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Viernes, 29 de enero 2021, 01:38

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Cientos de personas bajan a diario al viejo cauce tras el cierre de los bares. Comer en el césped, entrenamiento físico o quedar con amigos son las alternativas de recreo en una ciudad sin gimnasios ni restaurantes abiertos.

Iván Arlandis
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Iván Arlandis
Cientos de personas bajan a diario al viejo cauce tras el cierre de los bares. Comer en el césped, entrenamiento físico o quedar con amigos son las alternativas de recreo en una ciudad sin gimnasios ni restaurantes abiertos.
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