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P. MORENO
valencia.
Domingo, 20 de noviembre 2022, 00:17
Primero fue un incendio la noche del jueves, precedido por una fuerte explosión que algunos vecinos atribuyen a una botella de butano. Un día después, otro siniestro que obligó a actuar a los bomberos y la Policía Local, esta vez en una de las terrazas. Es el día al día en el edificio situado en la avenida Constitución, 262, el más simbólico de las ocupaciones ilegales en el barrio.
Los ánimos están muy calientes en Orriols y no es una broma. Fuentes de la plataforma Orriols en Lucha destacaron ayer que algunos residentes se llegaron a encarar con la Policía Local. «Después de extinguir el incendio los bomberos, los han vuelto a dejar pasar como si nada», se lamentaron. En el inmueble viven entre una docena y quince personas, en su mayor parte argelinas.
El perfil es el habitual en una «narcofinca», como la han bautizado ya los residentes. El trasiego de personas es constante y ahora ya no hay ni puerta en el patio. «La arrancaron y se la llevaron al chatarrero», comentan.
La finca es una de las que quedaron atrapadas en la última crisis económica. No se llegó a entregar llaves prácticamente a nadie, indican las mismas fuentes, por lo que la ocupación ilegal fue inmediata. «Hay una señora argelina que vive con dos niños y nos dan mucha pena por todo lo que están pasando. Deberían actuar Servicios Sociales de inmediato para darles una solución», afirman sobre este caso.
La situación de esta finca no es única en Orriols. «En la calle Padre Viñas hubo hace poco un incidente grave, relacionado con una vivienda ocupada ilegalmente», relatan. El caso es que entró en el patio un hombre armado con un cuchillo y empezó a destrozar cristales. «Parece que buscaba a alguien del piso ocupado, pero amenazó a un vecino con el arma blanca. Llamamos a la Policía y parece que lo han detenido ya», apuntan.
El edificio de la avenida Constitución pertenece a la Sareb, que literalmente no quiere saber nada de las peticiones del Ayuntamiento desde hace meses. Consisten en que acuda al juzgado para iniciar el procedimiento de desalojo, igual que se ha pedido para otras viviendas con nulo éxito.
Los vecinos incidieron en este tema en la última reunión con los concejales. Orriols ha sido declarado por el Ayuntamiento como un barrio preferente para tratar de reducir la inseguridad ciudadana, la degradación urbanística y los problemas de limpieza.
De ahí que cada cierto tiempo se produzcan reuniones encabezadas por el alcalde Ribó, con el fin de poner al día a las asociaciones vecinales en los proyectos pendientes y escuchar sus reivindicaciones. La de las ocupaciones ilegales figura en primera lugar y destacada.
Entre los proyectos que se ejecutan, desde el Ayuntamiento subrayan la apertura de la calle Agustín Lara, con la eliminación del llamado agujero de la vergüenza, así como la licitación de la supermanzana, un conjunto de calles que serán reurbanizadas, sobre todo para construir jardines y hacerlas peatonales.
Falta de limpieza
Pero eso no quita para que se reduzcan las quejas vecinales. La falta de limpieza es una de las más frecuentes, a pesar del refuerzo de las contratas municipales. El incivismo es la nota dominante, sostienen desde la plataforma, sobre todo con el depósito en la calle de todo tipo de enseres y trastos.
Otro de los perjuicios es la inseguridad ciudadana, por lo que la Policía Local y la Policía Nacional tuvieron que armar un plan conjunto de patrullas y vigilancia, que sigue vigente. Las peleas callejeras ya no son tan frecuentes, aunque los residentes apuntan a que sigue el tráfico de drogas en todo el barrio, la verdadera lacra que sufre Orriols.
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