Un órgano monumental, una pieza centenaria y singular. Y una restauración. Sólo faltaba un libro que presentara al público las características que acompañan a la ... joya de la Iglesia del antiguo Colegio San José Jesuitas de Valencia. Y ya ha llegado el libro que cuenta la vida y milagros del órgano Palop, uno de esos grandes instrumentos recorrido de tubos que exhalan música a cuyos encantos es imposible resistirse. Este órgano está considerado uno de los pocos instrumentos históricos que se conservan en la ciudad de Valencia.
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La obra es el resultado de la investigación del organista de la Catedral de Valencia, Pablo Márquez Caraballo, y lleva por título «Historia de un instrumento centenario. El órgano Palop del Antiguo Colegio de San José de los Jesuitas, actualmente Iglesia Jesuitas Valencia'. La presentación del libro tendrá lugar en la propia Iglesia Jesuitas Valencia el viernes siete de febrero. El aforo está limitado
El acto será en la propia Iglesia Jesuitas, en la Gran Vía Fernando el Católico. Habrá concierto para escuchar la voz de la pieza. Incluso será posible contemplar de cerca el órgano que en 1921 sonó por primera vez en el emblemático templo.
El libro, como apuntan desde Jesuitas, llega para presentar al sonoro anfitrión, pero también para relatar la profunda intervención a la que se sometió en 2024 para curar las heridas del tiempo en el el Taller de Organería Frédéric Desmottes S.L. (Landete, Cuenca).
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La pieza, como explican desde la organización de la presentación del libro, llegó a la iglesia del antiguo colegio a propuesta de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San José que se había creado en torno a 1921. Querían dejar huella de la festividad que se iba a conmemorar. De esa manera, surgió la idea de encargar la construcción de un nuevo órgano a Pedro Palop (1879-1941), el último gran organero valenciano.
La sonoridad de la pieza fue «reconocida por la prensa, que ensalzó el gran talento de su constructor». Pero la satisfacción tuvo un corto recorrido, el órgano resultó parcialmente destruido en 1936. Fue necesaria una nueva reforma que llevó a cabo la Casa Alberdi en 1944.
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Ochenta años después, en 2024, llegó la restauración en la que también se detiene la obra de Pablo Márquez Caraballo. La intervención sobre la pieza, dirigida por la maestra organera Olivia Desmottes, necesitó cinco meses de minuciosos trabajos que llevaron a «desmontar los fuelles de registros y los secretos neumáticos, para limpiarlos y cambiar las pieles o las membranas» desgastadas por el movimiento que exige regalar la música de los tubos.
Como en su momento explicó Olivia Desmottes la piel que se utilizó es de cordero «especialmente preparada para organería». Para su colocación se adquieren piezas enteras que se recortan en función de las necesidades y teniendo en cuenta incluso el grosor de la piel. La intervención exigió incluso la restauración de los teclados y volver a conectar todos los elementos mecánicos que permiten la perfecta conjunción para que el órgano siga adelante como un joven que ya ha cumplido más de cien años.
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