El proyecto del parking de Parcent se encarga a los 18 meses de su cierre

La empresa Oficina Técnica TES tendrá un plazo de seis meses a partir de la formalización del contrato para entregar el proyecto de reforma del aparcamiento de Parcent, situado en la plaza Juan de Vilarrasa, en el barrio de Velluters. El Ayuntamiento le ha adjudicado el concurso con un presupuesto de 74.778 euros.

Se trata de un estacionamiento cerrado hace 18 meses, en el verano de 2020, cuando la concejalía de Movilidad rechazó prolongar la concesión a la empresa, con lo que se agotó cualquier opción de que siguiera en servicio. Se da la circunstancia de que sólo una pared separa este recinto del parking situado en la cercana plaza de Brujas.

No en vano, la plataforma Ciutat Vella i Viva pidió recientemente la reapertura urgente del estacionamiento, con la idea de compensar las fuertes restricciones al tráfico en esta parte del centro. En la misma plaza de Brujas se sitúa una de las cámaras de reconocimiento de matrículas, para sancionar a los conductores no autorizados.

El parking se encontraba en un estado más que precario antes de su cierre. Con la rampa en la citada plaza a la que se llega desde la calle Santa Teresa, el proyecto debe determinar si se mantiene en su emplazamiento actual o se afrontan cambios más profundos. Lo que parece claro es que la propia plaza, con jardín incluido, será reurbanizada con esta infraestructura.

Se da la circunstancia de que la antigua empresa concesionaria ganó hace poco un juicio contra el Ayuntamiento, una reclamación por el cierre parcial del parking en 2008, en la parte de la plaza Ciudad de Brujas. La construcción de una estación de metro provocó la clausura, aunque finalmente la Línea 10 no pasará por ahí. La compensación está todavía por definir, aunque se habló de dos millones de euros.

La asociación de vecinos El Palleter ha reclamado también la reforma del estacionamiento y de la plaza, que debido a los problemas de prostitución callejera y tráfico de drogas en Velluters ha sido durante años una de las zonas en conflicto, con actos de vandalismo y asentamientos.

El grupo popular criticó también el retraso de esta intervención, cuyas obras se irán con toda seguridad a más de dos años de su clausura, cuando se trata de una infraestructura que mejoraría el acceso por ejemplo al Mercado Central, cuyos vendedores reivindican mejores accesos en coche para sus clientes.