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Tráfico en El Ensanche. DAMIÁN TORRES
Aparcamiento en Valencia | La pesadilla de aparcar en Valencia

La pesadilla de aparcar en Valencia

Las cuentas. Desde que Joan Ribó llega a la alcaldía hasta 2019 el parque móvil aumenta pero el Ayuntamiento reduce el número de plazas de estacionamiento y crea un déficit para 10.800 vehículos

Domingo, 17 de octubre 2021, 01:23

Estacionar en Valencia se ha vuelto una pesadilla, sobre todo si se pretende dejar el coche en la calle. Desde hace unos años se ha vuelto una misión imposible. Entre la progresiva supresión de carriles, la creciente peatonalización del centro, la prioridad para bicicletas y patinetes, la anulación de espacios donde aparcar y el aumento del número de coches, utilizar el vehículo particular para desplazarse por la ciudad es extenuante. ¿Cuáles son las cifras de esta situación?

El parque móvil de turismos creció desde 2015, año en que llegó a la alcaldía de la ciudad Joan Ribó, hasta 2019 un total de 8.374 vehículos, según los registros del propio Ayuntamiento. La cifra no ha parado de crecer desde entonces.

Un par de gorrillas están almorzando en la fuente de la Alameda porque no tienen trabajo, no hay un solo hueco donde aparcar

A ese dato hay que sumar la reducción de plazas de aparcamiento en la calle (-1.523), las reguladas por la ORA (-463) y las computadas en los aparcamientos públicos (-486), utilizando siempre como fuente los informes municipales. El balance negativo es de 2.472 plazas, lo que unido al incremento del parque móvil arroja un déficit de 10.846, un dato considerable si se tiene en cuenta que Valencia registró en el último ejercicio que se compara un total de 354.143 coches.

Y las complicaciones para aparcar irán a más los próximos años. El Ayuntamiento aprobó este viernes la modificación de las normas urbanísticas del Plan General, de tal modo que se rebajan las exigencias de parking. Esto supone que hoteles, comercios, oficinas, supermercados y grandes locales recreativos no tendrán la obligación de incluir en sus proyectos urbanísticos reservas de estacionamiento para coches. Sí estarán obligados a hacerlo para bicis y patinetes.

LAS PROVINCIAS prueba la capacidad de estacionamiento en las calles de la ciudad. Aparcar lleva adosado un gran factor de suerte. Hay que armarse de paciencia. Por ejemplo, para acudir a la zona de Tráfico en Giorgeta a renovar el carné de conducir, aunque sea a primera hora de la mañana. Hay que dar un par de vueltas o tres a la manzana para encontrar un sitio. En Mora de Rubielos y en la avenida es imposible, las obras en la carretera de Escrivá no ayudan y en la calle Uruguay hay coches en doble fila.

Para pagar una multa de tráfico hay que acudir a la calle Albacete, frente al colegio de los Agustinos. No es la hora de entrada o salida del colegio, hay huecos en la zona azul y no hay cola en la oficina municipal. Es un alivio.

Los barrios

  • Toni Cassola, portavoz Amics del Carme «En el Carmen no hay problemas de aparcamientos porque cada uno aparca donde le da la gana»

  • Tania Cortés, Asoc. Vecinos Malilla «Los aparcamientos para personas con movilidad reducida no cumplen con lo que establece la ley»

  • Paco Llamas, pdte. AA.VV. Marxalenes «Grezzi se comprometió en 2017 a aumentar un 30% la capacidad de estacionamiento y seguimos esperando»

  • Juan Eugenio Redondo, pdte. AA.VV. Beniferri «Hay momentos del día en los que está todo lleno por las empresas o los que vienen al campo de fútbol»

  • Agustín Abarca, secretario AA.VV. Malvarrosa «¿Qué hacemos con los coches cuando no hay plazas de garaje? Es la pregunta que se hace el vencidario del barrio»

  • José Luis Ceballos, pdte. AA.VV. San Isidro «Un tercio de las casas del barrio no tienen sótanos de aparcamiento y habría que ampliar el disuasorio del metro y el cementerio»

  • Rodolfo Izquierdo, pdte. AA.VV. Cruz Cubierta «Es imposible aparcar cuando hay zonas en las que se puede; lo pedimos hace años pero siempre nos dicen que no»

De camino a la Gran Vía Marqués del Turia, la zona de la Roqueta, en San Vicente, también hay disponibles por la mañana un par de plazas en la ORA. Otra cosa ya es el lugar de destino. Imposible en las intersecciones del bulevar central. Y en las calles del Ensanche, más de lo mismo. Cruzando el viejo cauce del Turia se llega al paseo de la Alameda. La fuente, sin agua. No hay huecos en el millar de plazas y los gorrillas, de brazos caídos, apoyados en los coches. Toca dar vueltas.

