Las obras de la plaza de la Reina llegan a la catedral sin decidir nada sobre la muralla

Así lo indicaron ayer fuentes de la Conselleria de Cultura, al confirmar que el Ayuntamiento no ha presentado todavía el proyecto arqueológico, un trámite necesario para que dicte su resolución. Sí que se han producido reuniones entre los técnicos, precisaron, pero no se ha presentado nada formalmente.

Por lo tanto, el futuro de los restos del siglo V sigue siendo una incógnita. La empresa adjudicataria de las obras ha levantado ya la mitad del pavimento antiguo y estos días se ha previsto hormigonar y colocar el nuevo, con la misma profundidad y que por lo tanto no supondrá nada más allá de la obligada vigilancia arqueológica. En otra fase se hará lo mismo con un pasillo ahora abierto para viandantes entre las calles Micalet y Barchilla.

Para el anterior responsable del Servicio Arqueológico Municipal, Albert Ribera, la aparición de los muros sí que merece una ampliación de la excavación, algo cada vez más improbable. El experto señaló que la confirmación de que se trata de la antigua fortificación que rodeaba la ciudad romana elevaría estos restos a la máxima protección patrimonial.

«Yo sí que lo haría porque no hay servidumbres, es un trabajo que podría realizarse sin ninguna dificultad en ese sentido», al hilo de la ausencia de grandes infraestructuras de servicios en la zona. Es más, según pudo averiguar LAS PROVINCIAS, Iberdrola realizó el tendido previsto en la citada zanja por otro recorrido en la plaza.

Aún así, la renovación del pavimento junto a la catedral y la ausencia de un proyecto arqueológico en manos de la Dirección General de Patrimonio van en dirección contraria a esta petición. En otra parte de la plaza apareció otro resto de muro, que también podría relacionarse con la fortificación. Otros expertos consultados apuntan a la conveniencia de excavar para comprobar si debajo hay restos incluso más antiguos, dado que era frecuente la reutilización de piezas en este tipo de construcciones.

La construcción del aparcamiento subterráneo anuló cualquier posibilidad de hallar restos arqueológicos en la mayor parte de la plaza, aunque en la zona norte es otra historia. De realizarse una excavación como toca, incluso podrían salir a la luz antiguos vestigios de la catedral, de la época anterior al edificio actual, cuando la Sala Capitular y el Micalet no estaban unidos a la nave central.

En cuanto a las obras de reurbanización, la empresa trabaja a marchas forzadas en la colocación del nuevo pavimento, también en un pequeño tramo de la calle de la Paz. Los problemas encontrados en la reforma del aparcamiento subterráneo motivaron un sobrecoste de 1,6 millones de euros, con lo que el presupuesto final alcanza los 12,42 millones.

La empresa alertó al Ayuntamiento en un informe conocido el pasado agosto que la reforma no estará acabada en abril de 2022, como está fijado, aunque otras fuentes aseguraron ayer que la intención es recuperar las jornadas, con lo que el margen de retraso lo fijan sólo en un mes.

Eso sí, la reapertura será paulatina, igual que está pasando ya con las obras que se realizan en el entorno del Mercado Central y la Lonja. Con esa previsión, en Fallas de 2022 las comisiones volverán a pasar para la Ofrenda.