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Una calle en el barrio de Velluters. LP

La prostitución sigue en Velluters

El barrio sufre en pleno agosto un repunte con mujeres ejerciendo en plena calle I El cierre del último bar que funcionaba como tapadera fue en febrero pero los vecinos exigen que se actúe para clausurar las habitaciones

Mar Guadalajara

Valencia

Lunes, 8 de agosto 2022

Décadas. Es el tiempo que lleva el barrio de Velluters luchando contra la prostitución y la droga, lo que para los vecinos se traduce en la expresión «toda la vida». Toda la vida peleando contra los bares que servían de tapadera para esconder este ... negocio ilegal, el de la prostitución. Algunos de estos, comunicaban con habitaciones en las plantas superiores donde las mujeres ejercían. El último conocido se cerró el pasado mes de febrero. El local era uno de los últimos puntos de prostitución y venta de droga en el barrio, situado en la calle Viana, se cerró por el Ayuntamiento de Valencia tras una denuncia vecinal por ruidos y cuestiones de salubridad y seguridad.

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Ya no quedan bares abiertos pero se ponen en sillas en plena calle. Y llega una hora determinada por la tarde en la que entre esas calles se crea un «microcosmos», que describen los vecinos como un clima de degradación, de clientela, de conflicto y de pudor por parte de los vecinos que se han acostumbrado a evitar ciertas calles.

«Estamos molestos con Aarón Cano», dice Antonio Cassola, miembro de la Associació de Veïns Amics del Carme. El concejal responsable del área de Protección Civil y Policía Local aseguró que en la ciudad no había prostitución y mosqueó a los vecinos de Velluters. «Nos puede decir un cuento chino pero así nunca conseguiremos que sea un barrio normal», añade Cassola.

Los residentes son testigos diarios pero la Policía Local también. Desde las diez de la mañana están en las calles, pero no es hasta las siete de la tarde cuando empieza el baile. «Al final evitas la zona, y por mucho que la Policía haga plantones y vigilancia es que así no se consigue nada. Son horas y horas de vigilancia sin conseguir nada, cuando podrían cerrarlo de un plumazo», protesta.

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Pero no es el único. Desde la Asociación de Vecinos de Velluters, Maria José Volta, secretaria de la asociación, reconoce que el Ayuntamiento se ha puesto las pilas, «sobre todo la Policía», pero también confiesa que «se tiene que hacer algo más, porque sigue quedando y no me conformo con que sea algo residual porque puede volver a resurgir el problema», comenta. Ella está en continuo contacto con los agentes de la Policía Local y cuando observa que hay cualquier foco o que cambian de lugar y se ponen junto a un parque infantil, avisa y denuncia. «Tengo resoluciones del año 2007 y anteriores, de bares y locales que cerraron por nuestras denuncias, llevo décadas con este asunto y fuimos desde la asociación los primeros en decirles en qué bares se ejercía porque no lo sospechaban, pero con el tiempo algunos se reabrieron y es vuelta a empezar».

Maria José relata su alegría cuando supo que habían cerrado el bar en cuestión pero también es consciente de que aún quedan tapaderas como la de una tienda de masajes, según asegura, cercana a Guillem de Castro en la que en la misma calle captan a los clientes y después los llevan hacia el local en cuestión.

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«Ahora sabemos que ya no quedan bares pero hay habitaciones, y aún queda por hacer. Está claro que el Ayuntamiento tiene que hacer algo, y ese es el compromiso del concejal Cano, que se ha notado, pero también tenemos claro que de un sitio se van a otro y que pueden volver», dice Volta.

Lo que reclaman tanto de Amics del Carme como desde la entidad vecinal de Velluters es que el Ayuntamiento haga algo para poder cerrar esas habitaciones donde incluso la Policía sabe que se ejerce la prostitución. «Se ha movido algo administrativamente, pero de facto, en la calle está todo igual, por mucho que el concejal de Policía diga que en las calles de Valencia no se ejerce la prostitución», declara otro miembro de la asociación de Amics al Carme.

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El temor es a que esta práctica traiga otras actividades ilegales de vuelta al barrio como la venta al menudeo de droga, otro problema que siguen sufriendo en la zona según confirman las entidades de residentes. Mientras tanto los vecinos en pleno mes de agosto siguen evitando pasar por esos tramos de sobra conocidos.

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