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Patricia Orduna
Valencia
Viernes, 19 de julio 2024, 01:06
La primera ola de calor del verano ya está aquí. Desde este miércoles en la Comunitat se alcanzan temperaturas de hasta 45 grados, lo que ha llevado al Ministerio de Sanidad a decretar la alerta roja. En las calles abundan las prendas de tirantes y las bolsas de playa. La gente busca las piscinas y playas para refrescarse. Pero este verano, para combatir este calor sofocante el Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha un proyecto piloto: los refugios climáticos. Son espacios públicos y gratuitos donde puedes acudir para aguantar las horas de más sol.
Se anunció que se iban a habilitar estos lugares durante el mes de julio, y mucha gente todavía no conoce su existencia. LAS PROVINCIAS se ha desplazado hasta el Observatorio del Cambio Climático, que es uno de estos refugios que ya acoge a quienes huyen del calor. A una temperatura agradable en el interior y tórrida en la calle, allí se refugian familias que acuden a disfrutar de una actividad infantil. Cerca de una veintena de personas (la mayoría son niños, pero todos ellos están acompañados de sus padres o abuelos) han acudido a las 11 de la mañana de este jueves al observatorio para una actividad lúdica. En este caso, a través de un vídeo con dibujos infantiles, dos monitores explican cuestiones relacionadas con el cambio climático y cómo afecta a la sociedad.
La Fundación Clima y Energía cuenta con este observatorio ubicado en el Marítimo y las tres oficinas de la energía de la ciudad que ahora actúan como refugios climáticos. Estas se encuentran en Ayora, Torrefiel y el parque del Oeste, en Patraix. Los cuatro lugares, junto a tres bibliotecas y tres centros de servicios sociales que se sumarán a la lista en los próximos días, sirven durante este verano como 'oasis' en los que descansar de las altas temperaturas que azotan la ciudad. Todavía no se conocen los 10 lugares concretos, pero la inmediatez del anuncio ha hecho que en la fundación se pongan a trabajar para poder poner el proyecto en marcha lo antes posible.
Andreu Escrivà, técnico de la Fundación Clima y Energía y responsable del Observatorio del Cambio Climático, cuenta que ha estado durante la mañana del jueves visitando algunas bibliotecas que «podrían servir» como refugios. Recalca que estos espacios municipales «se pueden utilizar cualquier día», no hace falta que la ciudad se encuentre en alerta roja por altas temperaturas, aunque los servicios se ampliarán en estos casos «más allá de su horario habitual». Esto solo ocurrirá cuando desde la Generalitat se activen estas alertas.
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Los refugios climáticos abrirán en sus horarios habituales, pero todos ellos, en caso de haber alerta de nivel 3 (roja), se ampliarán hasta las 19 horas (y en ocasiones hasta las 20). Incluso si es domingo o día festivo. Desde el Observatorio, Escrivà confirma que se está coordinando todo «con los distintos equipos del Ayuntamiento para tener una respuesta lo más rápido posible». Algo que sí deja claro Escrivà es que «como mínimo» todos los refugios deberán dar servicio durante las horas en las que debe haber una mayor protección frente al calor: entre las 12 y las 17 horas.
Son espacios frescos, climatizados, donde cualquier persona puede acudir si hace mucho calor. Además, cuentan con sitios para sentarse, como sofás de cartón reciclado en el interior o un banquito hecho de tapones de botellas bajo una olivera en el exterior del edificio. Le da la sombra, pero la alta temperatura se nota igualmente. También se instalan estos días fuentes refrigeradas para poder beber agua o rellenar la botella. El observatorio ya cuenta con la suya. Allí se realizan actividades impartidas por el personal de las oficinas para los más pequeños, que pueden pintar, aprender y leer libros que se ofrecen en los propios espacios. Desde la Fundación aclaran que los refugios climáticos no son el lugar donde acudir cuando una persona se encuentra mal, porque estas oficinas «no cuentan con personal sanitario»: «Si una persona piensa que le ha dado un golpe de calor, debe acudir a un centro de salud o llamar a la ambulancia, nosotros no estamos capacitados para atenderle».
Se trata de lugares muy equipados pero, al anunciarse este mes de julio por parte de la alcaldesa, estas oficinas todavía no cuentan con la señalética que indica que son refugios climáticos. «Pronto tendremos carteles que expliquen lo que hacemos, el funcionamiento y el horario», confirma Escrivà. Y cuenta de forma anecdótica cómo, de manera no oficial, estos lugares han funcionado ya como refugios: «Desde años atrás viene gente preguntando si puede quedarse un rato, que se está mejor que en la calle». Las actividades también triunfan, cada semana son diferentes y muchas familias acuden de manera recurrente. Además, Escrivà cuenta que durante estos meses también ofrecen este tipo de servicios a escuelas de verano.
El papel de estas oficinas como refugio para combatir el calor es un proyecto piloto, aunque desde el Ayuntamiento afirman que su voluntad es «aprender este verano e ir más allá el próximo año». Escrivà también ha confirmado que desde la Fundación Clima y Energía están preparando campañas de sensibilización sobre el cambio climático y cómo se debería actuar en episodios de calor extremo.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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