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Las primeras cuentas de la alcaldesa María José Catalá, el presupuesto que marcará la estrategia del mandato de la coalición de gobierno entre el Partido ... Popular y Vox, ya están negro sobre blanco para ser aprobadas en la junta de gobierno. Supondrán un aumento respecto al último de Compromís y PSPV a pesar de la bajada de 70 millones en tasas e impuestos.
Así, fuentes municipales indicaron ayer que las cuentas se beneficiarán de un incremento del 7,11%, lo que representará un incremento de 74 millones de euros en lo que respecta a las cuentas del Ayuntamiento. Para el presupuesto consolidado habrá que esperar un poco más, dado que algunos organismos autónomos están pendientes de celebrar sus consejos, como el que hará el Organismo Autónomo de Jardines.
En todo caso, las mismas fuentes aseguraron que el balance será también superior al último presupuesto del gobierno anterior, dado lo que ha ocurrido en la EMT y el Palau de la Música, por ejemplo. A partir del visto bueno el lunes en la junta de gobierno, se convocará una comisión extraordinaria de Hacienda el jueves día 9, de tal manera que irá al pleno ordinario del 14. Será la aprobación inicial, donde bastarán los 17 votos del grupo popular y Vox, tras lo que saldrá a exposición pública para la presentación de alegaciones. Su entrada en vigor, por lo tanto, se presume que será con el año natural de 2024, algo de lo que siempre ha hecho gala el Consistorio.
Los presupuestos crecerán por lo tanto por encima de los 1.100 millones de euros a pesar de la fuerte rebaja lineal de tasas e impuestos ya incluida en las ordenanzas fiscales, uno de los primeros compromisos electorales del Partido Popular que se han traducido en una decisión. Los descuentos afectan a numerosos recibos y supuestos, dado que también entrarán en vigor varias rebajas a familias numerosas, por ejemplo, lo que mermará el capítulo de ingresos.
Esto se compensará e incluso influye de manera decisiva con la subida en la participación de los ingresos procedentes del Estado, que este año alcanzaron de manera inicial los 401 millones de euros. No se trata de transferencias que realiza el Gobierno por decisión propia, sino derechos adquiridos por el Ayuntamiento debido a que se estima que aumentará la actividad económica y el gasto de los valencianos, por lo que tributarán más en aspectos decisivos como el IVA.
La liquidación de los ingresos procedentes del Estado se calcula en base a una aproximación, tras lo que después llega el momento del cálculo real en base a los ingresos que se reciben por esas tasas e impuestos. Este incremento también se notó en el ejercicio que ha entrado en los últimos dos meses, con un aumento de 10,28 millones.
Una vez resuelta la coalición de gobierno entre el Partido Popular y Vox, apenas una semana después se ha conocido el calendario de aprobación de las cuentas, la gran incógnita que había hasta ahora y que los grupos de la oposición municipal se han encargado de alimentar como muestra de inestabilidad. Lo cierto, indicaron las mismas fuentes, es que todo marcha según lo previsto en el Consistorio, sin ninguna alteración fuera de lo normal en los plazos.
El último presupuesto de Compromís y PSPV alcanzó una cifra final de 1.042 millones de euros (1.145 millones al sumar empresas y organismos autónomos). Además, se beneficiaron de un aumento en la participación de los ingresos del Estado por el mismo motivo, la mayor actividad económica y de consumo en Valencia, aunque, precisaron las mismas fuentes, «no bajaron nunca los impuestos, se limitaron a congelarlos después del impuestazo del último mandato».
Esto fue una de las críticas habituales de María José Catalá en su etapa como jefa de la oposición municipal, en cuanto a que no se había compensado a los vecinos con una reducción de la carga que debían afrontar cada año en recibos como el Impuesto de Bienes Inmuebles o el Impuesto de Vehículos. En su lugar, el anterior gobierno optó por una política de subvenciones y rebajas con criterios seleccionados, sobre todo en la etapa del Covid, desoyendo la bajada general. Por el contrario, el próximo año, el IBI se bajará un 20%, mientras que Plusvalías se recortará un 95%, lo que beneficiará a 33.000 comercios, según el Consistorio.
Uno de los asuntos que no ha trascendido todavía es el apartado de inversiones, el escaparate de cada gobierno municipal para reflejar su estrategia hacia la ciudad. En este caso, también subirá respecto a la del ejercicio actual debido a la incorporación de todos los remanentes arrastrados desde el primer semestre del año, el último de Compromís y PSPV, en el que la ejecución de las cuentas fue más que baja.
Eso indicaron fuentes municipales, al precisar que con seguridad se beneficiarán de un incremento. La primera inversión que podría citarse es la que se conoció ayer por boca del concejal de Movilidad, Jesús Carbonell. La reforma de la avenida Pérez Galdós abarcará varias anualidades y seguramente la de 2025 se llevará el grueso de los fondos europeos en cuanto a ejecución, aunque el próximo año será una de las de mayor calado en ordenación del tráfico.
Además, siguen pendientes numerosos grandes proyectos urbanísticos. Ahí está la plaza del Ayuntamiento, los primeros pasos del Parque de Desembocadura (en la parte de Nazaret) o intervenciones en barrios con jardines y obras de urbanización. Hasta la junta de gobierno del lunes no se conocerá más, aunque la realidad es que todo se transformará con la llegada de los remanentes de este año, como ha sucedido en los dos mandatos anteriores.
Esta era una de las críticas del grupo popular, en el sentido de que Compromís y PSPV transferían los fondos de un año para otro sin ejecutar las obras, con lo que se avanzaba muy poco.
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