![Orriols clama contra la degradación que rodea San Miguel de los Reyes](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/06/13/1467816996-RjufyOrVwiWNFGNl3WMZFTM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Los vecinos de Orriols están cansados ya de la dejadez que hay con el entorno del monasterio San Miguel de los Reyes. Se trata de un edificio declarado por la Generalitat como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de monumento por su valor arquitectónico, artístico e histórico, pero sus alrededores se encuentran muy degradados. Casas en ruinas, algunas con peligro de derrumbe, y casi todas okupadas.
Por eso desde la asociación de vecinos y en especial la plataforma Orriols en lucha pedirá a la nueva alcaldesa María José Catalá que agilice los trámites para derribar los inmuebles deteriorados y urbanizar la zona para dignificarla y que esté acorde a la categoría del monumento. El monasterio, que data del año 1545, es la sede de la Biblioteca Valenciana y la Academia Valenciana de la Llengua.
Situado en la avenida Constitución, la peor zona es la más próxima a la ronda nord en su tramo de la avenida Hermanos Machado. Hay un total de ocho parcelas, entre casas abandonadas en ruinas y solares, que degradan una zona que según los vecinos debería estar mucho mejor cuidada. «Afea muchísimo el paisaje y algunas casas se encuentran en estado peligroso, muchas de ellas okupadas», señala Mari Carmen Tarín, de la plataforma Orriols en lucha. «Queremos reunirnos con el nuevo gobierno municipal para pedirles que urbanicen esa zona, porque hay pisos okupados que generan problemas. Además los okupas de estas naves muchos de ellos se dedican a la pequeña delincuencia y nosotros priorizamos la seguridad en el barrio, tienen que acabar con la delincuencia», dice la portavoz de esta asociación.
Desde el Ayuntamiento hubo un intento hace cuatro años de hacer un proyecto para urbanizar la zona, pero no se llegó a ningún acuerdo con los propietarios de los inmuebles abandonados. «Llegó a salir un estudio pero no se culminó. Aunque está previsto derruir todas las naves y que se urbanice, que se una todo ese barrio con el monasterio. La idea era hacer una zona de unión entre el jardín y la huerta, porque es una pena que esté así ese edificio, que es una preciosidad, pero el entorno se encuentra muy degradado», dice Tarín.
En los últimos meses desde la corporación municipal sí derribaron unas naves en ruinas en los dos solares contiguos al monasterio, que ahora están vallados y vacíos. Pero es insuficiente para los vecinos, que piden que continúen los derribos de casas abandonadas. Además, ambos solares están perimetrados con verjas, llenos de hierbas y en mal estado. Los empleados y visitantes del monasterio, así como los vecinos, demandan que mientras no realicen obras en ellos, los abran para que se pueda aparcar, debido a la grave falta de plazas de aparcamiento que hay en la zona.
Uno de esos vecinos es Casimiro, que junto con su hija ha enviado varias quejas al Ayuntamiento de Valencia por la degradación de la zona. «Pero no nos hacen caso. Esas casas y naves están abandonadas ya hace muchos años, el tejado está cayéndose, está lleno de okupas, que algunos van mejor vestidos que yo. Han puesto una reja y entran por la otra puerta, a veces sacan una silla a la entrada», explica el hombre. «La casa que hace esquina con la ronda era un antiguo taller fallero pero hace tiempo que se metió gente y tanto ahí como en el otro bajo de al lado entran muy a menudo coches y furgonetas, quizá para trapichear. En la otra nave han roto la puerta y han entrado», apunta.
También es testigo de la degradación que sufre este entorno Natalia, vecina de la zona. «Es algo que afea mucho, deben darle una solución urgente, porque está abandonado. Y esos dos solares que están vallados los podían dejar al menos para que pueda aparcar la gente que viene al monasterio», expresa la mujer.
Por su parte Inés trabaja en el monasterio. «Esto es un monumento histórico y está protegido, pero el entorno se encuentra todo lleno de chabolas y casas en ruinas. Estaría bien que el Ayuntamiento nuevo se ocupe de esta zona. Por ejemplo en uno de esos bajos parece que venden droga y muchas veces viene la Policía Nacional«, cuenta. Además, tanto ella como como otros empleados del recinto han tenido problemas con sus vehículos. »Nos dan golpes y dañan los coches, el ambiente es muy malo en el entorno, rompen los cristales y se han producido algunos robos. El barrio es muy malo, y por aquí detrás hay gente que se droga», asegura.
Esta situación de las casas del entorno crea algunos problemas, como los incendios que hubo hace tres años en un inmueble en ruinas, y que obligó a la Policía a ir de urgencia en varias ocasiones para sofocar el fuego. El Síndic de Greuges ha recomendado al Ayuntamiento en diversas ocasiones que intervenga en el entorno, tanto en un muro medieval derribado que rodea campos de huerta como en un grupo de naves, vertedero y hasta un aparcamiento en un solar, pero pasan el tiempo y la zona continúa deteriorándose.
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