José Américo Montoro Alberola, médico hematólogo e impulsor del Centro de Transfusiones de la Comunitat Valenciana ha fallecido a los ochenta años de edad. Murió en La Cañada el viernes 28 de febrero. El expserto en hematología, miembro de una familia de larga tradición en esta especialidad médica, que estaba en posesión de la Medalla de Oro de la Cruz Roja dedicó su vida a la promoción de la donación de sangre. Su nombre queda para siempre inscrito en la historia de Valencia y de la medicina valenciana.
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En su rica y generosa carrera vinculado a los bancos de sangre destaca que en 1986 fue la persona clave para que echara andar el primer Centro de Transfusiones de España que hoy sigue en marcha desde la sede inaugurada en 1987 en la Avenida del Cid.
El doctor José Américo Montoro, Pepe como le llamaban sus amigos y allegados, siguio los pasos de su padre. Se hizo médico hematólogo y trabajo en el Hospital La Fe. Desde el banco de sangre de este centro sanitario de referencia en la sanidad valenciana abanderó la decisión de poner en marcha el centro que presidió desde su fundación hasta 1993. El interés que siempre mostró por impulsar esta iniciativa y promover la donación de sangre ha llevado a que se le haya considerado «visionario» al ver muy pronto la importancia que los servicios de transfusiones iban a tener para el avance de la medicina y la actividad asistencial. La dedicación y el prestigio que alcanzó en su ámbito de actividad le llevó a trascender los límites de la Comunitat Valenciana. Así fue cómo presidió la Sociedad Española de Transfusión.
Junto al profesional dedicado con innegable vocación a su especialidad estaba el hombre «afable y simpático muy amante de las tradiciones valencianas», como le describe Roberto Roig, Jefe de Servicio del Centro de Transfusiones que trabajó codo con codo junto al doctor Montoro. Entre sus pasiones se encontraba el fútbol, «era gran seguidor del Levante UD, de los que los domingos iba a ver los partidos».
José Américo Montoro, «nacido en el Grau», además, estaba muy vinculado a las Fallas. Recuerda Roberto Roig que una de sus hijas, María «fue fallera mayor infantil». Pero no sólo esta fiesta le vinculaba a las grandes tradiciones valencianas. También estuvo muy unido a los Amics del Corpus.
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El deporte no sólo formaba parte de su vida como espectador. Ya en su juventud este hombre que estudió en el Colegio de El Pilar desde donde pasó a la Facultad de Medicina se mostró aficionado a la práctica del fútbol en el equipo de la Facultad. Practicaba también el tenis.
José Américo Montoro, gran amante de la familia, era padre de tres hijas: Patricia, Amparo y María. Amparo, que fue la primera fallera mayor de la comisión Alameda-Francia y ex alto cargo de la Generalitat falleció en 2022, un golpe que azoró con fuera al doctor Montoro. Le sobrevive su esposa, Amparo Blasco, y sus otras dos hijas. La misa por su eterno descanso se celebrará este domingo 2 de marzo en el cementerio Parque de la Paz (Chiva). DEP.
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