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Las obras de la plaza de la Reina, que debían terminar en abril pero que lo harán bien entrado el verano, avanzan. Lentas, pero avanzan. Los vecinos de la zona han podido ver en la mañana de este miércoles ya buena parte del pavimento que cubrirá el nuevo enclave y las críticas al exceso de «piedra» respecto a la falta de arbolado no se han hecho esperar. Además, el Ayuntamiento está instalando una grúa de grandes dimensiones en la zona situada sobre el aparcamiento.
Poco a poco avanzan los trabajos en una plaza donde ya se ha terminado la parte más cercana a la calle del Mar y ahora se está pavimentando el resto del enclave para terminar las obras, como está previsto, el próximo mes de julio. Además, se han cerrado las excavaciones situadas junto a la Catedral, cubiertas para investigar, si es necesario, en otro momento. El pavimento hace una especie de trama horizontal en diagonal, muy vistosa desde los pisos superiores que rodean una de las plazas más importantes de la ciudad.
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Los residentes de la Seu tienen ganas de que terminen las obras y, también, por qué no decirlo, de dejar de sufrir las incomodidades derivadas de las obras, como el exceso de polvo y el ruido que provocan los trabajos, que se hicieron casi insoportables en verano cuando los trabajadores de los locales de la plaza tenían que limpiar las mesas de la terraza varias veces al día para evitar que se llenaran del polvo, que llegaba a entrar incluso a los establecimientos.
Rafa Mampel, presidente de la Asociación y Comerciantes de Ciutat Vella, asegura que están «hartos» de estos problemas. «Esto va a ser un secarral sin un solo árbol», ha lamentado el dirigente vecinal, que recuerda que en la plaza Ciudad de Brujas «también han metido todo cemento».
Respecto al nuevo suelo, Mampel teme que resbalen demasiado. «No es normal que, sabiendo que cuando se mojan esas baldosas de mármol, son muy resbaladizas, las hayan puesto», ha señalado Mampel, que apunta que eso ya ocurre en otras calles donde ya se encuentra ese pavimento, como la plaza de la Virgen o la calle Micalet. «No sé cómo no se dan cuenta de esas cosas», lamenta.
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«Hay siete locales en la plaza de la Reina que se alquilan. Imagínate cómo están los comerciantes», explica Mampel, que apunta que la falta de turismo ha afectado mucho a la zona. «Para última hora se han dejado el tramo entre la puerta de los Hierros y Santa Catalina y esa gente va a tener que cerrar porque si no ya me contarás cómo va a pasar la gente», critica el dirigente vecinal, que pide al Consistorio más diálogo, aunque asegura que ya están «acostumbrados» que le traten así.
Sobre estos cierres, la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche explica que sí hay locales que han adaptado sus horarios «para poder sobrevivir». «Algunos no abren por la mañana porque hay obras y la gente no se sienta en las terrazas por el ruido», comenta Julia Martínez, gerente de la entidad. «Es una zona donde el turismo está muy asentado y aún no funciona como debería, por lo que todo lo relacionado con los recuerdos obviamente están afectados», explica Martínez.
«Tenemos ganas de que terminen las obras, pero nosotros ya avisamos de que contaran con plazos más largos cuando empezaran las obras porque si salía algo de arqueología o el parking estaba peor de lo que esperaban todo se iba a retrasar», asegura la gerente de la entidad, que apunta que sus asociados «estaban sobre aviso para hacer compras o previsiones de alquiler o personal y adaptarlas a lo que se preveía que bajaran las ventas».
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