Instalaciones de la planta potabilizadora de La Presa en Manises. DAMIÁN TORRES

La planta que suministra 3.400 litros de agua por segundo a Valencia

La potabilizadora La Presa de Manises abastece a la ciudad y a otros 46 municipios de su área metropolitana desde hace 150 años

Pablo Alcaraz

Valencia

Martes, 26 de marzo 2024, 00:44

La Presa potabilizadora de Manises trabaja a destajo al servicio de los valencianos para que puedan disponer de agua apta para sus necesidades diarias. Gestos tan cotidianos como abrir el grifo, ducharse o tirar de la cadena, serían imposibles de realizar sin esta infraestructura « ... única» que fascina a Europa entera al haber sido capaz de adaptarse a las necesidades de la población en sus 150 años de existencia. Desde su puesta en marcha en 1846, la planta realiza su incansable labor en silencio y sin horarios, muestra de ello es tener la capacidad de potabilizar 2.000 litros por segundo, pudiendo llegar a alcanzar un pico de 3.400 litros en el mismo periodo de tiempo para satisfacer la demanda, a la carta, es decir, a cada momento, de 1,6 millones de personas.

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La planta potabilizadora de La Presa junto con El Realón de Picassent, su instalación homónima, conforman el tándem de guardianes hídricos de Valencia y los 46 municipios que integran su área metropolitana. La demanda de agua potable en la zona de influencia de la capital alcanza, a diario, los 3.700 litros por segundo, sin embargo, ambas infraestructuras pueden alcanzar los 6.400 litros convertidos en aptos para el consumo humano en dicho periodo de tiempo. El poder manejar dichas cantidades es posible gracias a que la planta 'bebe' de los dos grandes ríos de la provincia como son el Turia y el Júcar. La Presa opera sobre la primera de las masas de agua gracias a encontrarse en el transcurso de su cauce mientras que actúa sobre la segunda mediante un canal subterráneo de 66 kilómetros que conecta la potabilizadora con del pantano de Tous.

DAMIÁN TORRES

La superficie de La Presa es de 13 hectáreas, un perímetro equivalente a 130.000 metros cuadrados, en el que se encuentran espacios que hacen palpable la evolución sufrida por el complejo de titularidad municipal, pero bajo gestión de Aguas de Valencia. Sin ir más lejos, el laboratorio data de 1906. Esta construcción se encuentra a pocos pasos de la nave en la que se realiza la desinfección del líquido a través de tecnología «de vanguardia» como la ultravioleta o de un parque fotovoltaico que aporta un 20% de la electricidad necesaria para llevar a cabo el proceso de potabilización. El recinto de La Presa es la mezcla perfecta entre historia e innovación. «La Presa es la única infraestructura de estas características que sigue en funcionamiento en Europa desde mediados del siglo XIX», apunta la responsable del área de Potabilización de la planta, Pura Almenar, que también ha recordado que la planta es una instalación «de vertido cero, no contaminante».

Los orígenes de esta planta potabilizadora se remontan a 1846, coincidiendo con la implantación de sistemas de abastecimiento contemporáneo de otras capitales europeas como París. La herencia simbólica de 28.000 duros aportados por el canónigo Mariano Liñán fue la semilla de un proyecto en beneficio de la sociedad valenciana que desencadenaría en más inversiones para mejorar la salubridad del agua. La puesta en marcha de La Presa vino a poner remedio a las epidemias, como el cólera o el tifus, derivadas de la mala calidad de abastecimiento hídrico que azotaba a los vecinos de Valencia y sus poblaciones cercanas a mediados del siglo XIX.

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En la actualidad, las fases del proceso de potabilización son el cribado de gruesos, la decantación, el filtrado de desinfección y el bombeo y presurización final. El tratamiento se inicia con la captación y separación de los materiales sólidos que trae el líquido una vez se toma la muestra del río, seguidamente se procede a oxidar los mismos mediante productos coagulantes en los decantadores para dejar el agua lista para su paso por el cloro y el ultravioleta que elimina «el 99% de las sustancias que no hayan sido depuradas con anterioridad». La etapa final consiste en enviar el agua a las galerías donde se procede a su bombeo y presurización para ser distribuida a todos los puntos del área metropolitana.

Resiliencia frente a la sequía

El presidente de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI) y concejal del Ciclo del Agua, Carlos Mundina, ha insistido en lanzar «un mensaje de tranquilidad y de seguridad» sobre el abastecimiento, porque a pesar de que la sequía está afectando a algunos puntos de España, las cuencas del Júcar y el Turia están «en un momento de normalidad» y las plantas «garantizan calidad y cantidad de agua a todas las poblaciones». Mundina también ha recordado que Valencia ostenta la Capitalidad Verde Europea de este año así como que se trata de una Ciudad Misión, comprometida con la descarbonización.

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El consejero delegado de Global Omnium y director de la Empresa Mixta Valenciana de Aguas (EMIVASA), Dionisio García, ha asegurado que, a pesar de que es una situación de normalidad, «no podemos dormirnos en los laureles» y ha puesto en valor la colaboración público-privada en materia de inversiones y concienciación social: «El agua es un recurso precioso, sin ella no hay vida. Tenemos que cuidarla muy bien y de forma sostenible, por nosotros y por los que vendrán», ha remarcado García.

Almenar ha recordado que el complejo de La Presa puede echar mano del agua que se encuentra en los pozos subterráneos del complejo en caso de necesidad o de emergencia.

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