Tantos titulares, tanta vida

Tantos autos y sentencias judiciales desgranados, tantos titulares cuadrados, tantos debates vehementes en bares de periodistas donde el humo no dejaba ver las ojeras de los compañeros. Tantos pitillos compartidos en la escalera de emergencia. Tantos consejos, tantas palabras de aliento, tanta risas, Xavi, contigo. Cómo te gustaba recordar nuestro primer encuentro, aquel histórico patinazo mío donde te dije que el hueco de Pepa que ibas a cubrir en Tribunales en La Razón era muy difícil de llenar. Tu oficio y profesionalidad lo llenó e hizo que rebosara, Xavi. Tantas portadas, tantas exclusivas. Tanta humanidad y tan poco ego; bueno, un poquito de vanidad, la justa para ser el primero en tantos 'scoops'. Y el 11-M, Xavi, y el malditismo de aquellos días envenenados que resistimos porque todos éramos una familia en el periódico.

Tan generoso, tan divertido, tan certero en tus análisis. Aún recuerdo lo indignado que te mostraste cuando Zapatero viajó a Bruselas y les aseguró a los dirigentes europeos que podían estar tranquilos, que en España no habría crisis; ¿No? ¡pues que pregunte a los banqueros!, clamaste. Se me agolpan los recuerdos, Xavi. Y al final de todos ellos, oigo tu risa.

Tus bromas sobre mi vida en Valencia, los cafés cada vez que venías a los colegios de Fomento, y contarnos la vida en diez minutos, lo que dejaba la salida del AVE.

Tanto amor por tu familia, por Teresa, una heroína del siglo XXI, por tus hijos. Una familia que la vida hizo perfecta, insólita, pero perfecta. Javier, tu chaval del que estabas tan orgulloso, hará que siga siendo perfecta, aunque ahora nos cueste creerlo.

Tanta vida.

Adiós Xavi. Adiós Teresa.