Escif ultima el mural gigante impulsado por Greenpeace en Valencia

Valencia ha sido elegida por Greenpeace como imagen del Día de las Ciudades que se celebra el próximo miércoles. Para ello ha impulsado un enorme mural de 600 metros cuadrados elaborado por el reconocido artista Escif que ya se puede ver en las instalaciones del centro de estudios superiores Barreira, en la calle san Jacinto, junto a la Gran Vía Fernando el Católico. La obra, lógicamente, tiene su mensaje. Invita a levantar la vista de la pantalla del móvil, mirar a los lados y reflexionar sobre qué entorno estamos dejando a los que vendrán detrás. 'La vida es otra cosa' es su mensaje central.

«El mural es una metáfora de que casi todo pasa a través de las nuevas tecnologías, que no son malas y sí positivas en muchos aspectos, pero trasladan la sensación de que no miramos lo que tenemos alrededor», explica la responsable de consumo de la organización, Celia Ojeda. «No nos estamos dando cuenta de qué ciudades y qué planeta estamos dejando, por ello que se quiera trasladar la idea de que hay que salir de ahí, de esa pantalla, y mirar a tu ciudad, porque vives en ella y querrás que sea una ciudad sostenible y para las personas», concluye, antes de recordar que en algo menos de medio siglo más del 60% de la población mundial vivirá en grandes urbes.

La elección de Valencia no es casual. «En gran parte es un reconocimiento. A principios de marzo retamos a diez ciudades, entre ellas Valencia, a cambiar ciertas cuestiones de consumo, como la movilidad y la gestión de residuos, sobre todo plásticos de un solo uso, y hemos hecho un seguimiento de lo realizado y lo que se quiere hacer. Valencia ha sido muy valiente ampliando en un 15% el carril bici y peatonalizando espacios, además de la aprobación de un estrategia alimentaria de cara a 2025», continúa la activista. «Sin embargo, también es un toque de atención. Por ejemplo, en esta estrategia alimentaria no aparece ninguna directriz sobre la reducción del consumo de carne o lácteos en centros de titularidad municipal, algo que ayudaría a luchar contra el cambio climático. El 14% de los gases de efecto invernadero se deben a la producción de carne», añade.

Greenpeace también sugiere otras medidas de mejora para Valencia relacionadas con la gestión de residuos, como renunciar a los plásticos de un sólo uso ante su elevada incidencia en la contaminación de las masas de agua, o la implementación de sistemas de rellenado y reutilización de envases. Eso sí, es consciente de que algunas están fuera del alcance competencial del Ayuntamiento. En estos casos lo que propone Ojeda es predicar con el ejemplo. «Si en sus fiestas locales, por ejemplo, fomentara el uso de vasos que pueden reutilizarse demostraría a sus ciudadanos cómo evitar los envases de un solo uso», explica.

Y en relación a otra de las propuestas que trasladan a la ciudad (prohibición de vehículos diésel en 2024), recuerda que en otras urbes como Roma, Londres o Berlín ya están legislando en aspectos muy similares. «No somos conscientes del poder que tienen las ciudades, que cada vez se movilizan más, fomentando medidas sostenibles como una manera de ir más allá que sus gobiernos, sobre todo en cuestiones medioambientales», sentencia.

Otra de las medidas que la organización propone pasa por el impulso de «las economías que fomenten lo ecológico, lo local, los productos de segunda mano, el intercambio o la retornabilidad». Por ejemplo, primando las subvenciones públicas para este tipo de iniciativas.

Durante la mañana, además de ultimarse el mural se han recogido propuestas de los ciudadanos para llevarlas al Ayuntamiento y se han organizado talleres para todas las edades de contenido medioambiental.