Secciones
Servicios
Destacamos
Las ciudades cambian. Y Valencia ya no es la que era. Si no dispone de pruebas suficientes para apoyar esta afirmación, observe las tiendas. Mire el trasiego de rótulos comerciales, expresiones impresas en fachadas que se convierten en testigos, y quién sabe si tal vez ... jueces, del inexorable paso del tiempo y los cambios que este lleva y trae. La pericial conduce hoy a LAS PROVINCIAS hasta la calle Poeta Querol y sus atractivos aledaños. La vía que del sabio lenguaje popular recibió en su bautismo social el nombre de 'la milla de oro', la que acogió las tiendas que firman y sirven el lujo, muestra un nuevo perfil.
El territorio que conquistaron Salvatore Ferragamo, Loewe, Ermenegildo Zegna, la joyería Bulgari, Louis Vuitton, Hermès, Mont Blanc, Lladró... ha mudado la piel. Los espacios dedicados a las prendas de vestir y otros objetos que sólo están al alcance de unos pocos han ido abandonando sus dominios y abierto paso a ese otro concepto al que, también la sabiduría popular un día puso nombre: el 'low cost'. Sólo unos pocos han mantenido su territorio. Del citado listado siguen Lladró o Louis Vuitton. Y un poco más abajo, ya en la calle Marqués de Dos Aguas, Loewe en la que es su segunda localización en la zona y de la que pronto saldrá para instalarse en la esquina de la calle de la Paz con San Vicente, donde un día abrió sus puertas la histórica 'La isla de Cuba'.
Noticia Relacionada
Es la crónica de una noticia anunciada. Los carteles 'Se alquila' que en los últimos años sustituyeron a los rótulos de las firmas de mayor brillo lo auguraban. El empuje del negocio chino llevaba tiempo apuntando maneras. Y ahora la firma Mulaya se asienta en el paisaje en el que esta mañana ha abierto sus puertas para confirmar una noticia que por más que sabida no ha dejado de causar sorpresa. Mulaya, a la que -una vez más- el inapelable criterio ciudadano llamó 'el Zara chino'-, atiende al público en la que fue la primera casa de Loewe en la ciudad y que un día dio cedió el espacio a la firma que calzó de lujo los pies de los valencianos: Salvatore Ferragamo. Ahora la nueva inquilina de tan preciada esquina ya tiene dos establecimientos en las orillas del Turia. Hoy ha sumado una tienda a la que ya poseía en Ruzafa.
Noticia Relacionada
'El Zara chino', como informó LAS PROVINCIAS en 2017, es un apelativo con el que la firma, con numerosas tiendas asentadas en España, no se siente cómoda. Ya entonces hacía hincapié en que 'Mulaya' es una empresa española que no compra directamente en China, sino que abastece sus establecimientos a partir de mayoristas chinos instalados en Madrid. «Mulaya nació en el año 2003 en Madrid como una empresa de moda femenina con la intención de convertirse en una de las compañías más importantes del mundo de la ropa 'low cost', lo apunta la firma en su página de interent. En esa misma tarjeta de presentación mantiene que quiere »demostrar que se puede ir a la última sin gastar demasiado«. Y esa es la clave. Los bolsillos valencianos de hoy ya no son, o no pueden ser por más que lo deseen, los que fueron en aquellos finales de los noventa del pasado siglo o principios del XXI a los que Hermes con sus caballos y estribos puso el broche de oro en 2003 para despedirse de la capital en 2016.
Pero hay otro asunto que ayuda a comprender. La ciudad del Turia que años atrás surcó el mar del comercio impulsada por los vientos de la Copa América, y otros eventos, ha perdido atractivo para las firmas más caras.«Las grandes marcas abren boutiques propias en ciudades que tienen una imagen suficientemente potente. Buscan un estatus de ciudad y lo preocupante es que Valencia ya no lo tiene», lo decía Rafa Torres, presidente de la Asociación de comerciantes del Centro Histórico, en estas mismas páginas el pasado septiembre.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que en este 2022 que se despide, la calle del Poeta Querol con su confluencia con la Plaza del Patriarca y su continuidad con la calle del Marqués de Dos Aguas se pasea con un estilo distinto. Los escaparates son otros porque la vida que se refleja en ellos ya no es la que fue. Valencia es otra, para unos mejor y para otros peor, sencillamente otra. Y lo cuentan las tiendas, esos lugares sobre los que se escribe la historia, el relato social de una ciudad y de cuantos la habitan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.