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M. GUADALAJARA
Sábado, 23 de octubre 2021, 00:13
valenciA. Las terrazas y el botellón, el botellón y las terrazas. Las noches en la ciudad se alargan desde el fin de las restricciones y tras la euforia inicial que coincidió con el verano y el inicio del curso, todo parece volver poco a poco a la calma. Al menos por ahora. El detonante estuvo la semana pasada en Benimaclet cuando se viralizaron las imágenes de una plaza repleta hasta naltas horas de la madrugada. Algo que venía pasando desde hace meses en las plazas de Honduras, el Cedro y en la avenia Blasco Ibañez. Pero el Ayuntamiento se puso las pilas.
El refuerzo policial a funcionado en las últimas noches, también las nuevas estrategias seguidas para acotar el botellón. Todo ello, junto con factores como el inicio del curso y los éxamenes o la lluvia de ayer, ha conseguido mantener el pulso al botellón y las reuniones nocturnas.
Pero lo cierto es que el dispositivo policial ha tenido que ver. Y es que los efectivos, contando con refuerzos, se posicionan en los puntos más conflictivos desde las ocho de la tarde. Varias patrullas acordonan zonas como la plaza de Benimaclet y colocan las vallas en plaza de Honduras. Después sólo es cuestión de dejarse ver, patrullar y dispersar cualquier intento de concentración, cualquier amago de sentarse en los bordillos, bancos o el mobiliario urbano.
Los agentes tampoco saben darle explicación clara, creen que el descontrol vino por la situación concreta de la pandemia y las restricciones pero también reconocen que «siempre ha sido así, sólo que ahora soprende más por el Covid», añadía uno de los que estaba de servicio en la plaza Honduras.
Es aquí donde los vecinos están desesperados, y no sólo por el botellón, también por las terrazas y la saturación de bares de la zona. «Es que desde las siete de la tarde, hasta después por la noche, no se puede descansar, todo el rato con el barullo, el jueves por la noche algunos vecinos tiraron agua a una de las terrazas, y la verdad es que lo tienen merecido por el ruido», relataba José Vicente, uno de los residentes de la zona.
Ayer, el concejal de Hacienda Borja Sanjuan, reclamó también «que no es bueno que enfoquemos el debate del botellón desde el punto de vista de la seguridad ciudadana, no es bueno caricaturizar las situaciones, ni Valencia va a bajar los brazos ni los vecinos van tener que soportar la falta de descanso».
Mientras por su parte el regidor de Ecología Urbana, Sergi Campillo, recordó que los servicios de limpieza trabajan de igual modo con refuerzos «dimensionados» en función a la zona afectada por el botellón para evitar que por la mañana los vecinos encuentren la basura generada.
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