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Una de las fuentes del acceso, vacía.

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Una de las fuentes del acceso, vacía. irene marsilla

Nadie quiere la torre Miramar

Fomento asegura que el Ayuntamiento debe mantener todo el acceso de la V-21

P. MORENO

VALENCIA.

Miércoles, 3 de octubre 2018, 00:35

Una respuesta del Gobierno fechada el pasado día 17 deja meridianamente claro que el Ministerio de Fomento considera el mantenimiento del acceso a Valencia por la V-21, torre Miramar incluida, una competencia del Ayuntamiento. Así se desprende de la contestación dada en el Senado a Compromís, cuyo senador Carles Mulet denunció ayer que «elude toda responsabilidad».

El acceso se encuentra en un estado penoso de conservación en lo que se refiere a la jardinería, las fuentes y láminas de agua, así como parte de la maquinaria de bombeo que da servicio también a los túneles. Como adelantó LAS PROVINCIAS, la estimación es que todas las reparaciones ascienden a un coste mínimo de 250.000 euros.

La contestación asegura que la inversión de 28 millones de euros se entregó al Ayuntamiento en 2009 y que las obras «se ejecutaron de acuerdo con el proyecto redactado, en total coordinación con todos los servicios municipales», donde se cita como ejemplo el alumbrado, control de tráfico, fuentes y jardines, colectores y otras instalaciones. Pero lo más relevante llega a continuación, cuando desde el Ejecutivo de Sánchez se indica que los proyectos, al igual que los «terrenos afectados , así como la ornamentación y reposición de elementos correspondía al Ayuntamiento».

Uno de los túneles sufrió una inundación a los pocos días de su apertura por problemas en el achique

Desde el mismo día de su apertura, ha estado en discusión qué institución debía hacerse cargo de las reparaciones. La primera semana de su puesta en marcha ya se registró una inundación en uno de los túneles, debido al insuficiente sistema de achique de agua por lluvias.

Cuestión aparte es la torre Miramar, de 45 metros de altura y donde el ascensor está colocado en la primera planta para impedir que fuera usado como apoyo para escalar hasta una ventana. No obstante, desde la parte inferior a la cota de la calle se han producido ya varios casos de entradas ilegales, hasta la misma cubierta del mirador. Para su mantenimiento y cuidado sería necesario incluso la presencia diaria de un vigilante en la puerta.

Mulet comentó que estuvo tres meses abierta al público, hasta que el ascensor que da acceso a la planta superior se estropeó en los primeros días de apertura. El senador territorial lamentó la «falta de diligencia y de amor propio por los recursos invertidos» fruto de un convenio suscrito entre el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento y el Consell Metropolità de l'Horta.

El actual gobierno municipal emite diferentes informes sobre el estado de la torre y sus zonas colindantes, haciendo una propuesta al Gobierno para que éste se encargue de la rehabilitación. Mulet denunció que «lo poco que se invierta en esta tierra sea tan cuestionable como esta cara e inservible torre y que estén ahora esquivando dotarla de la operatividad inicialmente prevista o investigar las posibles responsabilidades que puedan existir». El acceso fue fruto de un acuerdo en la presidencia de Aznar, para eliminar un paso elevado que había en la entrada de la ciudad, pero fue modificado después con Zapatero. Entre otras cosas, la torre Miramar se elevó a una mayor altura y se mejoraron las zonas de agua.

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