El puente de San José se degrada cinco años después de su cierre al tráfico

«Con Compromís y el PSPV, Valencia se ha convertido en la capital de la provisionalidad. Tardaron cinco años en iniciar las obras de remodelación de la plaza del Mercado desde que se peatonalizara en 2016 y todo apunta a que no será hasta otoño de 2023 cuando se haga lo propio en la del Ayuntamiento. Lo mismo puede decirse de las aceras pintadas de verde en la calle San Vicente o, más recientemente, en la avenida Pérez Galdós».

Climent señaló que en 2017 la concejalía de Movilidad cerró el puente de San José al tráfico colocando varias jardineras para impedir el paso de vehículos motorizados. «Sin embargo, esta actuación no llevó aparejada, como tampoco fue seguida en posteriores ejercicios, la rehabilitación y reurbanización del citado puente histórico, conforme a su nuevo destino peatonal», criticó.

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Cuando se cumple un lustro de la referida peatonalización, el asfalto sigue predominando en el puente de San José y su sección viaria continúa siendo la misma que antaño, con «aceras de apenas un metro de anchura», lamentó Climent.

En abril de 2020, la comisión de Desarrollo Urbano acordó, a propuesta del Partido Popular, la redacción del proyecto de restauración del puente de San José, previa autorización de la Conselleria de Cultura, a fin de proceder a su ejecución tan pronto como exista disponibilidad presupuestaria. «Desde entonces no se han producido avances a este respecto». Por este motivo Climent ha vuelto a reclamar una intervención integral para recuperar el esplendor de este bien, parte del patrimonio catalogado del viejo cauce.

La idea es que se haga «lo mismo que una década atrás en los puentes de Serranos y de Trinidad, siendo por aquel entonces alcaldesa Rita Barberá». Climent reivindicó las actuaciones realizadas en ambos puentes históricos, y en su entorno, con una inversión de 15 millones de euros, y las puso de ejemplo de lo que debería hacerse ahora en el de San José. Dichas actuaciones incluyeron la peatonalización del puente de Serranos, liberándolo del tráfico que soportaba hasta ese momento; la mejora de la circulación peatonal del puente de la Trinidad, el más antiguo de toda la ciudad; la construcción del Pont de Fusta, en sustitución de la anterior pasarela de hormigón; la creación de una nueva plaza peatonal frente a las Torres de Serranos, tras el traslado de una gasolinera; el ajardinamiento de este tramo del antiguo cauce del Turia; y, en definitiva, «la recuperación de dicho entorno monumental, preservándolo».

En su opinión, con las Fallas como telón de fondo, «exigimos una vez más al equipo de gobierno una apuesta clara y decidida por la mejora del estado actual de conservación del puente de San José, catalogado como Bien de Relevancia Local, incluido en el BIC Conjunto Histórico de Valencia y tan estrechamente vinculado con la celebración de la festividad por excelencia», al recordar que cada 19 de marzo tiene lugar una emotiva ofrenda de flores ante la imagen del santo.