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Las primeras horas de la entrada de cinco líneas de la EMT a la plaza del Ayuntamiento dejan varias verdades incuestionables. La primera es que los usuarios están, por regla general, agradecidos. Se han evitado transbordos y caminatas. Que se lo digan si no al ... Mercado Central. La segunda es que hay más atascos en la plaza del Ayuntamiento. Si se juntan tres o cuatro autobuses, como ha pasado esta mañana, con dos o tres taxis, ya tenemos el lío armado en el tramo norte de la plaza. Y la tercera es que ya vale de modificaciones en las líneas. «Como sigan haciendo cambios nos van a volver locos», explicaba María, vecina de Orriols que llegaba a la plaza al filo de este mediodía.
Vamos, como era de esperar, ni normalidad absoluta, como ha dicho el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, ni un caos inaguantable, como defendían Papi Robles y Sandra Gómez. A media mañana la circulación en la zona estaba normalizada y, a la espera de que la EMT facilite datos sobre los viajeros que han trasladado cada una de las líneas que entran en la plaza (la 4, la 11, la 31, la 32 y la 70), parece que la modificación ha sido todo un éxito. No así la parada instalada junto la fuente, que quizá por aquello de que es provisional no tiene ni un asiento, ni un banco, ni nada para que los viajeros esperen a su autobús.
«Es verdad que llego mucho más cómodo, vengo con frecuencia a un despacho que hay en un 'coworking' de la zona y me evito una caminata importante desde Porta de la Mar», explicaba este martes Carolina, que acababa de bajar del 70. Es la primera línea que ha entrado a la plaza a primerísima hora de este martes. Se han bajado 14 pasajeros, según ha explicado la EMT. «Parece más intuitivo, si vas al centro tiendes a pensar que es a la plaza del Ayuntamiento», comentaba José Luis Carnicero, recién llegado a la plaza desde el norte de la ciudad en el 11. La línea más afectada, claro, ha sido la C1, que ha ido casi vacía durante buena parte de la mañana. Parece condenada a la desaparición tarde o temprano.
En la calle San Vicente, por supuesto, la situación era ligeramente diferente. Según ha podido comprobar este diario, no es común que se junten tres o cuatro autobuses a la vez, pero cuando eso pasa, entre el cruce peatonal de María Cristina y la parada situada en la esquina de ambas calles, que se llama Lonja-Mercado Central para alegría de los vendedores de este último, se pueden formar atascos más o menos destacados. Cortos, sí, de apenas unos segundos, pero llamativos en una calle tan corta. Donde también se forman estos embotellamientos o, al menos, estas imágenes de tráfico es en la calle de las Barcas, que es por donde se desvían cuatro de las cinco líneas.
Hablábamos de los vendedores del Mercado Central. La gerente del mismo, Cristina Oliete, confirma que esta mañana «hay más carritos que nunca» en el mercado. «Hacía tiempo que no veíamos tantos vecinos de la ciudad comprando», dice. Lo cierto es que el trasiego de viajeros con carritos en la parada de María Cristina es constante. «Los vendedores nos dicen que los propios clientes explican que ahora vienen mucho más fácilmente», explica, alegre. Oliete insiste en que San Vicente no es insegura, como se ha podido comprobar este martes.
Los taxistas son la otra cara de la moneda. Ahora tienen la parada de la fuente dividida en dos tramos, uno en paralelo a la parada de los autobuses y otro tras la misma, por lo que no son pocos los que están molestos con el tema, pese a que la rotación en la plaza parece tan fluida como siempre. «Esperamos lo mismo que otros días», explicaba uno de los conductores a preguntas de este diario. Otro sí protestaba: «Ahora trabajamos mucho peor. Y lo de Colón no tiene nombre».
Bueno, para el Ayuntamiento sí. 'Lo de Colón' es abrir al tráfico privado una de las principales calles de la ciudad. Desde anoche se puede entrar por Porta de la Mar y no se han registrado por el momento atascos. La reducción de autobuses se deja notar y el tráfico es mucho más fluido en la vía comercial más importante de la ciudad, tal como ha podido comprobar LAS PROVINCIAS esta mañana.
La EMT ha puesto en marcha un amplio dispositivo con cerca de 40 inspectores y coordinadores que informan a los usuarios de los cambios de las líneas, así como 50 informadores que «apoyan a los usuarios, tanto dentro como fuera de los autobuses», ha dicho Carbonell. A pie de parada, estos técnicos se aprestaban este martes a poner unas vallas para delimitar la cola en una parada provisional que no es más que un poste vertical sobre una plataforma de hormigón. Los propios conductores, de hecho, tienen que informar a los pasajeros de dónde van a parar, porque cuando les dan el alto, los viajeros no saben dónde va a detenerse el vehículo, al tratarse de una parada tan larga.
Para el concejal Carbonell, todo ha ido con normalidad. «Hasta el momento no se han registrado atascos» ni en la plaza del Ayuntamiento ni en la calle Colón, como ha asegurado a las 12.30 horas. La oposición, claro, ha cargado contra el PP. «En la Capital Verde Europea, la alcaldesa inaugura carriles coche», ha dicho Gómez. «Es una remodelación kamikaze», ha indicado Robles. Carbonell, eso sí, ha dicho que desviarán las líneas, como se hacía antes con la C1, cuando las aglomeraciones en el centro lo exijan, «como se ha hecho desde tiempos inmemoriales». Habrá que esperar al fin de semana para ver cómo convive este nuevo tráfico de transporte público con el peatonal.
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