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Agentes de la Policía Nacional inspeccionan los restos de uno de los autobuses quemados.

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Agentes de la Policía Nacional inspeccionan los restos de uno de los autobuses quemados. EFE/MANUEL BRUQUE

La mitad de las bocas antiincendio de la EMT no tenían agua

Los bomberos tuvieron que usar camiones nodriza al fallar la red de hidrantes de las cocheras de San Isidro

Álex Serrano

Valencia

Martes, 8 de diciembre 2020, 01:05

Cuesta imaginarse el infierno que se desató el sábado en las cocheras de San Isidro en el pavoroso incendio que destruyó 16 autobuses y dañó otros siete. Pero cuesta aún más imaginarse la cara de los bomberos que llegaron al depósito sur a las 16.59 horas del sábado para encontrarse cuando conectaron las mangueras a las bombas de agua de las cocheras que no salía ni una gota. Tal como ha podido saber en LAS PROVINCIAS, un fallo en la red de hidrantes provocó un importante retraso en la extinción del incendio y una llamada desesperada a la jefatura de los bomberos: «Mandad camiones nodriza que aquí no hay agua».

Vídeo. Autobuses en llamas.

Sábado 5 de diciembre. 16.44 horas. El primer aviso llega al parque de bomberos del oeste. Hay un incendio en las cocheras de la EMT. Al lugar se desplaza rápidamente una bomba urbana pesada (BUP) con una dotación completa de bomberos. Según informan fuentes de toda solvencia, ya a lo lejos se ve una columna de humo negro que prepara a los bomberos: el fuego es más grave de lo que se pensaban. Los dos autobuses inicialmente afectados ya están ardiendo y los bomberos se preparan para atacar el fuego desde dos frentes, como es habitual. Sin embargo, la sorpresa desagradable llega cuando conectan las mangueras a los hidrantes y ven que no sale agua. De ahí viene la petición de camiones nodriza, dado que la BUP sólo tiene unos 3.000 litros de agua, que a dos mangueras da para unos 5 minutos de trabajo contra el fuego.

«Mandad nodrizas que aquí no hay agua», pidió la primera dotación de bomberos que llegó a San Isidro

La Policía Científica trabaja con la hipótesis de que el depósito de un autobús viejo explosionó sin previo aviso

Fuentes conocedoras de la operatividad del servicio hablan de que apagar un fuego provocado por gas es relativamente sencillo: «Basta con echar mucha agua». Sin embargo, esa falta de agua de los primeros momentos provocó «un importante retraso» en las labores de extinción, que sólo se acometieron con garantías cuando llegaron los refuerzos: todos los bomberos de la ciudad salvo los del parque del Saler acudieron a San Isidro. Fue entonces cuando se conectó con los hidrantes exteriores de las cocheras y se localizó, gracias al personal de la empresa, otras bocas dentro de cocheras que sí pudieron ofrecer servicio.

Imagen. Incendio en las cocheras de la EMT del barrio de San Isidro de Valencia

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Imagen. Incendio en las cocheras de la EMT del barrio de San Isidro de Valencia

Los bomberos ayudaron, tal como explican las mismas fuentes, al personal de la EMT a mover los autobuses. Los más nuevos se ponen en marcha más rápidamente, motivo por el cual los mecánicos de la empresa y los bomberos pudieron salvarlos de las llamas. Más complicados de mover son los más viejos, por lo que se vieron más afectados por el fuego. Llama la atención que fueran autobuses que estaban muy cerca del final de su vida útil y que sin embargo todos ellos tuvieran la mampara que separa a los conductores de los pasajeros instalados, prueba inequívoca de que estaban listos para rodar.

Grezzi habla de normalidad en el servicio pero la dirección anuncia «inconvenientes»

El presidente de la EMT y concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia, Giuseppe Grezzi, destacó ayer que la empresa ya ha recuperado «lanormalidad en cocheras». Ayer mismo se reparó uno de los lineales de gas que quedaron afectados por el fuego, «de manera que los autobuses de gas pueden cargarse con normalidad y garantizar su servicio», indicó el edil, que agradeció «a todo el personal de EMT el trabajo realizado en las últimas horas para recuperar en tiempo récord la normalidad tras el incidente del sábado». «Fue un golpe duro, pero gracias al esfuerzo de todos el servicio público que presta EMT no se ha visto afectado en ningún momento», dijo Grezzi. Sin embargo, según una nota interna remitida a los conductores, la dirección de la empresa pide paciencia porque el incendio «puede provocar algún inconveniente en la operativa interna».

El edil, además, agradeció el trabajo realizado por la Policía y los bomberos «que de manera coordinada con el personal de EMT controlaron el incendio». Elocuentemente, el concejal añade, en una nota remitida después de que este diario cuestionara a la empresa sobre el fallo de las bocas de agua, que el fuego se controló «con la ayuda de los hidrantes y bombas antincendios».

«La policía científica sigue investigando las causas del incendio. Ahora tenemos que esperar a que los profesionales investiguen y saquen sus conclusiones», pidió Grezzi. La dirección de EMT se reunió el domingo con el personal del área técnica y de operaciones para evaluar los daños y planificar el servicio «con el objetivo de que no afecte a las personas usuarias», dijo en un comunicado remitido a los medios.

Sobre la petición de la oposición de un consejo extraordinario, Grezzi confirmó que lo convocará. «Estamos recopilando todos los informes técnicos», dijo. «Además, yo mismo me puse en contacto este fin de semana con los portavoces de los grupos municipales para trasladarles la información que teníamos hasta el momento. Hay en marcha una investigación policial, por lo que también pido prudencia y responsabilidad a los consejeros y consejeras», solicitó el concejal.

En cualquier caso, fue cuando llegaron los refuerzos cuando los bomberos pudieron tirar las líneas de agua hacia los hidrantes que sí funcionaban, tanto dentro como fuera de cocheras, y sofocar las llamas, que se habían propagado a autobuses cercanos. La primera hipótesis con la que trabaja la policía científica de la Policía Nacional es que uno de los depósitos de gas de uno de los autobuses explosionó. Según explican fuentes conocedoras del procedimiento, aunque sea sencilla, la extinción de un incendio de estas características no está libre de riesgos. Uno de ellos es lo que los técnicos especializados llaman dardo de fuego.

Se produce cuando la válvula de seguridad del depósito de gas sale despedida. Esto ocurre cuando la presión interna es demasiado elevada. En ese caso, el gas sale despedido y se crea una llamarada de hasta diez o doce metros altamente inflamable que puede provocar más incendios en los alrededores, así como daños personales en los bomberos. Por suerte, en esta ocasión no hay que lamentar víctimas aunque sí cuantiosos daños materiales.

El aclalde de Valencia, Joan Ribó, aseguró ayer que no hay novedad en la investigación, que sigue su curso, y que se informará con puntual transparencia de lo que vayan descubriendo los informes técnicos. Aunque la oposición cifra en hasta 6 millones el menoscabo patrimonial a la empresa, la entidad asegura que el coste de los autobuses es muy inferior y que los servicios de seguridad de las cocheras habían pasado las revisiones pertinentes, incluido el de antiincendios.

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