La siguiente prueba es la zona de Mestalla. Hace años, en los Jardines de Monforte casi siempre había sitio, pero ya no. Ahora hay cola hasta Blasco Ibáñez para entrar en el aparcamiento público. En la explanada de Mestalla lo intentan tres coches. Entran en fila en la zona más cercana al campo de fútbol. El primero tiene suerte. Sale un monovolumen dirigido en la maniobra por uno de los gorrillas. Los dos vehículos que siguen al primero empiezan a dar vueltas en ese laberinto. Los gorrillas se apoyan cómodamente sobre los coches estacionados y se desentienden. No hay nada libre. Hay que buscar en la avenida de Aragón; el recorrido arriba y abajo es en vano. Quien tenga que acudir al Hospital Clínico, a Hacienda o a la Confederación Hidrográfica del Júcar en su coche, que se arme de paciencia. En Blasco Ibáñez, hacia Viveros, sí hay un hueco en zona azul junto al colegio mayor Luis Vives.

Son ya las 11 de la mañana. De nuevo hacia la Alameda en dirección al puerto. Un par de gorrillas están sentados en la fuente situada cerca de la plaza de Zaragoza. Están almorzando tranquilamente. No tienen trabajo.

En Torrefiel y Benimaclet está más que difícil estacionar en sus calles llenas de contenedores y coches a un lado y otro

En la avenida del Puerto, hasta el cruce con Cardenal Benlloch, no hay nada disponible. Sí se ven furgonetas de reparto en doble fila y un camión de butano. Poco antes de la mitad de la avenida hay un sitio en zona ORA. Pero es un espejismo. Poco antes del cruce con Serrería hay 11 coches en doble fila y ni un hueco para poder estacionar. Ya en la zona de los tinglados del puerto no hay espacio alguno. Para acceder al área de empresas emprendedoras hay que pagar para poder dejar el coche.

De nuevo hacia la Alameda hay que pasar por la avenida de Baleares. Difícil hallar espacio. Sí hay sitio en un solar de piso embarrado. ¿Cuándo fue la última vez que llovió? En la Alameda, los gorrillas que estaban almorzando hace media hora tienen trabajo.

Los barrios

  • Rafael Medina, pdte. AA.VV. Torrefiel «Existe un grave problema de aparcamientos debido a que la mayoría de las viviendas son de la época en que no se hacían»

  • Javier Soler, portavoz Gestora Plaza Honduras «Aquí sólo se aparca bien los sábados y domingos por la mañana. El resto de días es imposible»

  • José Tárrega, pdte. Plataforma Penyaroja «Es muy difícil encontrar plaza y la segunda fila es generalizada. Hemos pedido aparcamientos»

  • Vicente Benlloch, vocal Comerciantes Benimàmet «Pagar el impuesto de circulación debería incluir el derecho a aparcar para que el comercio subsista»

  • Paco Guardeño, portavoz AA.VV. Benimaclet «Aparcar se ha convertido desde hace años en un verdadero drama para muchos vecinos por la falta de planificación»

  • Casilda Osa, pdta. AA.VV. Nou Moles «Algunos vecinos me dicen que no pueden venir a comer a su casa por falta de aparcamiento y corren el riesgo de la grúa»

Siguiendo hacia la calle Alboraya, la zona azul está abarrotada. En la parte trasera de Viveros, por donde estaba el zoológico, hace unos años siempre había algún espacio libre a casi cualquier hora. Pero eso es historia.

