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La vida en la plaza del Ayuntamiento cambiará por enésima vez este martes a partir de las 5:47 de la mañana. Los autobuses de la EMT, además de la lanzadera C1, volverán a rodar por el corazón de la capital. El lunes por la mañana, los operarios de la brigada municipal de Movilidad apretaban las clavijas de las máquinas de pintura asfáltica para que este martes esté todo listo para que cinco líneas –4, 11, 31, 32 y 70– circulen por la plaza. Los valencianos votaron un cambio de gobierno que ha traído un nuevo modelo de tráfico, incluido en un programa electoral, que desde hoy va a ser efectivo mientras las aglomeraciones no digan lo contrario.
Uno de los grandes cambios se va a dar a los pies del edificio del Ateneo Mercantil. La parada de taxis cambia de acera y la terraza del Sereno, el local que está en los bajos, ha quedado reducida a la mitad de su espacio. Los primeros sorprendidos fueron sus trabajadores: «Ya no nos caben ni las estufas. Antes teníamos las mesas cruzadas en la terraza y ahora las hemos tenido que meter muy juntas y en fila». Además, la parada de taxis le ha dado un bocado al espacio peatonal. Las líneas amarillas lucían ayer con fuerza junto a la acera para hacer hueco a los autobuses que pararán justo enfrente, en la orilla más pegada a la fuente.
Los taxistas afrontan el cambio de acera con escepticismo. «Me quiero equivocar pero tanta cantidad de autobuses, los taxis y sólo una calle de paso va a ser un problema», señalaba un conductor mientras departía con un compañero en la parada a la espera de pasajeros. El otro, fue más directo: «Va a ser un caos. Además, a los taxis no nos va a rentar entrar aquí porque si hay aglomeraciones la gente no pide nuestro servicio porque el taxímetro va en marcha en pleno atasco. Nos saldrá más rentable ir a la calle de las Barcas o a Poeta Querol». Estas son las sensaciones que se vivían ayer en el epicentro del nuevo plan de movilidad.
La esquina entre la calle de La Paz y Marqués de Dos Aguas se va a convertir en el nuevo nudo gordiano de la capital. Ayer, un agente de la policía local montaba guardia, resolvía dudas y dirigía el tráfico en un punto por el que está previsto que pasen a partir de hoy 550 autobuses al día. A simple vista y sin datos, un embudo. No sólo son los autobuses sino los vehículos que acceden al parking de la Reina. Habrá que ver si la realidad cierra las bocas de aquellos que auguran problemas bajo el dintel de las fiestas navideñas. Las apuestas cotizan a que van a ser días complicados.
Dudas y expectativas
Ayer se respiraba una calma chicha en el eje que forman la calle de la Paz, de San Vicente y Plaza del Ayuntamiento. Desde la zona del Parterre hasta la esquina con la calle de las Barcas. Una mezcla de dudas, expectativas y curiosidad. En el cruce de La Paz con la calle Bonaire, justo en la esquina del hotel Vincci Palace, dos topógrafos tomaban medidas. Algunos comerciantes ya tenían la mosca detrás de la oreja, por si al Ayuntamiento le había dado por levantar otra vez la calzada en una vía muy castigada por las obras en los últimos años. Si alguien preguntaba, los chicos respondían que los habían mandado a medir, sin más pistas que esa. Habrá que estar atentos.
Este lunes por la mañana la línea C1 entraba con holgura y sin mucha carga de pasajeros desde La Paz a la calle San Vicente. Los vehículos circulaban semivacíos y en las paradas la presencia de viajeros era testimonial. Para hoy se espera un paisaje distinto. Por la calle La Paz hasta la plaza del Ayuntamiento van a entrar las líneas 4, 11, 31, 32 y 70. Las cinco trasladan pasajeros del extrarradio de la capital -Orriols, Nazaret, Patacona, La Fuensanta-, vecinos de Valencia que apuestan por el transporte público para dejar el coche en casa. Son líneas de mucho uso, de ida y vuelta a casa en la rutina de cada día. Las paradas desiertas de ayer pueden empezar a acumular mucha gente a partir de hoy. Otras dos líneas, la 16 y la 26, entrarán por la calle de La Paz y doblarán la esquina en Marqués de Dos Aguas.
En la calle de San Vicente, donde las jardineras con flores de pascua han tomado un tramo, hay expectación por lo que va a pasar. Allí hay comercios de toda la vida, como Olegario y Palomar, que han visto pasar los años y los planes de tráfico. Ahora se mezclan con franquicias con terraza. Hay interés por ver si el trasiego de autobuses es una virtud o un castigo en una zona que se ha convertido en los últimos años es un espacio totalmente peatonal como enlace entre la plaza del Ayuntamiento y la plaza de la Reina. Hoy, a partir del amanecer, el centro vivirá una nueva realidad de cara a una Navidad donde la gente ha tomado la calle.
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