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Exterior sin andamios del Palacete Burgos de Valencia. Hidalgo Mora Arquitectura
El redescubrimiento del 'nuevo' Palacete Burgos de Valencia

El redescubrimiento del 'nuevo' Palacete Burgos de Valencia

Los trabajos de rehabilitación del inmueble de Goerlich muestran ya parte de las fachadas recayentes a la avenida del Puerto

Jaume Lita

Valencia

Miércoles, 13 de enero 2021, 21:02

Hubo un tiempo en el que el Palacete Burgos lucía con esplendor al inicio de la avenida del Puerto de Valencia. Por aquel entonces esta construcción no se encontraba rodeada por edificios de grandes volúmenes y más de una decena de alturas. El paso del tiempo ha provocado que la antigua vivienda conocida también como Casa del Médico haya quedado como si fuera un oasis en el desierto, como un recuerdo vivo de la Valencia que ya no existe. Otros edificios como el Palacio de Ripalda no tuvieron la misma suerte y acabaron derruidos. En verano se iniciaron las obras en esta casa diseñada por Javier Goerlich con el propósito de convertirse en residencia privada de una familia. Los trabajos avanzan y tras meses de restauración las fachadas visibles desde la avenida del Puerto empiezan a redescubrirse con los matices y colores originales. Valencia vuelve a ver de nuevo cómo fue el Palacete Burgos.

Javier Hidalgo, arquitecto encargado de la rehabilitación, detalla a LAS PROVINCIAS el estado actual de las obras en la avenida del Puerto tras cumplirse los seis meses con obreros y operarios dentro del edificio. «Ni mucho menos han acabado. Hemos empezado a retirar los andamios de algunas fachadas porque ahí ya se ha concluido el apartado de pintura y restauración de elementos, pero los trabajos siguen en las otras fachadas y especialmente en el interior». Desde que en junio se conociera la nueva vida para el Palacete Burgos de Valencia esta obra se ha convertido en uno de los trabajos de recuperación más completos de los llevados a cabo durante los últimos años en la capital. El objetivo del estudio de arquitectura y de los nuevos propietarios del inmueble es «recuperar» y dar valor a los elementos originales que aún se conservan en la obra, como por ejemplo las piezas cerámicas de Nolla que se encuentran en los suelos de varias estancias.

En el mes de noviembre se conocía el trabajo del Grupo de Investigación del Color en Arquitectura, del Instituto de Restauración del Patrimonio, de la Universitat Politècnica de Valencia, liderado por Ana Torres Barrachino que había conseguido dar con las tonalidades originales con las que se pintó el edificio construido entre 1921 y 1922. Una vez catalogados los colores llegaba el momento de recuperar la imagen exterior que tenía el Palacete inicialmente. Así, tras los andamios que durante los últimos meses tapaban el edificio, se trabajaba para pintar «con colores distintos las figuras y el fondo, para que resalten como antiguamente. También se han reparado grietas y elementos de decoración. La fachada tenía muchas capas de repintado», según relata Javier Hidalgo.

Fachada principal del Palacete Burgos de Valencia. Hidalgo Mora Arquitectura

En los próximos días concluirán de forma definitiva los trabajos en las fachadas tras la fase de pintura e instalación de los marcos de la carpintería exterior. «Lo que queda por hacer ya se puede realizar sin andamios», puntualiza el arquitecto director de los trabajos. A simple vista los peatones verán los colores que inicialmente tenía el Palacete Burgos, pero también las cubiertas han sido restauradas. Un artesano de Manises se ha encargado de realizar las tejas que faltaban para que fueran idénticas a las que había, ya que «con las dimensiones y características originales no se encuentran en ninguna fábrica actual», explica Javier Hidalgo. Las tejas escama esmaltadas, de color blanco y de reflejo metálico, lucen de nuevo, junto con la piña restaurada que corona el torreón hexagonal tan característico de este edificio. Concretamente, sobre las tejas de color cobre Hidalgo explica que «probablemente, por la época de construcción del edificio y por sus características, sean elementos que salieron de La Ceramo de Benicalap».

La obra exterior ultima sus plazos, pero sólo en fachada, ya que donde se trabaja sin descanso es en el interior del edificio que recuperará su habitabilidad privada original. Dentro de la construcción diseñada por Javier Goerlich se llevan a cabo, actualmente, trabajo de colocación de diferentes instalaciones «propias de las exigencias habituales para vivir», describe Javier Hidalgo, quien además puntualiza que «los espacios interiores originales que no se han alterado hasta la fecha no se van a cambiar, como por ejemplo las estancias recayentes a la avenida del Puerto, que son las originales». Ya en un primer momento se eliminó un entresuelo que se había construido en una actuación dentro del edificio.

En pocas semanas Valencia recuperará su Palacete Burgos, se contemplará desde la calle de igual forma que hace cerca de un siglo. La historia es cíclica: 100 años después en el mismo lugar los obreros y arquitectos trabajan por darle a Valencia una joya arquitectónica. En 1921 para construirlo y en 2021 para rehabilitarlo. La ciudad ya puede ver, poco a poco, como esta joya se recupera antes de que la vida vuelva a su interior. La Casa del Médico se redescubre ante la Valencia que ya conoció.

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