El Palacio de Congresos de Valencia envejece mal

Una de las más llamativas se refiere a la cubierta, al reclamar desde la dirección del centro congresual una reparación urgente. «Todo el perímetro de la cubierta del edificio, tras veintitrés años, se encuentra en un estado de inevitable deterioro. En concreto, las 'tejas' metálicas que recubren la parte exterior presentan un elevado riesgo de caída, especialmente en días de viento. Es evidente que, si alguno de estos elementos metálicos cayera sobre alguna persona, podría provocar un accidente mortal».

Se habla de que en 2020 se realizó un «ajuste estricto de los gastos fijos, no se llevó a cabo ninguna inversión y el edificio tiene 23 años, es necesario abordar una serie de gastos urgentes, inevitables y necesarios. No estamos hablando de actuaciones que podrían retrasarse, sino necesidades imperiosas».

De esa manera tan cruda relata la situación la dirección de la entidad municipal. «Son aquellas que afectan a la seguridad de las personas, o del edificio, o que son necesarias por imperativo legal», añade. Hasta 15 deficiencias de gran calado aparecen en el informe. «Existe un deterioro manifiesto del brise soleil (esas láminas verticales con cristales que se sitúan alrededor de la fachada este). Hay manchas de óxido y deterioro de la protección del acero, lo que pone en riesgo la estructura, ya que por peso propio podría llegar a descolgar alguna de las lamas. Un cristal de esas dimensiones también puede provocar fatalidades», dicen.

También se habla del tratamiento de la estructura metálica de la puerta principal. «Es una situación idéntica a la anterior. Se requiere una actuación para que los elementos metálicos mantengan sus cualidades de resistencia y que no caiga el cristal».

«Resulta imprescindible la subsanación de las deficiencias halladas en los ascensores. De no hacerlo, en la siguiente inspección cerrarán por incumplimiento de la legalidad, con lo que el edificio ya no quedaría accesible a personas con diversidad funcional», es otro ejemplo de las necesidades.

«Intervenciones en las instalaciones frigoríficas de la cocina. El riesgo a evitar es evidente: intoxicación alimentaria», junto con la reparación del sistema de extracción de humos. «El riesgo de toxicidad es para los empleados de la empresa de restauración», se apunta.

En total, para las inversiones y el gasto corriente, se demanda al Ayuntamiento una aportación de 3,57 millones, producto del desplome de actividad por la pandemia del Covid-19. El reforzamiento del anclaje y reposición de las piedras en fachada principal edificio también se demanda. «Poco a poco, algunas piedras se van desanclando. Aunque estén pegadas al muro, es claro el desastre que podría provocar».

Reparar alumbrado de emergencia, dos compresores de la climatización, un informe de las estructuras. «El capítulo más importante es el de la sustitución de las butacas de los auditorios 1 y 2, que la pandemia impidió que se llevara a cabo», añade.