Una de las caravanas, en este caso una furgoneta camperizada, en la Devesa. IRENE MARSILLA

La Policía Local elabora un censo de autocaravanas reincidentes en el Saler para valorar sanciones

Los agentes colocan carteles en los vehículos en cuatro idiomas para recordar a sus propietarios que no pueden estacionar en los aparcamientos del bosque de 22 a 7 horas

Martes, 2 de abril 2024, 23:59

La Policía Local de Valencia ha colocado estos días cartelería en las autocaravanas estacionadas en la Devesa del Saler para recordar que está prohibido acampar ... y estacionar por la noche en el Parque Natural de la Albufera. Se han centrado en la zona próxima al antiguo hotel Sidi Saler para informar a las personas usuarias, normalmente ciudadanos extranjeros que hacen turismo en la zona litoral con caravanas.

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La Policía Local advierte a los infractores con carteles en sus vehículos y comprueba, posteriormente, que los vehículos cumplen las normas y se han marchado. En caso de que no sea así, multa a los infractores. La Policía Local ha creado, igualmente, un censo de matrículas con los coches que vulneran la normativa de acampada y estacionamiento para evitar reincidencias.

La normativa impide la acampada en la zona de El Saler por formar parte del Parque Natural de la Albufera, una zona de protección ambiental con flora y fauna protegida. Igualmente, está prohibido el estacionamiento nocturno a partir de las 22 horas y hasta las ocho de la mañana, medida que afecta a todos los aparcamientos del parque natural, incluido a los situados a lo largo de Gavines, más allá del Sidi Saler.

La situación vivida estos días atrás, con cientos de autocaravanas estacionadas en los aparcamientos localizados al lado del antiguo polideportivo, parece normalizarse con el paso de los días grandes de las vacaciones de Semana Santa. De hecho, este martes, tal como ha podido comprobar este diario, apenas quedaban en los estacionamientos una veintena de autocaravanas, en su amplia mayoría con matrículas extranjeras. LAS PROVINCIAS ha podido comprobar, eso sí, que todavía hay quienes hacen de su capa un sayo y desayunan o incluso se afeitan al aire libre.

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Cabe recordar que la ordenanza de movilidad del Ayuntamiento de Valencia no prohíbe el estacionamiento de autocaravanas en el término municipal salvo que lo hagan con lo que el texto denomina como «vocación de permanencia». Se trata de un concepto abstracto, que depende del policía que quiera o no sancionar. Por regla general, se entiende que si la autocaravana entiende toldos, se ancla al techo o abre el techo solar se está instalando con esa vocación de permanencia, por lo que podría ser desalojada por los agentes.

De todas formas, los policías se enfrentan a un problema añadido, que es que muchos de los usuarios de las autocaravanas no son españoles y, por tanto, no disponen de un domicilio fiscal o cuentas bancarias en España. Sancionarles, por tanto, es un acto de fe: no se les puede reclamar el pago de las multas. Así que los agentes optan por el diálogo para que abandonen las zonas de aparcamiento, muy bien valoradas a nivel internacional porque pocas formas mejores hay de levantarse que a escasos 10 metros de una playa virgen como son las de la Devesa.

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No sólo en el Saler se instalan estos vehículos. En un descampado situado al final de Eugenia Viñes, en el Marítimo, también suelen estacionar cientos de autocaravanas, que en ocasiones han llegado incluso a hacerlo en el paseo marítimo y en la zona situada frente al hospital de la Malvarrosa, lo que suele suponer una rápida actuación de la Policía Local dado que las molestias vecinales son superiores a las que se dan en la Devesa.

Sin embargo, los vecinos del parque natural han protestado amargamente en varias ocasiones por esta situación. Ya con Compromís y PSPV en el gobierno municipal se daban estas situaciones sin que ellos supieran qué hacer para atajarlo. Es complejo: no se pueden cerrar los aparcamientos, que son públicos, ni se puede dedicar una o varias patrullas de la Policía Local para que acudan y desalojen a los acampados, que en ocasiones hacen un uso inadecuado de sus recursos, con gente que se ducha incluso al aire libre. Eso sí, suelen ser respetuosos con el medio ambiente y recogen su basura, aunque el uso de hornillos, terminantemente prohibido en el parque natural por razones obvias, está muy extendido para cocinar entre estos visitantes más o menos indeseados de la Devesa.

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