Oleada de robos a los comercios de la Malvarrosa

Sólo en las últimas dos semanas han entrado a robar en una quincena de negocios y hay empresarios que en pocos meses han sufrido tres saqueos en los distintos locales que tienen en la Malvarrosa.

Además, los asaltadores igual entran en un bar, que en una tienda de frutas y verduras, en pequeños supermercados y hasta prueban suerte en fontanerías, peluquerías de mascotas, iglesias, peluquerías de señoras o en pequeños garajes particulares.

En todos los casos esperan a que caiga la noche, romper con unas cizallas enormes los candados de las persianas, doblan estas rejas metálicas, y en cuestión de minutos intentar hacerse con dinero en efectivo, sobre todo el cambio en monedas que puedan encontrar en las cajas.

Entre los afectados están Antonio Serrano y Paolo Ricciardo, copropietarios de restaurantes, entre ellos en 'A fuego lento'. «Es la tercera vez que nos entran a robar en distintos locales. La primera vez fue en mayo, hace unos dos meses en otro y el pasado viernes en un tercer local que estamos arreglando para abrir un restaurante».

En una de las ocasiones, como describen, «entraron en el restaurante que tenemos en la plaza Simón Bolivar, arrancaron la caja registradora y se llevaron las monedas. Muchas veces es más el destrozo que hacen que lo que se llevan». Y critican que antes «esto pasaba esporádicamente, pero ahora es día a día».

Hartos de la impotencia que sufren, este mismo martes han colgado carteles de protesta en el local que están reformando, en la calle Antonio Ponz con Font d'En Carrós, el último en que les han entrado a robar.

En algunos de los carteles protesta se pueden leer críticas como: «Ribó abandona nuestro barrio. Lo deja en mano de traficantes y delincuentes que campan a sus anchas por el barrio, robando y traficando». En otro reza: «En la Malvarrosa, los vecinos y comerciantes vivimos una situación insostenible. Robos, amenazas, insultos por parte de delincuentes y traficantes. No podemos más». Y en un tercero se añade: «Malvarrosa: plagas de delincuentes, traficantes, cucarachas y ratas».

En la misma noche del lunes al martes, describen los vecinos de la calle Cavite, «han entrado también en un bajo que un residente tiene como garaje, el viernes entraron en varios y en la mayoría de los casos, es en busca de dinero, monedas básicamente, aunque también buscan garajes particulares para coger herramientas y todo lo que encuentran para poder vender».

Otro comerciante, Pepe Fernández, explica que entraron en su local, en la avenida Malvarrosa, en la noche del pasado martes. «Vienen por la noche y hacen lo que quieren. Nos rompieron con una cizalla el anclaje de la persiana pero no encontraron anda, porque como ya sabemos cómo están las cosas, no dejamos nada, ni una moneda». Y añade que han perdido la cuenta «de en cuántos bajos han entrado. En menos de diez días, en una quincena de locales». Como la comisaría de la Policía Nacional del Marítimo está cerrada a la espera de la reforma de la sede, tienen que desplazarse a Zapadores para poner las denuncias, explican.

También describe que en un bar que tenían cámaras de seguridad también entraron. «Luego vimos las imágenes y, como saben que tienen poco tiempo de margen, en menos de dos minutos entraron con la cara tapada y se llevaron monedas», según este comerciante.

Carlos Gómez, un fontanero del barrio, argumenta que ya le han intentado entrar a robar dos veces. «La última vez, este pasado sábado y este jueves tiene que venir el cerrajero del seguro a arreglarme la persiana. La policía nos dice que pongamos cámaras, pero eso no es la solución».

Pedro Hernández, que regenta un supermercado en la avenida Malvarrosa, también ha sufrido dos robos. «La primera ocasión fue hace un par de meses. Entraron por la puerta de atrás, arrancaron la caja y se llevaron unos 300 o 400 euros de cambio. Levantan la persiana dos palmos y entran». La segunda vez fue el martes de la pasada semana. «Lógicamente esta vez ya no dejé dinero y hemos reforzado las medidas».

Antes de Navidad, por ejemplo, entraron en una peluquería y se llevaron el ordenador y también el dinero suelto de la caja registradora. Y también intentaron entrar sin éxito en la iglesia de la Preciosísima Sangre, pero como tenían la puerta bloqueada con un tablero no pudieron. Dejaron roto un cristal y una cruz de metal de la puerta completamente doblada.

Si bien los comerciantes se están viendo muy afectados, también los vecinos están sufriendo lo suyo. Así, por ejemplo, Valérico Morata, comenta que dejó el coche hace dos semanas aparcado en la avenida Malvarrosa «un sábado a las 12 de la noche y al día siguiente, a las 8 de la mañana, me lo encontré abierto. Me robaron las herramientas, las gafas de vista que llevo en el coche de repuesto y hasta las almohadillas que tenía en los cinturones de seguridad».

El comerciante Antonio Serrano explica que una vecina, de nombre Pilar, ha sufrido tres robos en su coche y con el que ha padecido también su marido, suman cuatro.

Los vecinos y comerciantes explican que por el día hay controles policiales, pero aseguran que se necesita más presencia policial por las noches. «Tenemos aquí el hipermercado de la droga y se ve que roban cerca y luego se pagan las dosis y así no podemos estar porque además insultan y amenazan si dices algo», lamentan.

Hay vecinos que recuerdan que hace más de 30 años les tocaban salir a patrullar por las noches por los constantes robos y añaden que si esto «sigue así más tiempo, no descartamos tener que volver a hacerlo. Estamos peor que hace 30 años».

Otra joven vecina, Nuria Caruncho, detalla que incluso «roban a plena luz del día. El otro día a mi tío, que mide 1,90 metros, le pegaron unos motoristas tirón al collar y le hicieron hasta moraduras. Y yo le tengo dicho a mi madre que ni se le ocurra bajar sola a tirar la basura».