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Fachada de una de las naves del Parque Central, este domingo. Iván Arlandis

La parálisis se adueña del Parque Central con las naves vacías a pesar de las protestas

La Federación de Vecinos reclama al Ayuntamiento que «llene» de actividades el gran jardín para frenar el vandalismo

Paco Moreno

Valencia

Domingo, 17 de abril 2022

«Cerrado por vandalismo». El cartel no se refiere al Parque Central, sino a uno de los dos baños públicos que hay en el ... gran jardín, en concreto al situado en el muelle de Malilla. Pero podía extenderse al resto de la zona verde si el Ayuntamiento no toma cartas en el asunto, alertó este domingo la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta. Los destrozos se han agravado en las naves protegidas y el mobiliario urbano.

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Abierto en diciembre de 2018, la primera fase es lo único que se puede pisar del proyecto de la paisajista Kathryn Gustafson, al que le falta dos más, una afectada por la playa de vías del bulevar García Lorca y otra por la propia estación Joaquín Sorolla.

Pero eso son proyectos a medio y largo plazo, que al referirse a estas infraestructuras ferroviarias podría traducirse en que faltan lustros para verlas. Tanto que el presidente de la asociación de vecinos de Malilla, Alfonso Cortés, lo tiene muy claro: «Para nosotros no es nuestro parque, no se puede llegar bien», sentencia.

De la media docena de inmuebles protegidos, sólo hay uno en uso, destinado a una sede de la Universidad Popular

La primera fase es más de Ruzafa al recaer a la plaza Manuel Sanchis Guarner y la calle Filipinas. La presidenta vecinal ofrece una única solución para frenar el vandalismo, al exigir al gobierno municipal que acelere la apertura de las naves protegidas para dotaciones públicas.

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«Al parque le falta más vida, más visitantes que frenen el gamberrismo. Si a todas horas estuviera pasando gente no habría tantos problemas», considera. De la media docena de naves y muelles de carga, sólo hay una operativa y eso que han pasado casi tres años y medio. Se trata de una sede de la Universidad Popular.

En el resto se saben los usos de las naves, incluso una ya está habilitada pendiente de apertura, pero el resto transita todavía por los caminos de los concursos, proyectos y convenios, sin más plazos de obras. Lo último que se ha conocido ha sido la cesión durante 75 años al IVAM del muelle de Ruzafa para que albergue una subsede del museo dedicada a exposiciones temporales. Por cierto, es donde ahora hay uno de los dos únicos aseos.

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Tania Cortés, vocal de la Federación de Vecinos, indica que es notoria la falta de seguridad en el parque. «¿Qué podemos hacer si encontramos a media docena de personas pintando grafitis? Enfrentarnos a ellos no, desde luego, y eso ya ha pasado». El Ayuntamiento adjudicó el pasado noviembre (el parque se abrió en diciembre de 2018) la colocación de una docena de cámaras de videovigilancia, que estarán conectadas con la central de la Policía Local a través de fibra óptica.

Asentamiento dentro de una nave del parque. LP

Fuentes de la concejalía de Ecología Urbana señalaron que la recepción de las cámaras está prevista como pronto para el próximo junio, dado que han tenido que comprar el modelo elegido por la Policía Local. Esto supone que todavía quedan varios meses para que la zona esté videovigilada. La crisis de los suministros ha llegado al parque.

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Hasta entonces, la degradación aumentará en las naves, donde la rotura de cristales de las ventanas comenzó hace años y ha ido a más. En la nave prevista para Juventud y Servicios Sociales, junto a la calle Filipinas, se colocaron redes para impedir la entrada de palomas. De manera inexplicable hay dos zonas donde están rotas, por lo que las aves entran sin problemas, con el resultado de que la acumulación de excrementos es ya notoria.

Dentro de la mayor nave, donde irá un polideportivo, estos días había una persona durmiendo en un creciente asentamiento, con cartones, mantas y algunos enseres. Pese a que estaba resguardado de la intemperie y la lluvia, el enorme inmueble tiene numerosas ventanas rotas. De la misma manera hay ya pintadas dentro, en lo que puede ser la siguiente fase de degradación. La concejalía de Deportes ultima el concurso para las obras, aunque también sigue sin plazos.

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«La normativa sobre perros no se cumple y no pasa nada»

A primera hora de la mañana, el parque está tomado por dueños de mascotas que van a pasearlas y grupos que hacen deporte. «La normativa sobre perros no se cumple y no pasa nada, el Ayuntamiento es muy laxo en esto», dice Tania Cortés acerca de que la práctica totalidad de las mascotas va sin correa. «Se han adueñado de la parte más próxima a las vías, tanto donde hay césped como detrás del futuro polideportivo. Si el Consistorio no quiere multarlos, lo mejor que puede hacer es poner una valla», ironiza. Junto al paso elevado de Giorgeta hay una zona reservada para canes donde pueden ir sueltos.

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