![Marisco en el Mercado Central de Valencia, este sábado.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201812/29/media/cortadas/cigales-kLxF-U70104287184QHE-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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Lleno hasta la bandera. Así ha estado este sábado el centro de Valencia con curiosos que querían fotografiar todos los escaparates, pero sobre todo con gente haciendo las compras de Nochevieja. Uno de los puntos de encuentro que ha registrado el cartel de 'completo' ha sido una vez más el Mercado Central. Valencianos, extranjeros y nacionales llegados de puntos como Madrid o Málaga han llenado de vida las paradas.
Si bien los vendedores anunciaban por megafonía que el mercado abrirá mañana domingo y el lunes hasta el mediodía, han sido muchos los que no han querido dejar las compras para últimas horas.
En las paradas de pescadería se podían ver los manjares que ofrecen los vendedores, como bocas por 65 euros el kilo, cigalas de Dénia a 45 euros el cuarto, ostras a 2,5 euros la unidad o erizos vivos a 4,50 euros el cuarto. Si bien muchos visitantes acudían de una parada a otra a comparar precios, los productos estrella eran la cigala, la gamba o los rojos carabineros, estos últimos a 52 euros el kilo.
Entre las clientas que se llevaron ostras para Nochevieja estaba Rosario Ruiz, de Alaquàs, que completaron el menú con tellinas y almejas. También ha habido usuarias, cómo Guadalupe Salas, de Palma de Mallorca, que ha optado por comprar junto con su familia el pescado fresco para llevarlo a que se lo cocinen en un restaurante próximo.
Otras paradas donde se ha formado cola ha sido en las carnicerías, dónde hoy se vendía de todo, desde pulardas rellenas a 27 euros a solomillo de cerdo a 12,95 euros el kilo. Las tiendas de salazones y las que vendían quesos han registrado colas, ya que la gente quería llevarse productos locales como quedó con trufa de Catí, a 26 euros el kilo o queso al vino de Albarracín a 23 euros el kilo.
Los bares de la zona del Mercado Central han estado completos tanto para los almuerzos de los españoles como para las comidas más tempranas de los extranjeros y las tiendas de souvenirs también estaban llenas con gente comprando camisetas, llaveros o pequeños recuerdos.
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