Las multas a patinetes eléctricos en Valencia se triplican

Decía este martes el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, estar convencido a falta de datos estadísticos de que la mayor parte de los accidentes sufridos con patinetes eléctricos se deben a los propios usuarios. La moda de este vehículo es creciente y eso se nota también en las estadísticas de multas de la Policía Local.

Una respuesta dada al concejal de CiudadanosNarciso Estellés constata este hecho, al señalar que hasta el pasado 30 de octubre se habían registrado 768 denuncias a usuarios de este tipo de vehículos. Esto supone triplicar con mucho margen el balance del pasado año, cuando fueron 228 casos.

Es sólo un ejemplo de la influencia de los patinetes eléctricos en el trabajo policial, aumentado desde finales de septiembre al finalizar la moratoria dada por el Ayuntamiento tras la entrada en vigor de la nueva ordenanza de Movilidad. «Vimos entrar a una chica en patinete por el túnel de Germanías sin casco ni nada y a pesar de las señales que le hacíamos, ni caso», señalaba una internauta en las web de LAS PROVINCIAS hace unos días.

El final de la moratoria se nota y mucho. En la tabla facilitada por Estellés se indica que en marzo se produjeron 25 denuncias, mientras que en septiembre se alcanzaron las 223. La campaña específica de la Policía Local derivó en numerosas infracciones por no llevar casco, conducir por un lugar inadecuado o llevar en realidad un ciclomotor eléctrico por zonas donde sólo se permiten patinetes de clase A, los pequeños.

La casuística es muy variada y todavía es pronto para aventurar cuándo se estabilizarán las cifras. El gobierno municipal ha decidido frenar el alquiler de patinetes eléctricos en la calle por el riesgo de la ocupación masiva de las aceras. Varias empresas han intentado su implantación en Valencia, sobre todo la multinacional Lime, que no han podido cuajar por esta razón. La única alternativa ha sido que los vehículos sean alquilados en tiendas.

La estadística facilitada a Estellés habla también de las multas a ciclistas. En este caso no se ha producido un incremento tan disparatado, aunque puede decirse que a falta de dos meses para acabar el año, ya se han registrado tantas sanciones como en todo el ejercicio anterior.

Así, se han producido 1.338 casos frente a los 1.368 de 2018. El mes más conflictivo en este sentido ha sido septiembre, coincidiendo con la campaña de la Policía Local. En realidad, la nueva ordenanza es mucho más permisiva que la anterior para los usuarios de este medio de transporte. Por ejemplo, la circulación por los carriles bici ya es sólo una recomendación, pudiendo ocupar un carril de la calzada al lado de ese espacio reservado. Igual ocurre con los elementos reflectantes, que pasan de obligatorios a recomendables, junto al estacionamiento en el mobiliario urbano, con muchas más alternativas. En total, las sanciones se han mantenido estables los últimos cuatro años con pocas variantes en Valencia.

Por último, las cifras referidas a coches se quedan en 119.128 casos según la estadística municipal. De estas, 28.809 se han producido por exceso de velocidad por los controles itinerantes de la Policía Local y también por los radares fijos instalados en cuatro túneles de la ciudad (hay dos aparatos que van turnando), con el criterio de que son los lugares de más riesgo de accidente.

La diversidad de modelos de vehículos que se publicitan como patinetes eléctricos y que luego resultan ser ciclomotores eléctricos complica el trabajo de la Policía Local. Esto afecta sobre todo a los usuarios, que deben hacer frente a sanciones más cuantiosas por carecer de licencia de conducir o no llevar casco protector, entre otras obligaciones. La ordenanza limita la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora para los vehículos que pesan entre 25 y 50 kilos, aunque lo que predomina es el apartado más elevado para llegar al límite. En cuanto a los de mayor tamaños, superan los 50 kilómetros por hora con holgura.