Las multas a los gorrillas caen a una tercera parte pese a las protestas

La presencia de aparcacoches en decenas de calles de Valencia no ha bajado, justo lo contrario de lo que ha sucedido con las multas impuestas por la Policía Local. El pasado año se entregaron al servicio de Procedimiento Sancionador un total de 93 propuestas de sanción, mientras que este año llevan 30 hasta el pasado día 19.

Así figura en una respuesta de la concejalía de Protección Ciudadana al concejal del grupo popular, donde se señala que desde el pasado junio se han impuesto sólo una decena de multas. Los conocidos como gorrillas reciben una multa leve, que no suele prosperar al declararse insolventes de manera sistemática.

La reiteración de multas tampoco sirve de mucho, por lo que la conclusión es que las calles siguen estando llena de aparcacoches, donde se reparten las zonas y los horarios normalmente en grupos organizados. Mendoza dijo que «la práctica totalidad de los barrios de Valencia tiene en alguna de sus calles a personas haciendo de aparcacoches de manera ilegal a cambio de una propina por parte de los conductores».

La relación es larga y va también por temporadas. Los meses de verano son más propicios para esta práctica en el paseo marítimo de la Malvarrosa, junto al paseo de la Alameda. Durante todo el año, es constante la presencia de estas personas en el entorno de hospitales y centros comerciales. «Muchos de ellos forman parte del vecindario, al llevar más de un año en la misma calle o zona y son de sobra conocidos por los residentes», dijo el edil.

Habló de ejemplos como el Hospital Arnau de Vilanova, el Hospital 9 d'Octubre, el Hospital Virgen del Consuelo o el Hospital Doctor Peset. También del amplio aparcamiento situado junto al Cementerio Municipal, en el bulevar sur, o las proximidades al Instituto Valenciano de Infertilidad, en Campanar, junto a las proximidades de la antigua La Fe, el entorno de Nuevo Centro y el IVO, entre otros.

«Lo que nos preocupa es la dejadez del alcalde Ribó y la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, para ejercer presión con lo que en este momento la legislación permite, y con la presencia disuasoria de la Policía Local, ya que las cifras hablan por sí solas», dijo. En su opinión esto ha motivado que el número de gorrillas haya aumentado los últimos años, apuntó. Los aparcacoches también se congregan en algunas zonas del centro de la ciudad, como en Convento Jerusalén. Incluso se han visto en ocasiones en la misma plaza del Ayuntamiento, invitando a los conductores a estacionar en la zona ORA.

La estación Joaquín Sorolla, el Hospital Clínico, el centro comercial Arena, el Hospital Quirón, Mestalla, el paseo de la Alameda y la prolongación de esta avenida son otros lugares propicios para esta práctica de mendicidad y coacción encubiertas, que además ponen en riesgo al tráfico por los accidentes de tráfico que pueden generar.

La prolongación de la Alameda, Facultades, Monteolivete, Ciudad de la Justicia, la Universidad Politècnica, la avenida Blasco Ibáñez, la avenida de Francia, el Hospital de la Malvarrosa, el paseo Eugenia Viñes, el paseo de las Arenas o la misma dársena de estacionamiento del paseo Neptuno, en la Marina, son otras de las ubicaciones habituales.

En un estudio de detalle realizado en dos distritos, Tránsitos y Marítimo, el grupo popular asegura que hay al menos 27 calles afectadas en estas dos zonas, donde se han contabilizado al menos una treintena de gorrillas en el paseo marítimo los meses de verano, con críticas de los hosteleros ante la falta de actuación municipal, lo que queda constatado con el descenso de multas.