![Dos jóvenes esperan a la examinadora para hacer su examen de conducir.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/08/07/1484745621-RokfMuawaCdYvk7ykXJgLeO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Dos jóvenes esperan a la examinadora para hacer su examen de conducir.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/08/07/1484745621-RokfMuawaCdYvk7ykXJgLeO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Los retrasos en los exámenes de conducir, una realidad convertida en habitual cuando debería ser una excepción. Muchos alumnos han sido citados en pleno agosto y de manera repentina fruto de la acumulación de citas que la Dirección General de Tráfico (DGT) no ha podido abordar. Algunos están de vacaciones y sin grandes planes, pero muchos otros han tenido que renunciar a viajes o pagarse más prácticas para hacer el examen en estas fechas y acabar así el farragoso proceso de sacarse el carnet de conducir.
El proceder habitual de la DGT en años anteriores era ofrecer un día de convocatoria extraordinaria para terminar aquellas pruebas en las que el alumno ya había sido citado. Debido a las bajas en el personal de tráfico y las vacaciones de muchos otros examinadores, este año la Dirección General de Tráfico ha ido más allá con una serie de decisiones que han afectado de manera negativa a autoescuelas y alumnos. Al tener actualmente en plantilla tan sólo dos examinadoras disponibles, la propia compañía de movilidad abrió un periodo de exámenes extraordinario entre el 5 y el 14 de agosto. hasta 12 días más tarde de la fecha oficial de estos alumnos.
En la mañana del 7 de agosto, hasta 24 alumnos han sido citados en el barrio de Tres Forques para hacer frente a la prueba. LAS PROVINCIAS ha acudido hasta la zona de examen para conocer el sentir de alumnos y autoescuelas ante la solución planteada por la DGT. La calle en la que están citados alberga varios coches de las distintas autoescuelas y los alumnos esperan su turno en la acera. Paula, una joven que se mentaliza mientras dos de sus compañeros están haciendo la prueba, explica cómo ha vivido todo este proceso: «Yo pedí cita a final de junio y me dieron para el viernes 2 de agosto. Ese mismo miércoles, la DGT nos informa que el viernes no puedo hacer el examen y que me mandan al 7».
La joven cuenta que con la nueva fecha debía de organizarse. «Yo ese miércoles ya había hecho una práctica en la zona del examen de cara a la prueba, y aún me quedaba la del jueves. Afortunadamente mi autoescuela me cambió la que tenía reservada esa víspera para este martes, así he podido hacer al menos una y voy más fresca», sentencia. Cada práctica cuesta un dinero, y afortunadamente Paula ha podido aprovechar una que tenía reservada para afrontar la nueva fecha sin pagar un extra. Sin embargo, para poder acudir al examen, Paula ha renunciado a otros planes: «Como yo pensaba que me examinaba el día 2, ya estaba haciendo planes para viajar a Pirineos esta semana. He renunciado al viaje por hacer el examen en agosto, pero quiero sacarme el carnet ya».
Un poco más tarde aparecen coches de autoescuela que esperan su turno de media mañana. Uno de los jóvenes que se va a examinar es César, cuya molestia principal por la nueva fecha está relacionada con la poca atención personal al alumno. «Yo el viernes 2 ya estaba mentalizado y nervioso por hacer la prueba. Esa misma mañana me avisan de que no la hago. Me parece injusto porque los días previos se pasa mal y sin margen de tiempo te lo cambian y no puedes hacer nada. Ahora me he pasado otros cuatro días dándole vueltas al examen». Además, el joven cuenta que sí ha tenido que pagar una práctica extra, aunque afortunadamente, el no ha tenido que renunciar a ningún viaje.
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Dos jóvenes acaban su examen a las 12:30. La examinadora no les ha dicho si han aprobado, pero las sensaciones son buenas. nada más salir, ambos comentan los mismo. A ellos personalmente no les ha afectado a sus vacaciones ni a su bolsillo el retraso, los nervios estaban controlados, pero entienden el malestar de muchos otros compañeros: «nosotros hemos tenido suerte y por lo menos nos han dado el día 7, que es primeros de agosto y no nos ha afectado mucho, pero tenemos amigos en la autoescuela a los que han citado el 14 y no saben qué hacer».
Cuatro alumnos de una misma autoescuela han estado esperando toda la mañana a que aparezca su examinadora, pero no hay noticias. Cuando la trabajadora de tráfico que sí ha acudido termina la prueba de dos alumnos, se acerca a hablar con aquellos que esperan y su profesor. Ella es quien les avisa de que su compañera ha sido baja de última hora, que no van a poder hacer el examen y que seguramente les citen de nuevo para el día 14 de agosto. El profesor de la autoescuela no lo puede creer, mientras rápidamente llama resignado a su oficina, ya que el día 14 él ya debería estar de vacaciones. Los alumnos aceptan resignados una decisión contra la que poco pueden hacer.
Tal y como ha comentado un profesor de autoescuela ha este periódico, la situación es insostenible. «Las cosas se hacen como se hacen porque no responden ante nadie. Los examinadores no tienen culpa de nada, necesitamos mayor organización. Lo que más nos duele son nuestros alumnos y cómo les afecta a ellos. Las autoescuelas no podemos hacer mucho. Habría que parar un mes y que no entraran a Tráfico las tasas para ver si así reaccionan, pero nosotros debemos hacer nuestro trabajo.»
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