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Consultorio auxiliar de El Perellonet, ayer. IRENE MARSILLA
Las pedanías, en el olvido

Las pedanías, en el olvido

El Saler, El Palmar o El Perellonet protestan por las malas comunicaciones en transporte público o la falta de servicios y fuerzan al Consistorio a visitar los pueblos la semana que viene

Álex Serrano

Valencia

Domingo, 27 de junio 2021, 02:02

Son 21.040 personas. Veintiuno mil cuarenta vecinos que viven en los ocho barrios que componen Pobles del Sud, el último distrito de Valencia tanto en el orden de los mismos como en atención del Consistorio. Así lo denuncian quienes viven, sobre todo, en los pueblos situados en el parque natural de l'Albufera: Pinedo, El Saler, El Palmar y El Perellonet. Sus quejas llegaron el miércoles al pleno del Ayuntamiento, LAS PROVINCIAS los recorrió ayer y la concejala de Pueblos de Valencia, Lucía Beamud, y el presidente de la junta de distrito, Borja Sanjuán, harán lo propio el martes, cuando visitarán La Punta y El Palmar.

Las quejas tienen que ver, sobre todo, con la falta de conexiones con la ciudad. Como en Nazaret, aquí se sigue diciendo «ir a Valencia» cuando se quiere ir al casco urbano. La presidenta de la Asociación de Vecinos de El Perellonet, Yolanda Beltrán, indica que ir a Castellar para cualquier gestión relacionada, sobre todo, con la sanidad implica «dos horas en transporte público, primero con el 25 y luego con el 14», indica. «La 25 es un desastre: ir a trabajar en el autobús no te garantiza llegar a tu hora, sobre todo en julio por las retenciones en la CV-500», señala.

«No hay ni una sombra para esperar al autobús», aseguran residentes en El Palmar, donde llega la línea 24 de la EMT

La asociación de vecinos de El Perellonet ha tenido que ceder parte de su sede para poder ampliar el consultorio auxiliar

De la misma opinión son en El Palmar. Las paradas de la EMT en esta pedanía están situadas al sol y son «incómodas» para esperar, como reconocían ayer quienes aguardaban bajo un sol inclemente. «Las frecuencias son de pena», indicaba una joven. Lo cierto es que en días no laborables, sobre todo en domingos, las esperas pueden alargarse hasta más de 40 minutos. Y eso que la situación ha mejorado: la decisión de la empresa de desdoblar la 25 y crear la 26 y colocar autobuses articulados en la línea ha permitido aumentar tanto el número de vehículos que pasan por las pedanías como la cantidad de pasajeros que pueden trasladar en cada viaje. En El Perellonet, por cierto, también critican que las paradas en la propia CV-500, que a su paso por esta pedanía se llama avenida de les Gavines, «estén en los campos» en sentido sur. «No hay ni una sombra para esperar», lamentan.

Beltrán asegura que uno de los grandes problemas de las pedanías es la falta de gente joven. «¿Quién va a venir a vivir aquí? ¿Tú has visto los precios?», lamenta la presidenta de la asociación vecinal. «Estamos totalmente olvidados», critica. De todas formas, para los residentes que son mayores, otros problemas complican el día a día. La dirigente vecinal tiene claro cuál es el problema que más afecta a este sector de población: el centro de salud. Llamarlo así, claro, es una exageración. Es un consultorio auxiliar en el que el médico va unas pocas horas al día. «Para cualquier cosa tenemos que ir a Castellar o a Valencia. Además, está en los bajos del centro multiusos y nosotros, en la asociación, hemos tenido que ceder nuestro local para meter material sanitario», explica Beltrán.

«Tenemos que dedicar más recursos»

El Ayuntamiento de Valencia ha hecho examen de conciencia. La concejala de Pueblos, Lucía Beamud, y el presidente de la junta de distrito, Borja Sanjuán, visitarán el martes La Punta y El Palmar. «Si bien somos conscientes de que hemos invertido más que el PP, somos conscientes de que tenemos que dedicar más recursos. Por eso queremos escuchar al vecindario y estudiar conjuntamente qué intervenciones serían más beneficiosas», aseguró ayer Beamud, que explicó que han insistido a los operadores telefónicos para que la fibra llegue a todas las pedanías del sur: en la CV-500 hay tramos sin nada de cobertura de móvil.

Algo similar ocurre en El Palmar. Esta pedanía, que vive sobre todo de la hostelería, tiene médico dos horas al día, como en El Perellonet, y cualquier gestión implica un viaje a Valencia. Y no es fácil porque el transporte público es «muy deficitario», como reconoce Carmen Serrano, presidenta de la Asociación de Amas de Casa Tyrius de El Palmar. «No entendemos que nos digan que no utilicemos el coche y el servicio público sea muy mejorable», lamenta. Para Serrano, la mejora de la sanidad pública en la pedanía es casi una cuestión de género. «Las mujeres somos las más dependientes porque los hombres suelen tener coche. Al menos aquí es así», indica. Serrano lamenta que los autobuses vayan llenos, lo que dificulta que los vecinos más jóvenes decidan quedarse a vivir en El Palmar.

«Además, está el problema del aparcamiento», dice. Casi como si se arrepintiera de poner el problema encima de la mesa, añade: «Yo quiero que los restaurantes estén llenos, siempre, pero no entendemos que no haya sitio para que podamos aparcar los residentes». Asegura que en ocasiones hay vecinos que no encuentran sitio porque los aparcamientos para los clientes de los restaurantes «se llenan enseguida». «Tenemos que mirar con qué horario podemos salir de casa y a qué hora volvemos porque hay veces que no podemos aparcar», indica.

En El Saler, según fuentes de la entidad vecinal, el problema tiene que ver con la falta de cuidado del bosque de la Devesa, cuyos árboles en ocasiones acarician las ventanas de las torres de las urbanizaciones. Además, el asfaltado de los distintos viales que entran a la Devesa «deja mucho que desear», según la misma entidad, que apunta también la falta de iluminación, aunque este es un tema peliagudo porque es una zona protegida. Y es que vivir en un parque natural tiene sus ventajas, pero los vecinos creen que no debería tener tantos inconvenientes.

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