento de los costes que están teniendo todos los servicios y productos. Nos parece que eso deshumaniza de alguna manera el servicio que se tiene que dar por parte de la hostelería y restauración. Esperamos que sean casos muy limitados y excepcionales, porque lo que está claro es que no nos parece la mejor respuesta que se le puede dar a los ciudadanos», añade el presidente de la AVACU.

«En restaurantes con varios turnos o reservas sí que ponen limitaciones de tiempos. Hay un vacío legal en cuanto al tema del tiempo, la ley sólo establece el derecho de admisión, pero si está indicado y el consumidor está informado, es libre de entrar o no. Reclamaciones sobre este tema no hemos tenido, de momento», afirman en la AVACU.

La sorpresa de la Federación de Hosteleros al respecto también ha sido llamativa: «No sabíamos de esto». Cosa que dibuja la situación de que este sea el pionero en Valencia en llevar a cabo esta práctica de limitar con un tiempo máximo las consumiciones de los clientes en terraza.

«Lo hacemos por la subida de los precios. Una mesa ocupada mucho tiempo no nos genera rentabilidad»

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (UCO), se defiende que si el consumidor accede a consumir en el local y es consciente de dicha normativa, ya sea porque lo ha visto en un cartel o porque se lo han comentado los hosteleros, está aceptando las normas impuestas por el establecimiento, algo similar a restringir el derecho de admisión en los locales, por lo que es una acción completamente legal. Otra cosa es que el bar o restaurante comunique al cliente que debe abandonar la mesa metiéndoles prisa sin que estos hayan sido informados y sean conscientes de la existencia de esta regla. En tal caso, no sería legal y los clientes deberían pedir la hoja de reclamaciones por el trato recibido.

En cuanto a la opinión de los clientes, algunos lo entienden y otros no están muy de acuerdo. «Para tomarme un café no necesito más de media hora, me parece normal, pero sí que es verdad que es un poco raro, no lo había visto nunca», afirma Juan, un cliente que toma un café.

«Es su local y sus normas, pero ellos también suben los precios de lo que nosotros consumimos. Si yo antes echaba quince minutos para tomarme algo, pues ahora echaré media hora para compensar que me cobren más. Muchos bares suben los precios y bajan la cantidad en las raciones también», afirma un matrimonio de curiosos sorprendidos tras ver el cartel en la plaza del Doctor Collado.

Aunque si alguna vez se topan con un bar o restaurante que aplica una medida similar, una de las soluciones más fáciles y que evitará discusiones absurdas, es la de buscar otra alternativa, como bien recomienda la AVACU. Al final, esta medida busca tener un mayor número de clientes por hora, pero puede resultar contraproucente para los locales que la apliquen, ya que es posible que ahuyente a la potencial clientela que, sin el cartel, se hubiese sentado a tomar algo.

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