Torrefiel es otro barrio difícil de abordar para un coche. La calle Padre Viñas se abre a Valencia con casas antiguas de planta baja y un piso. Pero también está llena de contenedores y de coches a ambos lados. Una pareja de la Policía Local ha parado a un joven con un coche de marca de alta gama. El vehículo, blanco y con unos cuantos rasguños, está sobre la acera en el cruce con otra calle. Mientras un agente cachea al joven, otro inspecciona el vehículo. Benimaclet es un calco de lo que sucede en Torrefiel: calles no muy anchas atestadas de vehículos aparcados.

Campanar es caso aparte. El casco antiguo está blindado contra los coches. Ni uno hay en la calle, ni siquiera circulando. Otra cosa es en el resto. Está casi tan difícil como en las grandes vías. Sí se puede estacionar en el solar de Maestro Rodrigo que usó el Ayuntamiento en las fallas de septiembre para mascletaes.

EL PUERTO

Un aparcamiento junto al mar a un precio módico

DAMIÁN TORRES

El Consorcio Valencia 2007 que gestiona la zona de la Marina en el puerto, decidió el pasado verano poner límite al colapso del aparcamiento. El parking estaba pensado para los trabajadores de las empresas ubicadas en las antiguas bases de la Copa América, sus clientes, los de la zona de restauración y a quienes tienen alquilado un amarre. Pero se llegó al punto de que estos no podían estacionar sus vehículos porque se llenaba de usuarios ajenos al complejo. La solución buscada ha sido poner precio al estacionamiento de vehículos, excepto para aquellos que están autorizados que lo siguen teniendo gratis. Y a un precio módico: 50 céntimos la hora y un máximo de cinco euros al día. Se han colocado barreras y lectores de matrículas.

EXPOSICIÓN

La Alameda, un macro parking en horario de oficina

DAMIÁN TORRES

El horario de oficina y el comercial marcan los espacios de aparcamiento que ofrece la Alameda. Desde hace al menos cuatro décadas se ha convertido en un enorme aparcamiento donde a media mañana suele ser muy difícil encontrar un resquicio en el que dejar el coche para realizar una gestión. Lo mismo sucede en la plaza junto al viejo Mestalla. La avenida de Aragón y Blasco Ibáñez siguen la misma línea. El traslado de diversas facultades a la avenida de los Naranjos abría la posibilidad de descongestionar Blasco Ibáñez, pero no sucedió así.

CAMINS AL GRAU

Un solar para salvar la falta de espacio

DAMIÁN TORRES

La ocupación del solar de la calle Carolina Álvarez, situada junto a la avenida de Baleares, es indicativo de cómo funciona el aparcamiento en esa zona de Valencia. Este solar, con charco embarrado incluido, salva a los vecinos de la zona de la dificultad de aparcar sus vehículos en las calles, cada vez con menos espacio a pesar de ser una zona de crecimiento de Valencia durante los últimas décadas.

EL ENSANCHE

El entorno del mercado de Colón, imposible

DAMIÁN TORRES

Si una banda sonora pudiera definir cómo se puede estacionar en el ensanche, en Marqués del Turia, Cánovas, el mercado de Colón y las calles adyacente como Cirilo Amorós, y también en el entorno de la plaza del Ayuntamientos, esa sería la de 'Misión imposible'. Ni un hueco en los espacios de intersección entre ambos sentidos en la Gran vía. O está continuamente repleto de coches, motos o de las interminables filas de contenedores de basura de todas las clases. Los únicos huecos que se pueden encontrar en horario de oficina son los de los garajes, ya sean privados o públicos. Y esporádicamente algún coche que abandona la zona azul.

Las multas de tráfico también crecen hasta los 128.314 en un año

P.M. /

En la misma comparativa que con las plazas de estacionamiento y el parque móvil, en las multas de tráfico de la Policía Local hay diferencias sustanciales entre lo ocurrido en 2015 y lo que pasó en 2019. Los agentes interpusieron en el primer ejercicio un total de 111.874 sanciones, mientras que cuatro años después llegaron a los 128.314 casos.

El pasado ejercicio, la pandemia anuló todas las estadísticas por los meses de confinamiento y desescalada, que obviamente alteraron los datos de tráfico en las ciudades. Habrá que esperar por lo tanto a que termine este año para comprobar si la tendencia del balance de multas sigue al alza, pese a la reducción de plazas de estacionamiento en todos los ámbitos, las plazas libres, la ORA y los parkings de rotación.

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