Los veraneantes que se han acercado este miércoles a la playa de Arbre del Gos, una de las más vírgenes del parque natural de la Devesa-Albufera, se han encontrado con vallas que cortaban el paso a unos 300 metros del arena. «¿Esto qué es, ... por las dunas?», preguntaban despistados algunos visitantes, acostumbrados a la protección que se brinda en esta zona del parque a los ecosistemas dunares. No, pero casi, porque el polémico cierre de las playas tiene como objetivo ampliar la zona de arena.
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La intención no es convertir el enclave en más atractivo para los turistas, aunque tendrá ese efecto secundario. En realidad, el objetivo de Costas es cumplir con una promesa largo tiempo hecha, y olvidada casi al momento: mejorar la protección de las playas contra los temporales. Cuando llegan las borrascas y las gotas frías, las olas se llevan los paseos marítimos, casi literalmente como ocurre en el caso de la Casbah, por lo que la regeneración de las playas, cuya regresión ha estado provocada durante décadas por el puerto de Valencia, era imprescindible. Ocurrió con Gloria, por ejemplo. Entonces, se asumió que esta obra era prioritaria.
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La cuestión suscitó el primer enfrentamiento entre el Ayuntamiento de María José Catalá y la Delegación de Gobierno de Pilar Bernabé al poco de llegar la primera al despacho de Alcaldía. El aviso de que se iba a cerrar la playa de Arbre del Gos soliviantó a los nuevos dirigentes, que pidieron de forma urgente una reunión técnica para retrasar los plazos lo máximo posible. La intención, así las cosas, era que no se cerraran las playas del parque natural en plena temporada de baño. Sin embargo, Costas insistió en que la zona que se acotaría iba a ser la mínima imprescindible para comenzar con los trabajos de regeneración propiamente dichos en otoño y en invierno. Además, apuntaron que era importante empezar ahora si se quiere que la zona esté perfecta en verano de año que viene. El Consistorio, ojo avizor en todo caso, claudicó.
Los trabajos, por tanto, empezaron este mismo miércoles. Y eso que la semana pasada desde la Delegación de Gobierno anunció que se retrasarían «varios días». El motivo era la orden de la Generalitat, emitida la pasada semana, por la ola de calor que azotó la Comunitat estos días pasados. El documento impedía la realización de trabajos en el parque natural. Decaía este mismo miércoles. Y Costas decidió no retrasar las obras como había anunciado, lo que llevó a algún que otro veraneante a encontrarse, sombrilla al hombro, con casi 300 metros de costa en la playa de Arbre del Gos cerrados al paseo. «Pues nada, a buscar otro sitio», decían resignados. A decir verdad, la playa, situada en Pinedo, es grande: hay espacio de sobra porque, además, no son playas excesivamente masificadas. Al menos comparadas con las norteñas del Cabanyal y la Malvarrosa.
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Los trabajos incluyen la colocación de enormes tuberías submarinas que canalizarán la arena desde una draga hasta la costa. El objeto de la obra es regenerar la playa, desde el espigón al sur de Pinedo hasta la gola de Puchol, en el término municipal de Valencia, con una longitud aproximada de unos 7.100 metros. La regeneración consistirá en recargar artificialmente la playa hasta conseguir un ancho entre 40 a 70 metros, según las zonas, lo que aumentará la protección frente a temporales. La playa resultante irá desde un metro por encima de la cota actualmente existente en pendiente suave hasta la zona de cierre, que se sitúa a 4,5 metros de profundidad. El volumen total de arena a aportar en la regeneración es de aproximadamente 3 millones de metros cúbicos. Además, los trabajos incluirán la prolongación de unos 75 metros de los espigones de la gola de Puchol y la regeneración dunar de la zona, incluyendo la instalación de captadores de arena y la plantación de vegetación dunar.
La obra, promovida por la Dirección General de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica, está financiada con fondos europeos, fue adjudicada en diciembre de 2022 con un presupuesto de adjudicación de poco más de 28,2 millones de euros, disponiendo de Fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). La obra debe finalizar a finales de este mismo año, tal y como exigen desde la Unión Europea, aunque habrá trabajos hasta el próximo verano, según explican desde Costas.
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