El proyecto estrella de Ribó contra el frío: un pabellón sin calefacción y sin ropa de abrigo

El Consistorio puso en marcha este fin de semana un recurso extraordinario en forma de una veintena de camas en el polideportivo del Cabanyal. El acceso lo regula el propio Ayuntamiento aunque quien lo gestiona en el día a día es la Cruz Roja. Los usuarios son derivados por el Centro de Atención Social a personas sin Techo (CAST) y el Servicio de Atención a Urgencias Sociales (SAUS), que depende del Ayuntamiento, por lo que ir a las 20 horas a la puerta del polideportivo no garantiza nada. El pabellón se abre de esa hora a las 8 de la mañana siguiente, aunque los indigentes dicen que a las 7.30 ya les están pidiendo que abandonen las instalaciones, que funcionan como centro deportivo durante el día.

Según el Ayuntamiento, el recurso de emergencia incluye ropa de abrigo, desayuno, cena y servicio de duchas, pero según algunas de las personas sintecho consultadas por este diario, en la noche del sábado las sábanas eran tan finas «que al día siguiente tuvieron que traer sacos de dormir», un extremo que confirman desde el Consistorio. Respecto al uso de las duchas, hay quien dice que no se pueden usar. El Ayuntamiento lo niega, pero los indigentes sí explican que se pueden usar pero que no hay toallas «si no te las traes tú». Otra cuestión es el frío. Según los indigentes consultados, las temperaturas en el pabellón son muy bajas. «Hace casi más frío que en mi tienda de campaña», explica uno de ellos. El polideportivo no cuenta con calefacción en la cancha polivalente ni en las pistas de squash, donde se han instalado las camas, por lo que la temperatura cae durante la noche.

Todo ello en la misma semana en que, de forma insólita, el Consistorio reclamó que los vecinos llamen a la Policía Local si ven algún indigente en la calle e Isabel Lozano sacó pecho por las 90 plazas extra que ha habilitado el Ayuntamiento, para superar las 700 cada noche. Hay cuatro recursos extraordinarios. Dos de ellos, el Centro municipal de Atención a Emergencias Sociales (CAES) y el Centro para personas en situación de sin hogar 'El Carme', incluso admiten mascotas. Los otros dos son el polideportivo del Cabanyal y el Centro por la noche «El Mussol». Desde Amigos de la Calle, por cierto, confirmaron ayer que desconocían la existencia de estos albergues. «Todos los albergues dan a las personas sin hogar cena, almuerzo, y alimentos en general, así como medicamentos, elementos de higiene y ropa», resaltó la edil, que añadió que la concejalía de Servicios Sociales y diferentes entidades sociales trabajan para mantener una relación con estas personas.

A Carlos López le baila su Colombia natal en el habla cuando explica que quedó en la calle porque se confió y no pudo renovar el contrato de alquiler. Con su acento, parece menos grave cuando cuenta que pasó tanto frío la primera noche que durmió en el polideportivo, del sábado al domingo, que cuando al día siguiente le ofrecieron volver, prefirió quedarse a dormir en su tienda de campaña, resguardada en un callejón del centro de Valencia.

«Tengo que ir con una maleta enorme a todos lados e ir hasta el Cabanyal para luego volver hacia el centro a primera hora de la mañana. Te echan a las 7.30, tenemos que estar ya todos fuera, con el frío que hace en la calle», lamenta López. Él terminó en la calle, como tantos otros, por una serie de catastróficas desdichas: el Covid-19 retrasó su petición de asilo, se confió con la renovación de sus papeles el año pasado y se gastó los ahorros en habitaciones carísimas durante el verano. Ahora duerme en un callejón del centro de Valencia, pero asegura que lo prefiere al polideportivo.

«Entiendo que es algo de urgencia, de emergencia, pero no son las mejores circunstancias. Las camas son camillas y no son demasiado cómodas», lamenta López, que llegó a España, a Guadalajara, hace ahora nueve años. Lleva en Valencia desde hace poco más de un año y ha trabajado en restaurantes de comida rápida. Ahora está haciendo cursos de formación a la espera de encontrar trabajo, porque dispone de toda la documentación en regla para poder trabajar de forma legal.