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En bicicleta, en patines o paseando, el día festivo se vive en la calle. En el centro de Valencia el ambiente es el de las vacaciones: trasiego de maletas, visitas con cámara en mano o grupos de 'free tours' en cualquier idioma. Las calles llenas. Las terrazas también. A las once de la mañana empezaba a arrancar el día de fiesta gracias al buen tiempo. Y es que a pesar del viento, el sol brilló y los turistas se multiplicaron. Italianos en bicicleta, un grupo de ingleses con guía en el Mercado Central y hasta un tour para niños con un Indiana Jones a la valenciana.
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La plaza de la Virgen empezaba a llenarse con los bailes regionales y se vieron colas para visitar la Catedral. A mediodía las terrazas ya estaban llenas y los aperitivos en comanda.
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En los comercios y las tiendas no faltó el ánimo pero sin excesivas compras todavía. Algunas grandes superficies y cadenas del textil abrían sus puertas con la esperanza de atraer a las visitas. Aún así, en los comercios más pequeños comentaban que no hicieron muchas compras, como confirmaron desde la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico. Sin embargo la hostelería celebró el completo en las reservas en sus establecimientos.
Y es que en la playa hubo valientes que hasta se atrevieron a entrar al agua. Y a la hora de la comida, el paseo estaba abarrotado y los restaurantes de la Malvarrosa llenos. «Está siendo un puente excelente en la playa y en la ciudad, hay mucha afluencia, el buen tiempo nos ayuda y también el Maratón se ha notado», comentó José Miralles, propietario de uno de los restaurantes del paseo y presidente de la asociación de hosteleros de la zona.
«La gente se ha adaptado muy bien al pasaporte Covid, lo toma con sentido común a pesar de las colas que se hacen a la entrada de los locales», añadió Miralles, que se alegró de la buena racha en el sector después de las pérdidas por la pandemia.
Si en la ciudad se respiraba ambiente festivo en este puente de diciembre el interior de la provincia de Valencia también se llenó y se está llevando el récord. En las tres provincias, los destinos más elegidos han sido los rurales o los de montaña. Así, por ejemplo, los alojamientos turísticos en la comarca de l'Alcoià cifraron en un 90% el volumen de ocupación para este puente. Y la presidenta de la asociación Turismo Alicante Interior, Indira Amaya, aseguró que otoño es una estación «propicia» para la llegada de visitantes a áreas del Alcoià, sobre todo para aquellos que eligen alternativas de turismo rural y en zonas más tranquilas.
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Pero si se mira hacia la costa, sobre todo hacia el litoral alicantino, también se puede hablar de llenazo. La Costa Blanca está saliendo bien parada, y repuntan después de un año marcado por la pandemia. Desde luego, el puente está yendo muy bien en zonas como Dénia. La presidenta de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta, Cristina Sellés, subrayó que la ocupación está siendo «excelente, tanto en alojamientos como en restaurantes». Sellés destacó que están muy contentos porque el resto de semana hay un nivel alto de reservas en la hostelería de la zona.
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