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El mar en Pinedo oculta un secreto. Muchos, en realidad, sobre todo para los legos en biología marina. Pero este, en particular, tiene concha. Después de que agentes del SEPRONA de la Guardia Civil interceptaran a cuatro personas que habían pescado de forma ilegal 12,4 kilos de ostra común en la desembocadura del Turia en Pinedo, los expertos analizan la presencia de Ostrea edulis en el parque natural de la Albufera al tiempo que apuntan que hablamos siempre de las golas o los canales que unen la laguna con mar abierto.
Cuando piensen en una ostra, piensen en una minidepuradora. Los moluscos se encargan de filtrar el agua y de ahí extraen los nutrientes necesarios. Además, actúan a modo de arrecifes naturales: en sus recovecos viven multitud de especies tanto animales como vegetales. Son también un manjar muy apreciado en la gastronomía, lo que presumiblemente llevó a esas cuatro personas que fueron interceptadas la semana pasada a saltarse la prohibición de pescar moluscos en una zona donde, por otra parte, está permitida la pesca recreativa.
Andrea Spinelli, investigador de la Fundación Oceanogràfic especializado en bivalvos, explica que las ostras «prefieren zonas de laguna costera donde el agua es más productiva, que parece turbia». Donde se interceptó a los pescadores furtivos, según Spinelli, «es una zona de pesca controlada para pesca recreativa». «No se puede bucear ahí para pescar ostras. Es la primera vez que hemos oído que hay ostras ahí dentro», comenta Spinelli, que explica que esta especie es común en todo el Mediterráneo «aunque se ha reducido muchísimo por la sobrepesca». «Los artículos más recientes hablan de una reducción importante», comenta.
Una de las preguntas más repetidas sobre la cuestión desde que se supo la actuación del SEPRONA fue, «uy, ¿pero en el puerto no se cultivan ostras?». La presencia de bateas en las aguas del Puerto es de sobra conocida por el común de los valencianos. En esas estructuras, situadas en la bocana del Puerto, se cultivan clóchinas, pero también ostras comercializadas por empresas especializadas. Estos animales cuentan con la trazabilidad adecuada, así como todos los certificados de calidad alimentaria necesarios, algo que no ocurre con las ostras pescadas de forma furtiva.
No opina lo mismo José Tena, director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de Valencia (IMEDMAR-UCV). «Hemos hecho estudios en la zona sumergida y sabemos que hay ostras desde siempre», comenta. Explica que las ostras, al tratarse de «organismos filtradores», suelen naturalizar en su interior elementos como metales pesados o microplásticos. «Son especies que sufren muchísimo los avatares que producimos los seres humanos», dice. Sobre la pesca de las mismas, asegura que trabajan en las costas están «acostumbrados» a ver gente «que coge organismos del medio marino». «A lo mejor hace 50 años no era un problema porque el agua estaba mejor pero ahora hay mucha gente que se está jugando el tipo cogiendo, por ejemplo, tellinas», explica.
Ambos expertos están de acuerdo en que vender para el consumo humano ostras pescadas de forma ilegal, como las que presuntamente capturaban las personas interceptadas la semana pasada, es sumamente peligroso. Spinelli dice que antes de llegar al restaurante «se hace un control sanitario para depurar los ejemplares antes de meterlo en la cadena» alimenticia. Tena detalla que lo que se hace es poner las ostras «en agua limpia durante 24 horas para que se limpien por dentro». «Pasan un día expulsando la porquería antes de poder entrar a la cadena de comercialización», indica. «Las ostras son importantes para eliminar bacterias y microbiota», comenta Tena.
Tal como ha podido saber este diario, es relativamente común que los restaurantes situados en el parque natural reciban ofertas de pescadores furtivos que ofrecen 'tenca' y 'llisa' capturada en el lago, así como ostras. Sin embargo, la totalidad de los hosteleros, explican fuentes conocedoras, rechazan adquirir estos animales, que se emplean en restaurantes étnicos especializados, dado que no cuentan con los requisitos sanitarios adecuados.
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