Llega el verano, vuelven las obras a Valencia

Los conductores y viandantes que pasan estos días por la avenida Jacinto Benavente han podido observar el inicio de unas obras que se prolongarán durante 18 meses en distintas fases. Se trata de la colocación de una tubería arterial de agua potable, de 600 milímetros de diámetro, que afectará a un tramo de la marginal derecha del cauce desde el puente del Mar hasta el cruce con Peris y Valero.

La concejalía del Ciclo Integral del Agua es la que gestiona esta iniciativa con una inversión de 1,4 millones y que imita a lo realizado aguas arriba del cauce, entre Mislata y la plaza de Tetuán. Aquello provocó cortes y desvíos de tráfico durante meses, lo que ahora se reproducirá en menor medida.

Fuentes de dicha delegación, gestionada por el concejal Vicent Sarrià, señalaron ayer que la afección al tráfico se limitará a un carril, en concreto en la parte más próxima al pretil del viejo cauce, salvo en el tramo que va desde Peris y Valero hasta Mestre Racional, por donde irá cerca de las fachadas de los edificios.

Aún así, las complicaciones del tráfico están aseguradas, por lo que la parte más delicada de la canalización se dejará para el mes de agosto. Sin duda, será el cruce con el puente de Aragón el lugar más complicado por este motivo. De ahí que se hayan establecido hasta tres fases para abrir zanja en estos pocos metros, donde el diseño de la obra establece que no habrá cortes completos a la circulación.

Con el propósito de acortar los plazos de la obra, las mismas fuentes comentaron que primero se construirá una vaina de mil milímetros de diámetro, para después trabajar en la tubería definitiva sin necesidad de cortar el tráfico. Las precauciones para evitar los atascos ha motivado también que estos días haya dos tajos abiertos, uno a la altura del Palau de la Música y otro en las inmediaciones del puente del Mar. También se dejará para agosto la apertura de zanjas en todos los ramales que se dirijan a las calles de esta parte del Ensanche.

La tubería arterial sustituirá en sus funciones a una antigua y que se había convertido por las derivaciones en poco útil para el cometido que tienen las canalizaciones de dicho calibre. El ramal llega desde Monteolivete y, ya fuera de Valencia, de la planta de Picassent.

La actual se mantendrá como parte de la red. Desde el Ciclo Integral del Agua indicaron que el rendimiento en la ciudad alcanza el 85%, una cifra alta que se ha alcanzado gracias a la sectorización de toda la ciudad, que facilita detectar las fugas.

La sectorización alcanza al 65% de toda la ciudad y supone compartimentar las redes, de tal modo que los cambios de presión o el exceso de consumo en horarios poco habituales es detectado prácticamente al instante. «Se detectan los fraudes por enganches ilegales y cuando se produce de manera continuada y constante, entonces sabemos que se trata de una fuga», precisaron.

Entre los recursos de los que dispone Emivasa para detectar las fugas de caudal, el correlator es uno de los aparatos más eficaces. La renovación de la red logra también disminuir la cifra que se pierde en el subsuelo de la ciudad respecto a lo que llega desde las plantas potabilizadoras de Picassent y Manises.