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Paco Iborra, dueño de la pastelería Los Ángeles del Cabanyal. Irene Marsilla
Monas y chocolate para endulzar el confinamiento

Monas y chocolate para endulzar el confinamiento

Los panaderos y pasteleros reconocen que las ventas han bajado y se esmeran en crear delicias de Pascua para remontar la crisis y atraer clientes

Lola Soriano

Valencia

Lunes, 13 de abril 2020

La tradición de volar el cachirulo en la playa y salir al campo a comer la mona tendrá que posponerse, pero eso no significa que los valencianos no puedan darse un homenaje y degustar un panquemado, una coca con pasas y nueces o una mona con o sin chocolate. De hecho, los panaderos y pasteleros están poniendo todo su arte en estas creaciones dulces para que, a pesar del confinamiento, los clientes puedan celebrar estas Pascuas confinadas.

El colectivo reconoce que está siendo una campaña rara con una reducción de ventas importantes, ya que no ha habido procesiones ni paseantes en las calles, pero hacen un llamamiento para que la gente se acerque a las panaderías para seguir con la tradición gastronómica valenciana.

Son muchos los obradores que están poniendo todo su empeño en sorprender a los clientes, entre ellos el horno Vicente García, en Antiguo Reino de Valencia. El pasado año ganaron los cuatro primeros premios del gremio de panaderos: de escaparate, mona tradicional, coca con pasas y panquemado. En esta ocasión, el coronavirus ha truncado la ilusión de seguir con el concurso.

Vicente García días atrás ya había empezado a crear un escaparate con el castillo de Frozen. Como anécdota cuenta que «hay hornos de Barcelona que otros años venían sirviendo creaciones de chocolate a gente que vive en Valencia. Ahora como el transporte es complicado, son los hornos de Barcelona los que nos han pedido productos para que los repartamos y, por eso, ya he vendido el castillo de Frozen y más piezas». Estos días se pueden encontrar gallos, casas coloniales, pingüinos o peces Nemo. Tampoco faltan los panquemados y monas con forma de patos.

También en el Ensanche, en el horno San Bartolomé (calle Duque de Calabria), Jesús Machí se ha especializado en hacer una técnica de horneado a la antiga. «Preparamos la masa tanto de los panes, como de los panquemados de un día para otro para que tenga más sabor, durabilidad y por la fermentación, ya que las levaduras descomponen el azúcar en pequeñas partes. De este modo, durante esas horas la fermentación busca los azúcares de los almidones de la harina y el producto resulta con menos azúcar porque queremos que nuestros clientes duran muchos años».

En estos días de confinamiento «estamos haciendo reparto a domicilio para que la gente mayor no salga», añade.

Vestas con capirote

Pastelería La Rosa de Jericó, horno San Bartolomé y José Vicente Galán de Albal. Irene Marsilla
Imagen principal - Pastelería La Rosa de Jericó, horno San Bartolomé y José Vicente Galán de Albal.
Imagen secundaria 1 - Pastelería La Rosa de Jericó, horno San Bartolomé y José Vicente Galán de Albal.
Imagen secundaria 2 - Pastelería La Rosa de Jericó, horno San Bartolomé y José Vicente Galán de Albal.

En elCabanyal, la pastelería Los Ángeles (calle Antonio Juan), el escaparate del maestro Paco Iborra siempre alegra a los vecinos. Destacan los nazarenos o vestas de Semana Santa, a los que no les falta el capirote que se venden por sólo 3,80 euros. «Todos van con sorpresa. Otros años hago 700, pero como empezó la pandemia, cuando llegué a los 400 paré. Es una de las creaciones que más gusta». Para Fallas y también estos días puso como decorado unas figuras con mascarilla para simbolizar la pandemia.

También cuenta con otras figuras como ratones, osos y casas. Otros años ha reproducido las torres de Serranos, la estación de trenes del Cabanyal, una vespa o un coche Hispano Suizo.

En cuanto a las monas, oferta las de panquemados y «de pasta brisa, que le he cambiado el aceite de girasol por mantequilla y son las que más vendo».

En la pastelería La Rosa de Jericó (calle Hernán Cortés) también preparan la masa de panquemados y monas sin casi levadura un día antes «porque aguanta más tiempo». Y son unos maestros de las delicias de chocolate. «Hemos hecho a Dumbo, la casa de Mickey, caracoles, perros, el cohete de Tintín, triciclos, trenes, gallinas o huevos de 3 centímetro y hasta de 40», indica Carlos Jericó. Y añade que «en muchos puntos de España es una tradición que los padrinos regalen las figuras de chocolate a sus ahijados. Algunos añaden la figura a una tarta y otros prefieren la figura sola. Están comprando clientes de Valencia, de Gandia, incluso de Madrid o San Sebastián».

En Albal, José Vicente Galán, se ha adaptado a las circunstancias «y estamos haciendo cocas y panquemados más pequeños, es decir en lugar de 600 gramos son de 250, porque la gente no va a comerse la mona con amigos. Así la comen entre los tres o cuatro que viven en casa». En cuanto a las monas, han creado diseños de patos, tornillos, anclas o cestas y figuras de chocolate tenemos de conejos, gallinas, osos o cestas.

Donación de monas en un hospital de Valencia. Gremio de panaderos

El gremio de panaderos reparte 5.500 monas en los hospitales valencianos

Los españoles llevan semanas saliendo cada tarde al balcón para aplaudir a los sanitarios y agradecerles el esfuerzo que están haciendo para salvar vidas y luchar contra el coronavirus. Ahora, el gremio de panaderos se ha querido sumar a la causa con otra iniciativa: la entrega de monas al personal de los hospitales valencianos.

«Son más de 90 hornos los que se han unido. La firma harinera Molí de Picó se encarga de la logística. Recoge las monas en los hornos y la lleva a los sanitarios», explica Juanjo Rausell, maestro mayor del gremio.

La idea es repartir 5.500 monas desde el miércoles y hasta pasado mañana. «Por cada dos monas que compran los clientes, los horneros donamos una para sanitarios y enviaremos a Casa Caridad», añade Rausell.

Raquel y David Montalar, del horno Sant Josep de la Pobla de Farnals han tenido una iniciativa bonita. «Hemos tenido un día que no íbamos a abrir el horno y nos dedicamos a hacer monas. Llevamos 100 al personal del Clínico», indica Raquel.

Paco Iborra, del horno de Los Ángeles, ha donado 150 vestas al personal del hospital General y Jesús Machí, de San Bartolomé, está colaborando «con el cocinero José Andrés y con el proyecto del centro de turismo CdT y el Banco de Alimentos para entregar 1.000 panecillos diarios».

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