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Un hombre cruza por el agujero del barrio de Orriols. IRENE MARSILLA

Orriols y su agujero de la vergüenza

La ocupación ilegal de unas casas impide abrir la calle, símbolo del mal estado del barrio | El Ayuntamiento asegura que el plan urbanístico está listo, pero no da plazos para el desalojo de las viviendas

Paco Moreno

Valencia

Martes, 10 de mayo 2022

Cuando todo parecía a punto de caramelo, con la reparcelación culminada a finales de abril, resulta que el llamado 'agujero de la vergüenza' de Orriols tardará un poco más en desaparecer. La concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, anunció este martes que la parte urbanística « ... está ya resuelta», pero que ahora ha surgido el problema de unas ocupaciones ilegales en las casas que separan la calle Agustín Lara de la avenida Constitución.

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Llamar agujero a la conexión entre Agustín Lara y la calle con la que forma una esquina de 90 grados, Baeza, no es una forma de hablar, sino que desde hace décadas los vecinos tienen que atravesarlo literalmente para pasar de una a otra. Se ha convertido por derecho propio en uno de los símbolos de la reivindicación vecinal y desde que el Ayuntamiento trata de solucionarlo, en un ejemplo de lo complicada que puede ser la burocracia.

Gómez dijo que la concejalía de Servicios Sociales trabaja en el realojo de las familias que ocupan ilegalmente algunas de las viviendas, aunque fuentes de dicha delegación no aportaron más detalles del proceso. Desde la asociación Orriols en Lucha indicaron que al menos malviven cuatro familias. «No se puede llamar que vivan allí porque son infraviviendas, no se puede ni pasar por esa acera del olor que sale de dentro».

La ocupación ilegal seguía la semana pasada, aunque algunos de los accesos se tapiaron en su momento. El inmueble más conocido era uno de los mejores restaurantes del barrio. Hace años que cerró y parecía que la eliminación del agujero y por ende el muro era cuestión de poco tiempo, lo que no fue así. Hasta el pasado abril, Gómez no anunció que se había completado el plan de reparcelación, uno de los últimos trámites antes de conceder las licencias de obras.

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«Con esta actuación, no solo quedará resuelta la conexión entre las calles, sino que se gana también una nueva zona verde para el vecindario. Avanzamos así para dar solución a una problemática se ha arrastrado durante décadas, para construir entre todos el barrio de Orriols», dijo entonces. El plan de actuación se extiende sobre una superficie aproximada de 5.571 metros cuadrados y se sitúa entre la avenida Constitución y la calle Baeza, en una actuación que acometerá la empresa Metrovacesa, que firmó un convenio con el Ayuntamiento para el desarrollo del sector.

Fuentes vecinales indicaron que el desalojo se prevé más que complicado. «Alguna familia sí que ha podido ser realojada, pero otras nos tememos que rechazan cualquier tipo de acuerdo». Las ocupaciones ilegales son uno de los problemas principales del barrio y la Policía Local trata de que los propietarios, normalmente bancos y la Sareb, presenten una denuncia en los juzgados.

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El gobierno municipal maneja un listado de más de medio centenar de pisos, los más problemáticos, donde urge el desalojo para frenar el índice de delincuencia en esta parte de Valencia. Esta cuestión y otras similares se tratan en una reunión entre concejalías y representantes vecinales, presidida por el alcalde Ribó, que la próxima semana tendrá su próxima sesión.

En la misma mostrarán su apoyo a la supermanzana presentada este martes por Gómez, un conjunto de calles peatonales y jardines. También a la plantación de arbolado propuesta por la concejalía de Ecología Urbana, con la petición de que se habiliten plazas de aparcamiento en un solar cercano.

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Tras la demolición se ha previsto la construcción de un edificio de viviendas de siete plantas en la parte que recae a la avenida Constitución y seis a la calle Baeza. En cuanto a la manzana norte de la calle Agustín Lara, será coherente al resto, con siete plantas. Habrá también un pequeño jardín de 864 metros cuadrados. Al tratarse de unas obras sencillas, el presupuesto supera por poco los 800.000 euros para un plazo de ejecución de seis meses, con lo que quedarán disponibles las parcelas destinadas a viviendas.

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