El arquitecto Gabriel Ibor, frente al edificio de Campanar.Amalia Yusta
«Los protocolos de evacuación de los edificios deben revisarse»
Campanar, un año después ·
Los arquitectos demandan que se actúe de modo contundente para adaptar los inmuebles en la Comunitat y ponen en valor materiales tradicionales como el ladrillo o la cerámica
Gabriel Ibor es arquitecto, especialista en Patologías de Edificación y perito experto del colegio territorial de Valencia. Ha estado atento al edificio de Campanar desde el mismo día en que se produjo el incendio, cuando no dudo en acudir hasta allí para comprobar lo que ocurría. Desde entonces trabaja para que se tomen precauciones que eviten siniestros similares.
–¿Qué debates arquitectónicos deberían haberse abierto en Valencia y en España tras el suceso de Campanar?
–La inusitada rapidez con que se propagó el incendio a partir de un foco puntual, la vivienda 86, sorprendió a todos y especialmente a los arquitectos, abriendo un debate sobre los motivos de esa fulminante extensión a toda la parte emergente del edificio. También se analizaron los factores que intervinieron. Lo primordial fue la combinación del sistema de fachada ventilada, sus materiales y cómo el fuerte viento multiplicó exponencialmente el tiempo de propagación por toda su envolvente. Supuso un rapidísimo efecto chimenea.
–¿Por qué en España no se ha desatado una crisis de los revestimientos como ocurrió en Londres tras arder la Torre Grenfell?
–Son casos diferentes. El incendio de la Torre Grenfell en junio de 2017, inicialmente construida en 1974, se produce tras una remodelación integral de su fachada en un inmueble de 24 plantas y 67 metros de altura. Tras ello el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana abrió consulta pública, para modificar el Código Técnico de la Edificación (CTE), con mención expresa a «realizar una revisión de las exigencias en materia de reacción al fuego de los sistemas constructivos de fachadas, en particular en las intervenciones en edificios existentes».
–¿Qué cambios de protocolos y de leyes se han producido en España al respecto?
–Por Real Decreto 732/2019 de 20 de diciembre, se aprobó la modificación del CTE, perfilando la exigencia a los sistemas constructivos, fundamentalmente en lo que respecta a la propagación exterior y a las características mínimas en paredes medianeras y a la compartimentación en fachadas, modificando los requisitos mínimos de resistencia al fuego, nivel de humo que se produce y limitación en la emisión de partículas tóxicas.
–¿Son suficientes estos cambios? No impidieron hace un año el siniestro en Campanar.
–Los cambios son sustanciales y lo que ocurre es que se están exigiendo a los edificios de nueva creación, pero todavía no se ha actuado de manera contundente para exigir la adaptación de los edificios ya existentes, aunque la norma se extiende a todos ellos.
–Se debe actuar revisando no solo los materiales de fachadas de los edificios existentes sino verificando sus sistemas activos y pasivos, sobre todo en fachadas como la del edificio de Campanar, para que se puedan tomar medidas correctoras que los hagan mucho más seguros. Considero que se han dotar de sistemas como advertencia de humo individuales en viviendas, alarmas centralizadas y sistemas de rociadores en las vías de evacuación. Hay que asegurarse de que las compartimentaciones de dichas vías con respecto a los sectores de incendio son de materiales totalmente incombustibles, cerámicos de ladrillo y en cuanto a las fachadas eliminar y sustituir los elementos de la hoja exterior que sean combustibles y proteger los elementos de aislamiento, revistiéndolo con material que resista al fuego al menos 30 minutos y me atrevería a exigir 60 minutos.
–¿Y qué papel están jugando los fabricantes?
–Se han concienciado de que si no mejoran e investigan sobre esos nuevos materiales que cumplan los requisitos se van a quedar fuera de mercado. Ha habido una vuelta a reconsiderar los sistemas tradicionales y en concreto el ladrillo y la cerámica, pues se ha visto que en cerramientos de compartimentación entre estancias funcionan muy adecuadamente, incluso con una estabilidad y resistencia al fuego superior a la que marca la normativa.
–¿Hay edificios que ya han sufrido modificaciones tras lo ocurrido en Campanar?
–La afección como tal es el riesgo latente intrínseco que tienen edificios construidos a principios del siglo XXI y anteriores al CTE incluso, muchos de ellos emblemáticos y conocidos, como Torre de Francia o el del Parque Cabecera, las Torres de Sagar y gran parte de los construidos en la Avenida de Cortes Valencianas y otros. Me consta que en la avenida de Francia los arquitectos que proyectaron el edificio se han puesto en contacto con la comunidad de propietarios para empezar a trabajar y ya están en ello.
–¿Cómo debería ser un edificio más eficaz para no repetir los errores que influyeron en el incendio de Campanar?
–Aquel que incluya materiales con la mayor resistencia al fuego posible, que produzcan nivel medio o bajo de humo al arder y no produzcan partículas tóxicas. Y a su vez, con una vías de evacuación eficaces, dotados de sistemas de advertencia, tanto individuales en cada vivienda como en los espacios comunes de salida a espacio exterior seguro.
–¿En qué ha supuesto un punto de inflexión la tragedia ocurrida hace un año?
–Es evidente que los protocolos de evacuación en edificios altos tienen que ser revisados. En construcción los nuevos materiales de obra deben ser puestos en cuarentena, sobre todo los sintéticos, los plásticos y derivados, porque a veces innovar implica dejar de lado materiales que son seguros, son fiables y además son eternos.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.