Morla, Charlie y Rosita, las tres tortugas marinas rescatadas, protagonistas de la nueva campaña del Oceanogràfic

Morla ya ha llegado a sus 40 años y es casi la niña mimada del centro de conservación del Oceanogràfic. Fue cautivada en el mar y creció en la casa de un hombre en Alemania que la tuvo encerrada de manera ilegal, por eso no es de extrañar que sea la favorita del área de recuperación y conservación del mar del Oceanogràfic, donde ha conseguido mejorar. Morla junto con Charlie y Rosita, las otras dos tortugas bobas, conviven junto a dos focas y tres leones marinos californianos. Estas galápagos son las protagonistas del empeño por la conservación animal del Oceanogràfic.

El centro se afianza así como referente en su labor por cuidar y mantener a las especies amenazadas después de salvar a más de 600 tortugas en una trayectoria de 15 años de funcionamiento. Con la campaña «Tortugas 2022», se pretende mostrar en las instalaciones las diferentes especies de galápagos, marinos, terrestres y de agua dulce, que están en peligro de extinción y que quieren poner en valor este año.

Con un programa transversal de exhibición, conservación y divulgación en la mayoría de sus instalaciones, con actividades y talleres, el objetivo del Oceanogràfic es el de sensibilizar sobre las amenazas a las que se enfrentan estos animales en el medio natural, sobre todo, por la acción humana.

«Las tortugas son la mejor manera de contar la historia, son animales super antiguos que han sobrevivido pero que podrían extinguirse si no cambiamos y si no actuamos mejor, con esto ponemos en valor la labor del centro de conservación y además concienciamos, no se trata de deprimir a nadie, sino de sensibilizar y de hacer que sobre todo los más pequeños disfruten de la naturaleza, la aprecien y aprendan de ella», ha destacado Daniel García, director de biología del Oceanogràfic y director científico de la Fundación durante la presentación.

Este animal en todas sus especies es el que acompaña a entender la importancia de la conservación marina. «Es que puebla la tierra desde hace mucho más tiempo que los dinosaurios y sin embargo hemos llegado los hombres para cargárnoslo en el último minuto, eso no puede ser», ha lamentado Eduardo Nogues, director general de Avanqua que defiende que con las tortugas se ejemplifica el lema del Oceanogràfic: «El mar en tus manos, en esa dualidad, de tienes cerca los animales y también está en tu mano su protección y a partir de ahí se construye toda esta campaña, con este animal emblemático como protagonista», ha añadido.

Celia Calabuig, presidenta del Oceanogràfic a su vez, ha destacado esta campaña como la vuelta a la normalidad tras la pandemia y como un atractivo no sólo para el turismo sino también para los propios valencianos.

El Oceanografic también ha creado una instalación exterior dedicada al hábitat del Mediterráneo con el objetivo de divulgar las tortugas autóctonas y cooperar con el trabajo de recuperación de especies de la conselleria de Agricultura.

Entre las tortugas terrestres que se pueden encontrar en esta zona se encuentra la tortuga mora (Testudo graeca), clasificada como «vulnerable», la tortuga marginada (Testudo marginata), la tortuga egipcia (Testudo kleinmanni) en peligro crítico de extinción y la mediterránea (Testudo hermanni), considerada extinta en la Comunitat y en peligro de extinción en la península. Todas ellas pertenecen al género Testudo y con una distribución a lo largo de la cuenca mediterránea.

La cría y engorde de especies de tortuga tanto marinas, como terrestres o de agua dulce en peligro de extinción en centros muy controlados como el Oceanogràfic permite aumentar la supervivencia de las nuevas generaciones manteniendo las crías en lascinstalaciones durante las primeras fases de vida. Es el caso de la tortuga marina Caretta caretta, la tortuga terrestre mediterránea (Testudo hermanni) o el galápago europeo (Emys orbicularis).

En el Oceanogràfic se mantienen los ejemplares recién nacidos de estas especies amenazadas durante un año con el objetivo de introducirlos posteriormente al medio natural con un tamaño mucho mayor para incrementar su resistencia y evitar la elevada depredación sobre las crías y favorecer así su supervivencia. A estos programas de ayuda al engorde de neonatos se los conoce técnicamente como, como programas de Head-Starting.

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