Por qué las palmeras de Valencia tienen un anillo alrededor del tronco
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Se trata de una estampa habitual para los viandantes y ciclistas desde hace varios añosUrbanismo ·
Se trata de una estampa habitual para los viandantes y ciclistas desde hace varios añosD. Merino
Sábado, 10 de febrero 2024, 01:15
Están entre nosotros todo el año. Como si de una película de espías se tratara, permanecen «infiltrados» abrazando los troncos de las palmeras. Una estampa habitual en casi todos los ejemplares que se distribuyen a lo largo y ancho de la ciudad de Valencia y que los viandantes y ciclistas que atraviesen la capital del Turia pueden apreciar, si alzan la vista, prácticamente a diario.
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Esta estructura circular no es una novedad en sí misma, puesto que lleva más de una década instalada en cada uno de los árboles repartidos por el cauce del Turia y otras zonas de Valencia. Con un color tenue que se podría confundir con el propio tronco, estos anillos hechos de láminas de acero galvanizado van más allá de ser un elemento estético o de decoración.
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Colocados a una altura aproximada del tronco del árbol de unos 2,5 metros de altura y con una anchura que puede variar entre los 30 y los 50 centímetros, estas anillas son un sistema de control instalado por el ayuntamiento de Valencia. Concretamente es un dispositivo antitrepamiento de árboles que impide que los roedores puedan acceder a los árboles y anidar en sus hojas.
Una solución ecológica que consiste en una plancha de metal que se sitúa alrededor del tronco de la palmera como un anillo, y que hace que los animales resbalen al intentar subir, atraídos por el fruto de los dátiles o para refugiarse.
Y es que para los roedores, las palmeras suponen un lugar casi idóneo donde establecerse, lejos de la amenaza de otros animales y donde puede conseguir fácilmente dátiles que les sirven de alimento sin necesidad de arriesgarse a buscar otra comida. Cabe recordar que en las copas de las palmeras datileras tienen facilidad para hacer sus nidos y criar. Dichos nidos se elaboran con los foliolos de las palmas, donde crean una bola de finas hebras entrecruzadas.
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Por otro lado, recientemente en la Avenida Burjassot también se pudo visualizar una estampa muy similar con árboles recubiertos de un cartón que rodeaba el tronco, aunque en este caso la finalidad era muy diferente. Se trataba de un tratamiento para evitar la expansión del galeruca del olmo, un insecto que entre primavera y verano aprovecha para subir a las copas de los árboles.
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