La ratonera junto a la plaza de la Reina de Valencia

La reforma se estrenó el pasado julio, aunque la asociación había insistido desde entonces, sobre todo porque en el proyecto publicado en octubre de 2019 el llamado en el plano «circuito para residentes» llega a la plaza de la Reina desde la calle Corregeria, para bordearla por la parte norte, hacia la calle San Vicente.

En su lugar, los bolardos obliga a salir de los aparcamientos afectados por la calle Corregeria en dirección a las calles Purísima, Calatrava y Caballeros, para salir por la calle Quart del centro histórico, en lugar de desembocar en el carril que hay en la plaza del Ayuntamiento.

Un rodeo que fuentes de la asociación señalaron de «inaceptable», sobre todo por los problemas de acumulación de coches en Corregeria. «Lo han resuelto colocando una señal de peligro de calle de dos direcciones, sin dar preferencia a ninguna dirección. Ambas están pintadas de negro», denunciaron.

Los estacionamientos afectados se encuentran en calles como Tapinería, Bordadores, Verónica, Reloj Viejo, Cocinas y la misma Corregeria. El motivo que aduce el Ayuntamiento, comentaron, es que la plaza de la Reina registra una gran afluencia de peatones y que el tiempo transcurrido con la calle cortada, todo el que han durado las obras, ha funcionado de manera adecuada como zona de carga y descarga, estacionamiento y acceso para los vecinos. Uno de los bolardos se puede quitar para el acceso de vehículos de emergencia y servicios.

«No estamos de acuerdo en nada de lo que nos han dicho», señalaron desde la asociación, para precisar que en las reuniones de los últimos años «en ningún momento se planteó la opción de cerrar Corregeria. Es un engaño a todos los vecinos».

Precisaron que siempre ha habido «buena predisposición» de los residentes hacia las plazas de reurbanización de la plaza, que han incluido el aparcamiento público, al señalar que «pensábamos que iban a respetar el acuerdo, pero el problema lo tenemos nosotros para entrar y salir de los aparcamientos», en referencia al cuello de botella creado.

En opinión de la asociación, la calle en doble sentido que se ha quedado «no tiene la anchura suficiente para poder cruzarse dos vehículos y sin tener una regulación de ningún tipo en la misma, simplemente la buena voluntad de los conductores de dejarse paso por dicha calle, como sufrimos cada día».